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Los efectos del fenómeno de El Niño, las tarifas de energía y la no entrada en operación de varios proyectos son cruciales para la crisis energética del país. ¿Qué le espera al reemplazo de Andrés Camacho en la cartera de Minas y Energía? ¿Qué dicen expertos?
Ante la salida de Andrés Camacho como jefe de la cartera de Minas y Energía, en el tablero energético del país quedan varias tareas pendientes en medio de la crisis energética del país. Son los desafíos que Edwin Palma, el nuevo ministro.
Expertos en el tema señalan que el panorama está complejo por los efectos causados por el fenómeno de El Niño, por las altas tarifas de energía y por la no entrada en operación de varios proyectos que son cruciales, no solamente para la atención de la demanda de energía, sino también para lograr cumplir con las metas establecidas por el Gobierno Nacional en la transición energética.
Pese a este panorama, varias multinacionales han abandonado proyectos que son trascendentales para la transición energética en el país, como los eólicos y solares, especialmente en La Guajira. Por ejemplo, la multinacional portuguesa EDRP menciona que no solo incidió en la decisión el retraso en los permisos de licenciamiento ambiental, que ha ocasionado gran parte de pérdidas en la inversión que han realizado, sino que las comunidades indígenas locales que estaban involucradas inicialmente en el proyecto pasaron de 56 a 113.
Así, además de las dificultades para obtener las licencias ambientales se suma el rechazo de las comunidades porque no las tienen en cuentan en los proyectos de inversión en energías renovables.
Para Claudio Rosas, el CEO de Paralelo 7, empresa chilena que recientemente llegó a Colombia y que centra su experiencia en el sector energético, “Chile también ha pasado por situaciones similares, donde grandes proyectos de interés nacional en materia de infraestructura, telecomunicaciones y energía se habían visto truncados por el inadecuado relacionamiento de las empresas con las comunidades y al desconocimiento de las necesidades reales de las comunidades en estos territorios”.
Agrega que “”empresas en Brasil, México, Colombia y Chile abandonan los procesos de desarrollo energético básicamente por una incapacidad de relacionamiento comunitario. Es un fenómeno que se viene repitiendo con fuerza en Latinoamérica, donde los inversionistas recién están capacitándose en ese relacionamiento comunitario territorial”. Según Rosas, “no solo tiene que ver con poderes originarios, sino también con la sociedad en su conjunto. Ese es un factor clave y es clave en la estrategia del negocio”.
Por su parte, William Herrera, CEO de Comcore Comunicación Sostenible, que ha llevado a cabo varios procesos de relacionamiento y comunicación en proyectos minero energéticos y, especialmente, con las comunidades en Costa Caribe, “es importante que las empresas no solo tengan en cuenta los cierres financieros de los proyectos, sino que identifiquen claramente cuáles son las variables de cada uno de los territorios, la variables sociales, las variables culturales y lo que esperan las comunidades”.
De acuerdo con Herrera, “las comunidades no son externos a los proyectos, sino que quieren hacer parte de ellos porque quieren ver cómo se puede lograr el desarrollo sostenible en sus regiones”.
Por eso, agrega, “es indispensable que las organizaciones tengan aliados que sepan ejecutar este trabajo, que puedan abrir el camino para que las empresas puedan desarrollar cabalmente sus proyectos sin que se afecte su desarrollo”.
En ese sentido, Claudio Rosas coincide en afirmar que “nadie mejor que las comunidades para conocer qué es lo que realmente necesitan y qué mejor que ellas para que sean partícipes de lograr esos sueños que quieren como comunidad en cada una de las regiones”.
No obstante las dificultades coyunturales, según el CEO de la firma chilena Paralelo 7, Colombia “tiene una oportunidad para implementar proyectos y contrarrestar errores en el manejo de relaciones con las comunidades y con los territorios, un aspecto que es crucial para el desarrollo sostenible y libre de impactos ambientales negativos”.
Chile es pionero en el desarrollo energético de América Latina y en el relacionamiento con las comunidades de los entornos de los proyectos.