La ciudad colapsó en medio del momento más delicado de la pandemia y hubo pánico e indignación entre la ciudanía, pues el interés de unos pocos obstaculizó el interés general.
La tarde del 12 de enero en Tunja será recordada por las largas y extensas caminatas que muchos ciudadanos tuvieron que realizar a causa de los bloqueos llevados a cabo por un grupo de taxistas, que lograron colapsar la ciudad sin mayores dificultades.
Les bastó con bloquear la Glorieta Norte y la Glorieta del Gobernador para crear caos e interminables atascos en la ciudad. Entre los tunjanos hubo indignación, pues esto afectó la movilidad de todos, incluidas ambulancias y otros servicios de emergencia tan activos por estos días de segundo pico de pandemia en el departamento.
Y quedó claro que Tunja, por más capital de departamento que sea, carece de una infraestructura vial a su altura. Aunque no es la primera vez, todas esas otras ocasiones que cerró la Avenida Olímpica a causa de competencias ciclísticas o por otros motivos, la ciudad vivió la misma calamidad.
Ahora más que nunca se hace necesaria la construcción de la tan vociferada calle 53, anunciada por anteriores administraciones pero hasta ahora solo una más de las promesas en el aire que tanto se hacen en la capital boyacense.
La actual Administración ya hizo anuncio sobre su construcción mediante los recursos obtenidos del empréstito, por lo que la ciudadanía estará más pendiente que nunca que esta obra no se quede en el tintero, como ha ocurrido tantas veces.
Lo otro que quedó evidenciado fue el matoneo al que fue sometida la ciudad y la falta de talante de la actual administración, pues una de las medidas analizadas con detenimiento y cabeza fría, como levantar la medida de pico y placa, tuvo que suspenderse por capricho de un gremio que fácilmente pudo ponerse de acuerdo entre sí para no saturar la ciudad con el servicio, pero que prefirió colapsarla para hacerse sentir, sin importar las vidas que pudiesen poner en riesgo.
Sin lugar a dudas, es evidente que Tunja es la capital de una región pobre en soluciones estructurales, muestra ser un pueblo grande en problemas, falta de recursos de todo orden y talento congelado, pero, es el orgullo de la nostalgia y continua atormentada por la miseria y el frio.