Round definitivo: Cepeda no podrá entregar el Teatro Suárez

Foto | Alcaldía de Tunja
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Como un triunfo del Común sobre los intereses particulares, es lo que significa el archivo del proyecto en el Concejo de Tunja que buscaba darle facultades al alcalde Pablo Cepeda para que entregara a un particular el manejo y usufructo del teatro Suárez, una obra de miles de millones de pesos, que se pagará con el impuesto de los contribuyentes.

Las redes sociales hoy, de forma efectiva, han creado «comunidades» que hacen valer sus derechos, tal como se demostró en este caso donde gracias a estas y la presión sobre el Concejo, hicieron que las mayorías en la corporación hundieran la perversa iniciativa.

Iniciativa que, al parecer, se venía cocinando desde hace rato y cuyo adjudicatario ya tenía nombre propio, lo cual hacía más burda y descarada la acción del alcalde. Resulta que el seguro concesionario sería el director del periódico Siete Días, Ricardo Bautista Pamplona, quien, como se sabe, tiene una larga trayectoria como empresario de espectáculos, más que como mentor y promotor de la cultura, quien aprovechando la posición de influencia del periódico, no ha dudado en usar las páginas del mismo, sin obedecer la obligación ética de explicarle a sus lectores los intereses que lo mueven, para defender las supuestas bondades de las privatizaciones, tal como se lee en varias páginas informativas del periódico en ediciones de la segunda semana de este mes.

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Por eso ahora toca cuidar el Suárez, exigir su manejo transparente y su cuidado íntegro; no se puede seguir por el camino de las privatizaciones como señala el citado medio de comunicación ya que no es cierto que si no se  le entrega su manejo a un particular (el gerente de ese medio), el teatro se va a acabar.

Hay que salir a defender lo público; bien por el triunfo de esa nueva comunidad heurística de las nuevas tecnologías que ayudan a la deliberación y la democracia.

Por eso, cundo el mismo periódico -7 Días- anuncia como un nuevo «round» la insistencia de Pablo Cepeda, en volver a presentar la iniciativa de entregar en concesión el teatro Suárez, a un operador privado, como queda en evidencia en la propaganda que desarrolla este medio, y que sería su director, Ricardo Bautista el que se quedara con el negocio del año, en realidad lo que debe suceder es el “round definitivo”, para negar la iniciativa.

La derrota que le propinó a esta cofradía de mercachifles la opinión pública a través de las redes se convierte en un pulso entre poderes: el de los intereses particulares sobre el interés general. En este caso, el interés general tiene que imponerse para propender por un manejo transparente, sostenible, pero, en particular, incluyente en función de la cultura y el espacio público de encuentro, de la ciudad y la región.

Quienes defienden el manejo privado, lo hacen porque su vida transcurrió en una experiencia de incompetencia y frustración en lo público; ellos mismos apoyaron liderazgos clientelistas, mesiánicos, corruptos, que destruyeron la confianza en lo público, y son los mismos que hoy nos dicen que no hay otro camino, que debemos seguir la senda donde el Estado invierte, el privado se lucra, y la sociedad paga. Es el camino de las «espectativas adaptativas» en economía, donde la realidad está prefabricada antes de que la sociedad tome la decisión de cambiar esta realidad, este Status Quo. 

Pues bien, hay que aceptar el nuevo «Round», como reta este grupo de interesados a los Tunjanos en cabeza del Alcalde y salir a la calle, al plantón, para propinarles un Nocaut Fulminante, para que el Concejo no apruebe las facultades de entregar el «ágora» del Suárez al doctor de la guabina y el torbellino, negociante de la cultura, Ricardo Bautista.

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