La lista a la Cámara que es presentada hoy en Tunja está casi completa, pero entre los propios candidatos hay incertidumbre porque el Colegio Electoral, máxima instancia del Partido, debe decidir si la abre o la cierre y eso podría desmotivar a varios de los candidatos.
El Pacto Histórico, el movimiento que apoya la candidatura presidencial de Gustavo Petro, tiene pendiente por definir un asunto que incluso podría generar estampida y muchas dificultades para conseguir una importante votación en Boyacá.
Resulta que la lista a la Cámara de Representantes en el departamento ya está casi definida, pero lo que no está definido es si será abierta o cerrada.
De la lista hará parte el exjuez de Ejecución de Penas de Tunja y abogado Pedro José Suárez Vacca; el excandidato a la Gobernación Giovanny Pinzón; el exalcalde de Firavitoba Karold Ramírez, la dirigente de izquierda Máryory Ortiz y dos mujeres más, representando al sector de Piedad Córdoba y de los movimientos feministas.
Resulta que por disposición de las directivas nacionales, las listas serán cerradas y con la modalidad de cremallera (hombres y mujeres intercalados), como va a ocurrir con la lista nacional al Senado. En el caso de lista a la Cámara por Boyacá, el orden en que se arme esa lista podría generar que algunos de los que han sonado para ocuparla prefieran marginarse.
Si, por ejemplo, Pedro José Suárez Vacca queda en el primer renglón y Máryory Ortiz en el segundo, es posible que Giovanny Pinzón no quiera estar ahí, porque no tendría ninguna posibilidad. Y si el primero en la lista es Giovanny Pinzón, eso desmotivaría a Suárez Vacca.
Las directivas y los propios candidatos del Pacto Histórico en Boyacá han propuesto que la lista sea abierta (con voto preferente) para que quienes hagan parte de ella tengan las mismas posibilidades y ‘se rebusquen’ los votos.
Sin embargo, en Bogotá, el Colegio Electoral, del que hacen parte Gustavo Petro, Aída Avella e Iván cepeda, entre otros, prefieren que todas las listas sean cerradas, por varias razones incluyendo que las campañas van podrían ser menos costosas, lo que es más sano para la democracia.