Con un Rupornis magnirostris, denominación científica del Gavilán Pollero, en junio de 1962, Luis Gonzalo Andrade, especialista en taxidermia y docente de zoología durante 50 años, empezó a hacer realidad el sueño de abrir las puertas del Museo de Historia Natural de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia que lleva su nombre y que hoy dirige Juan Carvajal Cogollo.
Sesenta años después, son más de 450 los ejemplares de especies animales los que se resguardan allí.
En medio de la reciente celebración de la Semana Ambiental ‘Si hay vida, hay esperanza’, a cargo de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Boyacá, Clara Marcela Gómez, licenciada en Biología y Química, y funcionaria del Museo, junto a Irina Morales, docente del Programa de Biología, detallaron el camino recorrido por esa valiosa biblioteca de la biodiversidad, que ya tiene un Premio India Catalina.
¿Con qué propósito fue creado el Museo?
Marcela Gómez: Inicia como herramienta didáctica para hacer más práctica la enseñanza de la zoología. El profesor Andrade quiso tener ciertas colecciones para sus clases de anatomía y cuando contó con un número de especímenes, supo que este sería el inicio del Museo de Historia Natural para que el conocimiento de la biodiversidad de la región y el país llagará a otro público y no solo a estudiantes.
Hablemos más sobre la función pedagógica de este espacio
Irina Morales: De esta manera acercamos a estudiantes y al público en general a la biodiversidad, porque no siempre tenemos la oportunidad de compartir con los restos de especímenes de fauna que pasaron por un proceso de taxidermia y quedaron muy bien montados; eso atrae mucho a las personas. De allí, las charlas y los recorridos programados. No es solo guardar nuestra riqueza biológica, sino darla a conocer.
¿Qué enseña un Museo de Historia Natural y cómo planificar la gestión de biodiversidad a partir de este?
Marcela Gómez: Los Museos de Historia Natural son una biblioteca que guarda un valioso pasado. Allí vamos a observar ejemplares que, a veces, es difícil conocerlos en suhábitat natural. Es un banco de información para el deleite de visitantes y un instrumento para la docencia y la investigación. Entonces, las colecciones resguardadas son un patrimonio por conservar, gracias al cual podemos apreciar la importancia de los animales en el ambiente. Esperamos que el Museo crezca en sus colecciones de exhibición y científicas.
¿Cómo comprender las apuestas investigativas y los aportes del museo para el territorio?
Irina Morales: Tenemos una parte del museo que es de investigación, donde personas dedicadas al estudio de insectos, aves, mamíferos, etc., realizan un trabajo muy específico de curaduría para que nutra esa biblioteca natural. El museo tiene propósitos académicos en las colecciones que aloja; por ejemplo, hay géneros y especies de insectos y reptiles nuevas descritas para la ciencia, nuevos registros del departamento y de Colombia con valor único porque tenemos el espécimen del cual se toma la descripción original: el holotipo.
¿De dónde salen los ejemplares que nutren al museo?
Marcela Gómez: El museo se enriquece de donaciones de zoológicos, de hogares de paso, de restos hallados en prácticas estudiantiles, que luego son manejados mediante la taxidermia para su exhibición. En primer lugar, queremos saber la procedencia del animal, la causa de su muerte y esa información es consignada en documentos oficiales porque todas las colecciones están registradas ante el Instituto Humboldt. A la fecha contamos con 300 aves, alrededor de 100 mamíferos, 50 reptiles y varios invertebrados.
¿Un India Catalina? ¿Cómo sucedió?
Irina Morales: En el 2010 estábamos en una reunión que daba inicio a la Red de Museos de la UPTC; así surge la idea de producir un video promocional de cada uno, incluyendo el Museo de Historia Natural que postulamos a los Premios India Catalina del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias.
Marcela Gómez: Para nuestra sorpresa quedó muy bonito ese producto audiovisual, con tan buena fortuna que ganamos en la modalidad Investigación Universitaria, el primero para la Universidad. Fue gratificante. El Museo de Historia Natural Luis Gonzalo Andrade puede ser visitado de lunes a viernes, de 8:00 a.m. a 12 m. y de 2:00 p.m. a 6:00 p.m., con solicitud previa a través del correo: museo.hnatural@uptc.edu.co.
Los museos de historia natural están reglamentados, pero además cuentan con un código dentológico aprobado en 2013 por unanimidad en Río de Janeiro (Brasil), durante la edición 23 de la Asamblea General del Consejo Internacional de Museos (ICOM) y presentado en el Encuentro Colombiano de Museos de Historia Natural, un año después. Entre tanto, la Secretaría de Ambiente del Departamento continúa articulando acciones e iniciativas con el Museo Luis Gonzalo Andrade y con la universidad.
*Con información OPGB