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Durante tres días, miembros y delegados de la RAP-E y la cooperación internacional recorrieron algunos de los municipios priorizados de este modelo de planificación, que se espera, pueda ser replicado con otros alimentos agrícolas en otras zonas del país. Este proyecto de cooperación se enfoca en la planeación territorial integral en torno al agua y de soluciones basadas en la naturaleza y la sostenibilidad medioambiental.
En el marco del proyecto ‘Innovación rural y sostenible para el desarrollo regional bajo condiciones de variabilidad climática’, la Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E) Región Central, junto con la Agencia Italiana de Cooperación Internacional (AICS Bogotá), el Instituto Italo – Latino Americano (IILA) y la alianza Biovercity & CIAT, llevaron a cabo una exitosa visita de reconocimiento del paisaje productivo cafetero-papelero.
Durante tres días, los participantes exploraron diversas iniciativas rurales en las regiones de Boyacá y Cundinamarca, comenzando en el municipio de San José de Pare. En la finca agroecológica de la Asociación de Mujeres Pareñas (Asomuparen) conocieron la historia de Vivian y de otras mujeres que lideran proyectos de producción sostenible en la región. Este primer punto del recorrido destacó la importancia del trabajo en equipo y la resiliencia de las comunidades locales frente a la variabilidad climática.
Vivian Correa, representante legal de Asomuparen, expresó: “somos una asociación de mujeres campesinas comprometidas con la defensa de los derechos de nuestros campesinos y de todas las diversidades culturales de la soberanía alimentaria. Trabajamos economía circular y solidaria con recursos sostenibles y de justicia ambiental. A través de las granjas agroecológicas cafeteras hemos venido tratando de recuperar nuestros principales recursos que son el suelo y el agua”.
El itinerario continuó en Nocaima (Cundinamarca), donde los participantes visitaron el punto de acopio, alistamiento y empaque con valor agregado de la panela de la Asociación de Productores de Panela (Asopropanoc). Aquí se apreciaron las técnicas innovadoras en el procesamiento de la panela, un producto fundamental en la región. Posteriormente, se realizó un recorrido por la Finca Ventorrillo en la vereda El Cajón, donde se exploró el cultivo de la caña panelera y su conversión en panela, destacando la técnica agrícola y su adaptabilidad.
Vicente García, tesorero de Asopropanoc, expresó la importancia de la asociatividad en los procesos de comercialización agrícola. “Nosotros somos 45 asociados, la integración nos ha permitido cumplir con esos mercados que nos exigen grandes cantidades, al tiempo que hemos podido tener mejores precios de compra de nuestra producción. A base de este producto tenemos panelas saborizadas, mieles con extractos naturales, licores artesanales, guarapo fermentado y dulcería. Dedicarme a esta labor me produce bienestar y vida”.
El tercer día llevó a los participantes a la finca San Pedro, ubicada en la vereda Alto de Torres, en el municipio de Villeta (Cundinamarca). Esta finca, gestionada por la familia Guillén por más de tres generaciones, presenta cuatro unidades de negocio: administración y producción; marca e imagen; agroturismo; y avicultura y porcicultura. La finca San Pedro, conocida por su producción de panela, es un ejemplo sobresaliente de tradición y emprendimiento rural.
“La idea es poder permanecer en los territorios y la finca nos ha permitido eso. Agradezco la oportunidad que nos dio mi papá y mi mamá por permitirnos trabajar en este negocio familiar y poder hacer muchos proyectos”, señaló Heidy Guillén, productora finca San Pedro.
La Central de Mieles de Útica, una planta estratégica de acopio y procesamiento, juega un papel crucial al recibir la miel de caña de los productores de la región. Su ubicación estratégica y su infraestructura apoyan el avance tecnológico en la producción de panela.
Como actividad de cierre del recorrido, se llevó a cabo una mesa de trabajo con la participación de miembros de la cooperación internacional involucrados, además de delegados del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la CAR Cundinamarca, Corpoboyacá y las gobernaciones de Boyacá y Cundinamarca, quienes avanzaron en la instalación de una mesa de coordinación para esta iniciativa, con el objetivo de fomentar una colaboración más estrecha y efectiva en la Región Central.
Magnolia Espinosa, responsable del eje de Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural de la RAP-E Región Central, concluyó: “finalizamos un recorrido de tres días por el paisaje productivo cafetero-panelero en Boyacá y Cundinamarca. Este reconocimiento nos da herramientas para continuar avanzando en la hoja de ruta del proyecto de paisajes productivos sostenibles de la Región Central”.