La iniciativa parece estar destinada a hundirse bajo la antigua estrategia de dilatar su discusión mientras se agota el tiempo de la legislatura.
2020, además de ser el año de la pandemia, se está convirtiendo en un año negro para el campesinado colombiano, que a comienzo de año sufrió las heladas y el escaso apoyo estatal, pues el gobierno apenas otorgó mayores facilidades de crédito; vivió los inconvenientes de ingreso a Corabastos a final de la semana pasada, con la pérdidas millonarias que esto implica al no poder comercializar sus productos; vio hundirse el proyecto de vivienda rural y próximamente presenciaría el mismo destino para el proyecto de transporte escolar rural.
El ponente del proyecto es el representante a la Cámara por Boyacá Wilmer Leal, que sabe a la perfección que el proyecto lucha contra el reloj, pues cuenta con dos semanas a falta de dos debates y de conciliación con el Senado.
Este martes será una jornada clave, pues es este día que el proyecto cursa el tercer debate en la Comisión VI de la Cámara.
Leal viene advirtiendo sobre la importancia de aprobación para iniciativas como esta, pues lo que se está promoviendo es una garantía de acceso a la educación en un país con altos porcentajes de ruralidad.
Advierte el parlamentario que esta temática amerita discusión y que no es para nada conveniente regirla por decreto, pues con este se dejarían por fuera las pólizas y la aplicación del transporte no motor.
