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El miércoles de esta semana se cumplen 125 años del nacimiento de Gustavo Rojas Pinilla, el último y gran benefactor de Boyacá.
Rojas Pinilla, que había nacido en Tunja, gobernó a Colombia entre el 13 de junio de 1953 y el 10 de mayo de 1957.
Los libros de historia y los medios de comunicación dicen que fue el último dictador de Colombia y por cuenta de muchos señalamientos Rojas Pinilla ingresó a la categoría de los dictadores latinoamericanos.
Pero también hay quienes ponen en duda que haya sido un dictador en el sentido literal de la palabra: “Dictadura. Dignidad y cargo de dictador. Gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad en un país. Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente. País con esta forma de gobierno. Predominio, fuerza dominante”…
No se puede discutir que durante el Gobierno de Rojas ocurrieron varios hechos de represión en los que estuvo involucrado el Ejército, incluyendo la masacre de la Plaza de Toros La Santamaría, en enero de 1956 y la explosión de Cali, del 7 de agosto de ese mismo año. Sin embargo, es bueno destacar que fue el establecimiento, con Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez a la cabeza, el que promovió a Rojas Pinilla, primero, en una carrera militar vertiginosa, hasta llegar a ser designado Ministro de Correos y Telégrafos.
Ante las tensiones entre liberales y conservadores, después de cerrar el Congreso, Ospina Pérez cambió la cúpula militar y nombró a Rojas Pinilla como comandante general del Ejército. Después vinieron varios hechos confusos, la elección de Laureano Gómez como presidente, un infarto cardiaco del Primer Mandatario, el poder en manos del designado Roberto Urdaneta Arbeláez, la declaración del Estado de Sitio y, por circunstancias de la vida, Rojas Pinilla, presidente de Colombia.
Fue el establecimiento el que puso a Rojas en la Presidencia y también fue el establecimiento, con sus grupos económicos y medios de comunicación el que, en 1957, lo sacó del poder, pero quedaron sus realizaciones, que fueron muchas.
Durante esos cuatro años Rojas Pinilla adelantó el proceso de paz con las guerrillas de los Llanos y, adicionalmente, en obras civiles, no hay ningún presidente de Colombia en más de 60 años que lo haya superado. Construyó los aeropuertos de San Andrés y El Dorado de Bogotá y 16 aeropuertos más en el país, el Fuerte Militar de Tolemaida, el Centro Administrativo Distrital, CAN, el Hospital Militar de Bogotá, el Estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, la Autopista Norte de Bogotá, los edificios de Telecom en Chapinero y en las Nieves, miles y miles de viviendas populares, creó el Sena, el programa de la Casa Campesina, bolsas de empleos y trajo la televisión.
En el caso de Boyacá, su tierra, el general Rojas Pinilla fue el fundador en 1953 de la UPTC, creó las escuelas radiofónicas mediante las cuales se capacitaron miles de campesinos en Colombia, construyó la carretera Belén-Socha, promovió la instalación de la planta de leche de Chiquinquirá con destino a los niños pobres, creo Cementos Boyacá, fundó La Radiodifusora La Independencia, TermoTunja, TermoPaipa en su primera unidad, amplió y pavimentó la carretera Tunja-Barbosa; construyó el acueducto de Teatinos para Tunja, acueductos de Sogamoso y Belencito, el aeropuerto de Tunja, el Lago Sochagota de Paipa; la Industria Militar en Sogamoso, la cárcel de Tunja; ampliación y pavimentación de la Carretera Central del Norte entre Belencito y Paz del Río; el Palacio Municipal de Tunja, creó Acerías Paz del Río, etc.
Tampoco se puede olvidar que en las elecciones presidenciales de 1970, nuestro paisano estuvo a punto de volver a la presidencia, pero fue derrotado por Misael Pastrana en unos comicios considerados como fraudulentos. Y fue a raíz de ese suceso que nació la guerrilla del Movimiento 19 de abril (M-19).
En una charla durante una conmemoración de nacimiento de Rojas Pinilla, hace unos años, el exrector de la UPTC, Olmedo Vargas recordaba al General como un dirigente político y fundador del tercer partido en Colombia, que rompió la hegemonía liberal-conservadora; esa fue la “Alianza Nacional Popular” ANAPO, que generó procesos de renovación política en nuestro país, con importante trascendencia desde su gobierno.
Tal vez ese es el comienzo para que hoy, o mejor hace tres años, Gustavo Rojas Pinilla hubiera podido llegar a la Presidencia de Colombia, rompiendo el esquema de la política tradicional colombiana.
Rojas fue quien construyó la transición de un país rural a un país urbano y creó todas las condiciones para que la vida urbana en Colombia tomara un nuevo rumbo.
La parte triste de la historia es que después de ese esplendor impulsado por Rojas Pinilla, el país no ha vuelto a tener auge el desarrollo de obras y ni siquiera una gran obra que no termine salpicada por escándalos de corrupción.
Y en Boyacá, no hemos tenido ni la sombra de ese ‘cuarto de hora’ de progreso que el departamento logró con el general Gustavo Rojas Pinilla.
No hay mucho más que decir. Otra historia hubiera tenido Colombia si Pastrana y el establecimiento liberal conservador no se hubieran robado las elecciones de 1970 y otra cosa muy diferente para Boyacá hubiera sido un segundo tiempo del militar, ingeniero civil y político de origen tunjano.