Por | Ec. Carlos Julio Castro Espinosa / http://pazquinar.blogspot.com
Las noticias recibidas en la ciudad de Tunja en el marco del XVII Festival De Las Artes, acerca de los triunfos que en Boston acompañaban el ejercicio profesional de la sogamoseña Luisa Victoria Buitrago Villamizar, despertaron mi interés por conocer detalles de su quijotesca experiencia.
Por tal motivo y gracias a la colaboración recibida de colegas de Luisa Victoria, fue posible a través de la presente entrevista, conocer detalles de algunas de sus vivencias, realizaciones y triunfos.
Amigos lectores, escuchar a Luisa Victoria, ha despertado en mí el sueño de que quizás algún día, alguien se proponga realmente recoger todas esas siembras que como nómadas del mundo, van dejando frutos en todos lados, menos en la tierra que un día las vio germinar.
Carlos Castro: Luisa, agradezco la generosidad de obsequiarnos parte de su tiempo, para que conozcamos algunos detalles de su enriquecedora experiencia por las aulas y escenarios de los Estados Unidos.
Cuéntenos un poco de su vida, sus inicios en la música. ¿Dónde comenzó su proceso musical?
Luisa Victoria Buitrago: Yo nací en 1988 en Sogamoso, orgullosamente boyacense y viví en Tunja hasta que me gradué del Colegio de Boyacá. Tuve la fortuna de entrar al Convenio ICBA – Colboy y allí descubrí la música.
El haber estado en el Convenio, me permitió tomar clases en la Escuela Superior de Música y fue allí donde comprendí que la música era más que un hobby, que ella encarnaba mi proyecto de vida.
C.C.: Háblenos de su paso por la Escuela Superior de Música.
L.V.B.: Indudablemente la Escuela de Música fue fundamental en mi proceso como músico, fue allí donde tomé por primera vez clases de bandola, clarinete y piano; además, de teoría, solfeo y coro.
Estar rodeada de maestros y jóvenes músicos, incentivó mi curiosidad por este arte y consolidó mi sueño de hacer música profesionalmente.
La Escuela de Música fue un espacio que permitió potenciar y desarrollar mis habilidades y conocimientos, por esto agradezco muchísimo haber podido estudiar allí desde tercero primaria hasta el grado once.
C.C.: Pensando en nuestros jóvenes, ¿qué opinión le merece entonces espacios como la Escuela de Música?
L.V.B.: Espacios como la Escuela de Música, son esenciales para que los niños y jóvenes encuentren en la música un camino para expresarse, desarrollar habilidades, compartir, intercambiar conocimientos y ver el arte como una forma de vida.
C.C.: ¿Qué pasó después de graduarse bachiller en el Colboy, y de pasar a ser ex alumna de la Escuela de Música?
L.V.B.: Después de graduarme en el Colegio de Boyacá, ingresé a la Universidad Javeriana en el año 2007, en donde conté con la fortuna de matricularme en la carrera de estudios musicales, la cual hoy goza de alto prestigio académico.
C.C.: La Universidad, ¿una nueva influencia en su futuro musical?
L.V.B.: Sí. La Universidad Javeriana marcó mi vida de una manera muy positiva, tengo los mejores recuerdos de mi paso por esta Universidad y vivo muy agradecida con todos los profesores y amigos, que me ayudaron en la búsqueda de mi futuro profesional y en mi madurez y crecimiento como músico y como persona.
C.C.: ¿Cuál considera que fue el aporte de la Javeriana a su carrera de músico profesional?
L.V.B.: En la Universidad Javeriana encontré un espacio de creación, participación y libertad; el cual me permitió avanzar en mi búsqueda personal como músico y definir mi estilo propio y único como clarinetista y artista.
C.C.: ¿Cuál ha sido hasta hoy, la experiencia que más la ha marcado como músico?
L.V.B.: Sin dudarlo, fue el haber sido seleccionada por la biblioteca Luis Ángel Arango como joven talento en el año 2012. Fue mi profesor de clarinete quien me animó a presentarme y me apoyó incondicionalmente durante todo el proceso.
Este logro marcó un punto muy importante en mi carrera ya que es una convocatoria significativa para los jóvenes músicos de todo el país. El haber ganado esta convocatoria, me permitió hacer conciertos en otras ciudades del país y conocer músicos de otros lugares de Colombia.
