Por: Carlos Molina
Amantes de la política, políticos y líderes en las regiones están al pendiente de cada uno de los debates que realiza en el Congreso en torno a la Reforma, la cual al parecer va con buen ritmo en el máximo escenario legislativo del país. Pero, no todo es color de rosa, hay algunos puntos del documento como las listas cerradas que generan descontento en algunos sectores.
La posibilidad que haya un 50-50 (mujeres y hombres) en la conformación de las listas para concejos y asambleas, sin duda, es un importante espaldarazo a la equidad de género que conlleva a impulsar un empoderamiento político en las mujeres, las cuales día a día van mostrando interés en hacerse participes de las decisiones más importantes en sus territorios.
¿Por qué es importante este logro? Que haya paridad en las listas garantiza una igualdad de condiciones entre los dos géneros máxime cuando en el transcurso de las historia, los hombres son los que han predominado en las corporaciones públicas.
Sin embargo, esta propuesta no beneficiaría del todo a las mujeres, ya que en lista cerrada se elimina el voto preferente, lo que produciría que se pierda la figura de liderazgo de la mujer y se incline por la propuesta de un partido. En pocas palabras, a pesar de que la lista vaya intercalada, la mujer tendría que trabajar para su corriente y no para ella.
Por ahora queda esperar el trayecto de la reforma en el Congreso. Celebramos la paridad, pero con lista cerrada se ahogaría el empoderamiento político femenino, ese que tanto hemos aplaudido.