El vallenato, ¿la oveja negra de los géneros nacionales?

Screenshot Los viajes del viento, Ciro Guerra
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El vallenato es un género estigmatizado y degradado, tachado como música para borrachos; pero, al compararlo con el reguetón, descubrimos que el verdadero problema no es la letra.

Por | David Felipe Gómez Ortiz
Estudiante de Comunicación Social, Universidad de Boyacá

El vallenato es un género musical tradicional creado en 1980, con el fin de expresar la cultura del norte de Colombia. Se compone de canciones de los vaqueros del Magdalena Grande, cantos de los esclavos africanos y ritmos de danzas tradicionales de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Estos vallenatos suelen hablar de amor, desamor, situaciones del día a día y experiencias de la vida, constituyendo una forma única de contar historias a través de la caja y acordeón, elementos primordiales y característicos de esta hermosa música.

Hoy en pleno 2024, el vallenato es un género estigmatizado y degradado, tachado como música para borrachos. En el centro del país es donde más se puede apreciar este comportamiento de rechazo hacia esta música.

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Para hablar del Vallenato y sus bellos inicios, debemos mencionar al Maestro Rafael Calixto Escalona Martínez, nacido en Valledupar en 1927. Reconocido compositor y cantante de este género, conocido por ser el precursor y máximo exponente que lo internacionalizó. Sus letras vívidas eran un reflejo de su sociedad, misma que constituía el eje principal del vallenato en sus inicios.

Carlos Vives comentó en uno de sus conciertos en el año 2014: «Escalona es el poeta de nuestra música, un hombre que supo contar las historias de nuestra gente con un lenguaje sencillo y emotivo. Su legado es invaluable». Este legado perdura hasta el día de hoy con representantes que continúan hablando del amor y la humanidad, tales como Kaleth Morales, Carlos Vives, Felipe Peláez, Silvestre Dangond y Jorge Celedón.

El autor convierte una situación desafortunada en una bella letra

El inicio del Vallenato nos habla de unas letras hermosas, donde las mujeres son sinónimo de belleza y priman las historias que ocurren día a día en la zona caribe del país, un claro ejemplo de esto es la canción el testamento del Maestro Escalona en 1973 que habla de la despedida de un amor y dice su letra: “Oye morenita, te vas a quedar muy sola porque anoche dijo el radio que abrieron el Liceo, oye morenita, cómo es estudiante ya se va Escalona pero de recuerdo te deja un paseo que te habla, de aquel inmenso amor que llevo, dentro del corazón Hay que dice, todo lo que yo siento que cura, hacia mi sentimiento ay cantado con el lenguaje grato que tiene la tierra de Pedro Castro ay cantado con el lenguaje grato que tiene la tierra de Pedro Castro”, el autor convierte una situación desafortunada en una bella letra con un ritmo particular, no solo humanizando la situación sino que convirtiendo un momento de despedida en una confesión de amor.

En una entrevista con la revista El Espectador, Vives dijo: «El vallenato ha evolucionado mucho, pero sin perder su esencia. Ha logrado fusionarse con otros géneros, llevando sus raíces a nuevos públicos y convirtiéndose en un símbolo de la diversidad cultural de Colombia».

Este cambio refleja otras culturas y se expresan con otras letras, hablando de temas como la rumba, el trago, las fiestas, las infidelidades y sobre todo los excesos, este suceso ocurre a finales de 1990 y principios de los 2000, cuando este nuevo vallenato se apodera de las estaciones de radio y genera un gran impacto tanto de forma positiva como negativa, siendo controversial y ocasionando una crítica colectiva sobre todo en el centro del país.

Letras como la de la canción “Loco paranoico” de la autoría de Silvestre Dangond, reconocido cantante y emblema del vallenato moderno, que dice “Pero olvídate reina que la palabra celos, hoy no cabe aquí. Ay tú buscas mi fidelidad y yo busco mi felicidad pero olvídate reina de loco paranoico no me trates mal, esto es un adorno para nuestro amor que hace más divertida nuestra relación, loco paranoico no me trates más, más loca paranoica eres tú y algo más”. Estas letras reciben juicios por parte las personas, le dan al vallenato una reputación negativa.

Estas letras reciben juicios por parte las personas, le dan al vallenato una reputación negativa.

Teniendo en cuenta lo anterior, buscamos responder a la siguiente pregunta: ¿por qué el vallenato es considerado tan ‘malo’?

Acudimos a compararlo con otros géneros como el reguetón, que tienen letras con un mayor impacto social y un vocabulario más discriminatorio. Estos géneros hablan sobre temas como el sexo, la violencia, las pandillas y la sexualización de la figura femenina en la sociedad.

Cabe destacar que el reguetón es la música más escuchada en Colombia en 2024, según El Espectador que señala: “El reguetón continúa siendo el género más reproducido en Colombia, reflejando el gusto predominante de los colombianos por los ritmos urbanos y su impacto en la cultura musical del país”. Esto nos da a entender que el verdadero problema no es la letra, sino el género.

Estos ritmos suenan como la canción la Quemona de Mishelle Master y dicen “El malva’o emocionado va y le muerde la cadera y ella a él le dice: esto es tuyo cuando quieras así que coja, toque, jale, chupe, porque esto es tuyo, papi, para que te lo disfrutes”

La idea de que un género que nace de la necesidad de contar las historias del diario vivir sea rechazado y criticado es impertinente.

El Vallenato es reconocido como patrimonio inmaterial de la humanidad, ha conseguido crear grandes íconos musicales como Silvestre Dangond, Diomedes Díaz y Omar Geles. Es orgullo nacional y estandarte en la cultura colombiana, por estas razones la música de caja y acordeón ¡no es la oveja negra de los géneros nacionales!, es más bien un cóndor herido que vuela alto, muy alto, para dejar a nuestra patria en el cielo.


Este texto hace parte de un trabajo final de estudiantes de sexto semestre de Comunicación Social de la Universidad de Boyacá, y luego pasó por el consejo de redacción de EL DIARIO.

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