A pesar de estar a 2 minutos y 41 segundos del líder, Nairo Quintana está lleno de confianza y sabe que la tercera semana de competencia es la que siempre le sienta mejor. El líder de filas del Movistar tendrá una difícil labor pero no será imposible.
A su favor está el perfil montañoso de las etapas restantes. En contra tiene que la desventaja es grande y que la última etapa es otra contrarreloj, terreno donde Tom Dumoulin demostró que es imbatible. ¿Le alcanzará a Quintana para vestir de rosa en Milán?
El ascenso a Oropa en la etapa 14 del Giro de Italia marcó un antes y un después para los aspirantes al título; todos daban por sentado que a partir de esta etapa Nairo Quintana empezaría a recortarle tiempo al líder de la carrera Tom Dumoulin. Pero eso no ocurrió, el holandés sorprendió en los últimos dos kilómetros del puerto de montaña, ganó la etapa y terminó ampliando su ventaja sobre el de Cómbita.
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Y muchos se echaron a llorar, dieron por sentenciada la competencia y le desearon mejor suerte al de Cómbita de cara al ‘sueño amarillo’. Pero Quintana tiene los pies bien puestos sobre la tierra, o mejor sobre su bicicleta; los objetivos están claros y sabe que el momento es ahora o nunca. “Se puede ganar la maglia rosa (…) hemos estado en estas situaciones ya varias veces, unas nos han salido bien y otras no, pero siempre damos lo máximo para conseguirlo. Tenemos por delante cinco días en teoría favorables para nosotros. El líder está bien, pero no sabemos cómo puede reaccionar ante este recorrido”, explicó el pedalista boyacense antes de la reanudación del Giro.
Quintana sabe de sus condiciones y además tiene claro el desgaste que han realizado sus competidores en las dos primeras semanas; conoce de sus fortalezas en la última semana y de la preparación que ha tenido para llegar sólido a esta parte crucial de la competencia. “Por nuestra parte tenemos un gran conjunto y confío en todos mis compañeros para luchar por el triunfo. Estamos convencidos de que podemos hacerlo. Es verdad que normalmente siempre estoy muy bien en la tercera semana. Espero que la caída de ayer no me lastre porque estaba en un gran estado físico. En teoría se me tiene que dar bien esta tercera semana”.
Evidentemente, el perfil de las siguientes cinco etapas se adapta muy bien a las fortalezas del de Cómbita. Empezando por la etapa 16, considerada la etapa reina; un trazado de 222 kilómetros con el ascenso a tres puertos de montaña de primera categoría, entre ellos la ‘Cima Coppi’ (punto más alto) de la competencia. Luego seguirá una etapa “a cara de perro”; 219 kilómetros con dos puertos de montaña de segunda categoría en la parte inicial de la etapa, después un largo descenso hasta llegar al Alto di Giovio, puerto de montaña de tercera categoría, para luego rematar con 80 kilómetros en constante ascenso hasta la meta en Canazei.
La siguientes tres etapas serán determinantes para Quintana, si a esta altura de la competencia no ha logrado recortar la diferencia de forma significativa sus chances serán reducidas. La etapa 18 será vital en las aspiraciones de Quintana, apenas 137 kilómetros en un encadenado montañoso que cuenta con dos premios de segunda categoría, uno de tercera y dos de primera, siendo uno de ellos el que marca la línea de sentencia. Etapa hecha a la medida para que el jefe de filas del Movistar marque diferencias contundentes frente a Dumoulin.
La etapa 19 podría considerarse de transición entre tanta montaña, no por carecer de tramos en ascenso, sino por ser la que tiene más cantidad de kilómetros en descenso y llanos. Sin embargo, el final en ascenso a puerto de primera categoría es una nueva oportunidad para que Quintana ataque y liquide el pleito.
La última de las etapas de montaña se disputará el sábado 27 de mayo, serán 190 kilómetros con ascenso a un puerto de cuarta categoría y a dos de primera, estando el último de ellos en cercanías a la línea de meta en Asiago. El final de esta etapa está marcado por los últimos cinco kilómetros que serán en descenso, por lo que es posible que se repita el duelo al sprint entre escaladores que ya se dio en la etapa 15.
Dumoulin ya ha demostrado que no le teme a la montaña, pero ahora habrá que verlo con el cansancio acumulado de dos semanas y enfrentando a un Nairo Quintana que se sentirá dueño y amo del terreno.
La confianza y el apoyo del equipo serán vitales para un Nairo Quintana que sabe que esto aún no termina. “No sé con qué diferencia debería llegar a la última contrarreloj. El objetivo es por lo menos restarle el tiempo que nos lleva ahora y tener algo más para la crono final”, sentenció el líder del Movistar.