El gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, respondió a los cuestionamientos sobre por qué no ha recurrido al uso de la fuerza pública, particularmente el escuadrón UNDEMO, antes ESMAD, frente a los bloqueos registrados durante el paro en Boyacá.
Según explicó, prefiere agotar todas las vías del diálogo antes de recurrir a medidas represivas, argumentando que «esas confrontaciones siempre terminan mal». Recordó el Paro Agrario del 2013 que dejó muertos y heridos entre policías y manifestantes, y subrayó que tanto unos como otros son «hijos de campesinos y mineros», por lo que considera inadmisible que se enfrenten entre sí.
Amaya señaló que espera una pronta respuesta del Gobierno Nacional a las peticiones del paro y, aunque no descartó tomar decisiones más drásticas si la situación se prolonga, reafirmó que su prioridad sigue siendo el diálogo.
“Aquí (en Boyacá) no hay nada más difícil que un campesino embejucado”, dijo, aludiendo al riesgo de una escalada de violencia social.
Además, indicó que este martes acordaron con los líderes de las movilizaciones la implementación de bloqueos intermitentes para permitir un respiro económico en medio de las protestas.