C.C. ¿Y qué otra experiencia significativa recuerda?
L.V.B.: Otra experiencia que significó mucho para mí y de la que tengo muy buenos recuerdos, es el haber sido ganadora de la Convocatoria de Estímulos 2014 del Ministerio de Cultura, la cual me permitió viajar a España y tocar con la Banda de Valencia.
C.C.: ¿Esa experiencia en España, musicalmente que significó para usted?
L.V.B.: Tocar con músicos de otro país es una experiencia maravillosa, te da la posibilidad de intercambiar ideas, aprender más sobre otras culturas, dar a conocer la música colombiana y entablar conexiones y relaciones personales y profesionales.
El haber tocado en España con dicha banda, amplió mi perspectiva de la música y reafirmó mi convicción de vivir de este arte.
C.C.: Ahora que vive en Estados Unidos, ¿cómo fue su llegada a ese país y qué le motivó?
L.V.B.: Cuando me gradué de la Universidad Javeriana, mi profesor de clarinete me impulsó a buscar oportunidades en Estados Unidos, él había hecho su maestría en ese país y me contó cómo había sido su experiencia.
A partir de eso, tomé la decisión de buscar becas en Estados Unidos y empecé a hacer todos los trámites para hacer allí la maestría. Después de varios meses de preparación, trámites y papeleos, conseguí una beca en Longy School of Music y me fui en el año 2015 para Boston.
C.C.: ¿Cómo se vive ese momento?
L.V.B.: Desde pequeña la música ha sido mi pasión, por lo cual, siempre estuve en búsqueda de oportunidades, para seguir aprendiendo y evolucionando como músico.
Vivir en un país como Estados Unidos trae oportunidades, pero hay que adaptarse a cosas nuevas como la cultura, el idioma, el clima y el estar lejos de la familia y los amigos. No se puede negar, al principio siempre hay dudas y temores.
Por eso, contar con el apoyo incondicional de mi familia y mi profesor, fueron claves para tomar la decisión de ampliar mis horizontes y tener la experiencia de vivir y estudiar en otro país.
C.C.: ¿En Boston qué siguió para Luisa?
L.V.B.: En el 2019 continué con mis estudios de doctorado en Indiana, que culminé en el 2022. Estar en los Estados Unidos me ha permitido consolidar mi carrera y ampliar mi mente a nuevas ideas, formas de ver la vida y de hacer música.
C.C.: ¿Cuánto tiempo lleva en Estados Unidos?
Ya llevo ocho años viviendo acá, que han sido marcados por retos, alegrías y constante aprendizaje. Aun cuando extraño a mi familia y amigos, soy muy feliz en éste país, porque me ha brindado un sin fin de oportunidades profesionales y personales.
C.C.: ¿Qué consejos le daría a los jóvenes que quieren empezar su proyecto de vida como músicos profesionales?
L.V.B.: Definitivamente les diría que sigan adelante con sus metas y proyectos, pienso que se puede vivir de la música, yo lo estoy haciendo, y aunque a veces las oportunidades parecen escasas, es importante estar en una búsqueda constante, con disciplina, pasión y entrega total por lo que aman y por lo que los apasiona.
C.C.: ¿Cómo se asume la música como proyecto de vida?
L.V.B.: La música como proyecto de vida ofrece una gama muy amplia de campos laborales, es importante tener la mente abierta y estar dispuestos a explorar y a experimentar cada día. No se cierren a un solo campo de acción, ser músico te permite ser flexible, creativo y capaz de desenvolverte en diversos ambientes laborales.
C.C.: ¿Cuál sería otro consejo?
L.V.B.: Otro consejo que les daría a los jóvenes que quieren estudiar música, es que tengan respeto por esta profesión. La música nos da la capacidad de ser más sensibles, humanos y de reencontrarnos con la ciencia, la naturaleza y el conocimiento. Si tienen la convicción de entregar su vida a la música, háganlo, estudien, prepárense y disfruten lo que hacen.
Carlos Castro: Bueno, Luisa, no la retengo por más tiempo. Sé que sus compromisos profesionales le exigen mucho tiempo y le agradezco que haya compartido con sus compatriotas del Cercado Muisca y Templo del Sol, sus sueños y esas vivencias que le acompañarán siempre gracias a la música.
Luisa Victoria Buitrago: Gracias a ti y un abrazo lleno de alegría para todos en mi patria, la que me vio crecer.