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Hace pocos días se viralizó un video en el que Julián Pinilla, ‘El Joven de la Ruana’ le ofreció y le entregó un puesto en la Plaza del Norte a Ana Julia Vargas Alarcón, la vendedora informal a la que los policías supuestamente le regaron sus productos en un operativo de desalojo del espacio público. El video muestra una verdad a medias porque ese puesto ya le había sido ofrecido a ella y finalmente fue la administración de Tunja la que se lo adjudicó.
En menos de ocho días dos videos sobre Tunja y el desalojo de los vendedores informales del espacio público se volvieron virales y dieron de qué hablar en redes sociales y en medios de comunicación tradicionales.
En un primer video, de hace ocho días, una vendedora ambulante, identificada como Ana Julia Vargas Alarcón, se enfrenta a las autoridades al intentar evitar que le decomisaran su carreta de frutas, su único medio de sustento. Cuando la señora quiso evitar el procedimiento, la fruta terminó esparcida en el suelo, mostrando una escena triste, por lo que muchos le hicieron reproches a los policías, a quienes acusaron de represión.
Ese video, reproducido en redes sociales y en casi todos los medios de comunicación del país, le dio la vuelta al mundo.
Al alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, le tocó salir a dar explicaciones debido a la ola de críticas que se generó en todo el país.
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Krasnov defendió los operativos realizados, argumentando que su administración es la primera en abordar con firmeza la problemática del espacio público en la ciudad y recordando que su gobierno, en cumplimiento de la ley, le ha ofrecido alternativas de reubicación a todos los vendedores ambulantes desalojados del espacio público.
Entre esas alternativas estaba precisamente que a doña Ana Julia Vargas Alarcón le ofrecieron un puesto permanente en la Plaza de mercado del Norte.
Sin embargo, tres días después apareció un segundo video. Esta vez Julián Pinilla, influencers conocido como ‘El Chico de la Ruana’, entrevistó a la señora Ana Julio y no solo le hizo entrega de su carreta llena de frutas y verduras sino que ‘le regaló’ un puesto en la Plaza de Mercado del Norte, que ella aceptó y en donde se instaló feliz. En la entrevista ella confesó que habitualmente compra los productos en la plaza y los revende en la calle.
Pues la verdad es que ‘el buen samaritano’ solo le entregó a doña Ana Julia los productos agropecuarios, porque el puesto, que tiene un valor comercial de varios millones de pesos, fue adjudicado por la Alcaldía municipal con el visto bueno de la administración de esa plaza de mercado.
En ese puesto en la Plaza, en donde pueden vender sus productos en condiciones más dignas, incluso con servicios de agua y baño, ella podrá seguir realizando el trabajo del que vive.
A doña Ana Julia Vargas la Alcaldía ya le había ofrecido el puesto, que ella rechazó, pues seguramente consideraba que en la calle vende más, así ocupe el espacio de los peatones y hasta obstaculice el paso de vehículos de los organismos de socorro en caso de una eventual emergencia.
Incluso hace dos semanas ella había firmado un acuerdo con la Alcaldía aceptando su traslado, pero luego reculó y fue la que más se opuso al operativo de la policía, causando que su carreta se volteara y los productos terminaran en el suelo.
