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En una emotiva ceremonia, se inauguró el Centro de Memoria Campesina en la ciudad de Tunja, un espacio dedicado a la preservación y promoción de la cultura y las tradiciones de las comunidades campesinas. Este proyecto, que ha sido calificado como un «sueño hecho realidad», busca ser un lugar de encuentro para reflexionar sobre la historia, los valores y las vivencias de quienes han trabajado la tierra durante generaciones.
La inauguración estuvo marcada por las palabras de Sandra Becerra, Secretaria de Cultura y Patrimonio de Boyacá, quien destacó la importancia de este centro como un homenaje a la cultura campesina. «Es un espacio para que toda la cultura campesina resuene y esté presente en nuestro departamento. Todos somos hijos o nietos de campesinos, y es fundamental recordar que nuestros alimentos, nuestras tradiciones y parte de nuestra identidad provienen de ellos», expresó Becerra.
El centro, ubicado a una cuadra y media de la Plaza de Bolívar en la Casa Eduardo Santos, se erige como un punto de convergencia para quienes desean conocer más sobre el legado de los campesinos boyacenses. Este lugar alberga una valiosa colección de objetos y relatos, muchos de los cuales fueron donados por los mismos campesinos que participaron en la inauguración del Festival Internacional de la Cultura Campesina (FICC), donde más de 5,000 personas, en su mayoría provenientes del campo, entregaron recuerdos y artefactos que dan testimonio de su vida cotidiana y su relación con la tierra.
Uno de los elementos más significativos del centro es la «memoria del campo», que recoge la esencia de las vivencias campesinas a lo largo del tiempo. En sus salas, los visitantes pueden encontrar herramientas agrícolas, vestimenta tradicional y fotografías que narran la historia de un pueblo trabajador, que a pesar de los cambios sociales y políticos, sigue siendo el corazón de la producción alimentaria del país.
Este espacio también es parte de un esfuerzo más amplio por reconocer y valorar la importancia del campesino en la vida nacional. Tanto el Ministerio de Cultura como el gobierno departamental están impulsando el CONPES de la Cultura Campesina, un documento que busca dar visibilidad y relevancia al campesino en la historia y el presente de Colombia. Según Becerra, este proceso de reconocimiento y valorización es fundamental para que la sociedad comprenda que «todos tenemos la responsabilidad de devolverle el valor a los campesinos», quienes, con su trabajo, garantizan la seguridad alimentaria y preservan el medio ambiente.
Además de ser un sitio de memoria, el Centro de Memoria Campesina también se propone como un espacio educativo y cultural, donde se realizarán exposiciones, actividades de sensibilización y programas de capacitación para las nuevas generaciones. Este es un llamado para que tanto los boyacenses como los visitantes de otras regiones del país se acerquen a conocer más sobre las raíces campesinas, tan fundamentales para entender la Colombia actual.
Con la inauguración de este centro, Boyacá da un paso importante en el fortalecimiento de su identidad y la conservación de su patrimonio cultural, mientras rinde un merecido homenaje a los hombres y mujeres que, con sus manos, han cultivado la tierra, mantenido las tradiciones y garantizado la supervivencia de nuestras comunidades.
