Por | Gonzalo J. Bohórquez
Así es el fútbol femenino de nuestro país: pura gloria y poco pan. Suena duro, hasta feo, y es la verdad. Jugar en la categoría para las mujeres en Colombia es cosa de machos. Y sí que saben ganar. Inaudito que todavía no alcance y que no sea “negocio” para los ‘duros’ que manejan estos hilos.
Cuando hay hambre de triunfo la mayoría de las veces está una mujer al frente. Talento, disposición, aguante, amor y perseverancia, definirían algunas de las cualidades de quienes deciden ‘jugársela’ por este deporte en territorio colombiano.
¿Cómo no admirarlas? Si deben aguantar cuanta cosa se le ocurre a los ‘varones’, si muchos piensan que para qué se meten en temas de hombres, si esto y lo otro, que no tiene sentido y cómo me opongo; sí, aún en este siglo existe ese pensamiento.
Y no solo esa manera de pensar, sino el pesar que da ver que no se les quiere apoyar. Apoyo como el que merecen, como el que piden a gritos sus jugadas, su entrega y pundonor en una cancha, eso que, a los señores de la selección masculina de mayores, y de divisiones inferiores, no a todos, pero infortunadamente a la mayoría, se les olvidó hace rato.
Ellos están más pendientes de las redes sociales, y no es que las damas no tengan sus cuentas de Instagram, Twitter, Facebook y demás, solo que no se ponen con tantas pendejadas. Y cuando lo hacen, la “sacan del estadio”.
En una mirada regional, en Boyacá tenemos tanto talento como el que ahora demuestran las chicas de la ‘tricolor’, la que sí gana, la que sí le mete ganas, la femenina claro está. Lo más cercano, la sub-17 que en este momento disputa el mundial. Y que juega de lo ‘lindo’.
Lo único es que aquí en el departamento están dedicadas, especialmente, al fútbol sala y fútbol de salón; y, ¿Por qué? Sencillo, en el fútbol no funcionó. Y ni preguntemos el porqué. Todos lo saben, pero nadie fue.
Pues en la capital de los boyacenses se concentran los dos equipos que actualmente fijan todas las miradas: Heroínas de Tunja y Juventas F.C. Claro que existen más, simplemente quiero referirme a los que más impactan.
Dos caras de la moneda con similares puntos de encuentro: la pasión por ‘la pecosa’ como le llaman algunos. La pelota, el balón, como lo deseen llamar, ese que a tantos nos encanta y obviamente, de vez en cuando, nos desencanta.
¿Las ha visto jugar? Si no se ha dado ese gusto, lo puedo asegurar, se lo está perdiendo. Una boyacense de corazón y por adopción como Shandira Wright, Yeni Ríos quien dice sentirse orgullosamente boyacense, pues ya completa 9 años en Tunja; las talentosas Leidy Calderón, Laura Becerra, Catalina Granados, Yurany Rodríguez, Paola Corredor… bueno, la lista es larga, casi que se vuelve uno injusto por nombrar solo algunas de ellas, insisto en que son excelentes y que detrás vienen más.
Sí, bastantes. Es muy fácil verlas por doquier en las canchas sintéticas (que más adelante hablaré de un tema particular que nos debería interesar), en las canchas de barrio, en las escuelas de formación, que se las ‘inventan’ por decirlo de alguna manera, con respeto eso sí, los mismos equipos que se han dado a la tarea de impulsar este cuento… en fin. Hay tantas que los hombres van a tener que ponerlas a jugar en sus equipos. Sin duda lo harían mejor.
La Liga Profesional Femenina (de fútbol) en nuestro país se daría nuevamente hasta el otro año, por lo que se sabe con cerca de 20 equipos, ¿de aquí? Ninguno hasta el momento que se tenga conocimiento. Y la verdad, no creo.
Por eso aplaudo y celebro la existencia de los quintetos que mencioné unas líneas arriba, que así por encima son campeones nacionales, los dos ya lo son en sus respectivas disciplinas, que son muy parecidas, por lo menos en nuestro entorno, que sus integrantes ya saben lo que es la esfera suramericana y del mundo, que saborearon una Libertadores, que hacen patria chica, que emocionan, que enamoran.
Y de repente te dividen el corazón. A veces no sabes para dónde coger, por ello es mejor no escoger, digo yo, me quedo con los dos (espero que me dejen dormir esta noche en la casa por estos comentarios).
Y pilas, porque en estos días comienza el IV Mundial Femenino Mayores de Fútbol de Salón, aquí muy cerca, en Cundinamarca. Y si no, pues por el ‘Face’ como decimos nosotros, lo podremos ver. Ahí estarán nuestras ‘heroínas’. El ‘profe Wili’ también, quien es el seleccionador nacional, y la fisioterapeuta Andrea Niño, en representación de “la tierrita”.
Como si fuera poco (volviendo al fútbol como tal), seguiremos deleitándonos con Linda Caicedo y su combo en la India 2022; la Copa Libertadores que disputan América y Cali, donde está Catalina Usme, el verde de Caicedo que obviamente tiene compañeras que la respaldan… “hijuemadre”, ¡es un montón! Y no me las sé todas, para ser sincero muy pocas, y en cortas líneas imposible abarcarlas en su totalidad; sin embargo, trato de verlas a todas.
Y creo, firmemente, que esa inmensa alegría que nos brindan con cada enganche, remate, atajada, entrega y convicción, con cada gol, seguirá marcando la diferencia. Ellas mandan hace rato en el balompié nacional. Esto es apenas una ‘pincelada’, hay mucha tela por contar.
Excelente Articulo y muy buena Reflexion Gonzalo .