En plena semana cultural en Duitama, este vendedor de mazorcas no encontró mejor lugar para poner su negocio que la obra del escultor Neil Avella en honor al Maestro Ernesto Cárdenas. Aunque algunos puedan pensar que se trata de un performance, lo cierto es que es un problema de invasión. Piden no hostigar al vendedor y que la Administración Municipal logre reubicarlo.
Es un deber ciudadano tanto el cuidado y preservación del patrimonio cultural como defender los derechos del bienestar de las personas. Por esto urge que la Administración de Ortega logre ubicar a vendedores ambulantes en zonas que no afecten el patrimonio.
El artista Neil Avella, creador de la obra en honor al Maestro Cárdenas, fue quien denunció el hecho a través de sus redes sociales: «Pusieron a vender Mazorcas al Maestro Ernesto Cárdenas. Que tristeza». Sin duda, es una imagen que denota miseria en la que cae algunos ciudadanos frente a lo que significa cultura; y, aunque algún artista dude que no se trate de un performance, lo cierto es que el problema recae en la Administración Municipal, pues es su deber el control de la invasión de los andenes por este tipo de comercio informal.
Esperamos que tanto las pequeñas como las grandes obras por y para la cultura, como lo realizado con la Plaza de Todos, se puede cuidar con respeto y conciencia.