La medida que se anunció durante el último fin de semana no ha sido bien recibida por la ciudadanía, que la estima como inconveniente para la realidad sanitaria por la que atraviesa la ciudad.
Las voces y manifestaciones de rechazo a la autorización al transporte público para funcionar al 100% de su capacidad han ido en constante crecimiento desde el momento en que se anunció la medida.
Y no es para menos, pues en un momento en que la curva de crecimiento de casos de COVID-19 viene en rápido crecimiento, una medida así parece jugar en contra del bienestar de los ciudadanos.
EL DIARIO mediante su cuenta de Facebook consultó a la ciudadanía “¿Está de acuerdo con que se permita el 100% del cupo para el transporte público en Tunja?”, a lo que el 14,13% (27 voto) dijo que sí, mientras que el 85,86% (164 votos) dijo que no
El sondeo es categórico en su resultado, pues el 85% no está de acuerdo con esta medida. Pero no se trató solo del resultado porcentual, sino del complemento con una serie de mensajes de rechazo a la medida.
Sin embargo, desde la Administración Municipal explican que es una determinación que se tomó evidenciando que la demanda supera la oferta. Claro que esto es ampliamente cuestionable siendo que se promulgó pico y placa una vez más, lo que a su vez obliga a que la demanda aumente.
Otra de las razones que dan desde la Administración Municipal para justificar tal decisión es que solo a través del aumento en la capacidad del transporte público colectivo se puede poner freno a las diversas formas de transporte informal que puedan surgir en la ciudad.
Pero otra es la apreciación ciudadana, que entiende que es mejor buscar reguilar ese transporte informal, a la vez que se promueven otros medios de transporte.
Desde la Secretaría de Tránsito niegan la posibilidad de levantar el pico y placa, pues eso puede suponer otro tipo de costos para la ciudad como el impacto ambiental, el desgaste de la malla vial, traumatismos a la movilidad, aumento de la contaminación acústica, entre otras. Pero eso es hilar demasiado fino, pues un aumento de las emisiones es solo un hipotético, así como un traumatismo a la movilidad, pues no es posible saber en qué grado aumentaría el uso de transporte particular a motor.
Es más, el pretexto del aumento de la contaminación por emisión de gases parece poco probable, pues de levantarse la medida de pico y placa no se asegura que todos los ciudadanos se vayan a volcar a las calles con sus vehículos particulares, es más, probablemente lo usarían para desplazamientos necesarios, mientras que el transporte público colectivo está circulando durante todo el día y de extremo a extremo de la ciudad.
Así las cosas solo resta esperar por la decisión que tome la Administración Municipal, la de escuchar el deseo popular, que es la esencia de una administración pública, o la de mantenerse en la decisión de permitir esta medida que a toda costa pone en riesgo la salud de los tunjanos.