La Curia expidió esta tarde un comunicado en el que señala que hay avivatos que se están aprovechando de la buena fe de la gente y están celebrando matrimonios en lugares extraños u ofreciendo servicios religiosos a los que sufren la pérdida de un ser querido y desean tener una celebración en su casa. Da a entender que esos son ‘falsos profetas’.
Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja, hizo en las últimas horas un pronunciamiento en el que hace un acto de soberanía sobre el territorio de la Arquidiócesis y rechaza que algunas personas extrañas estén llegando a realizar oficios religiosos sin su consentimiento.
“Se ha vuelto común en muchos de nuestros pueblos y ciudades, la llegada de personas que se dedican a ofrecer servicios sociales y religiosos en nombre de la Iglesia Católica, sin tener la debida autorización o aun sin una auténtica vinculación con ella”, indica el comunicado.
Agrega que ordinariamente se presentan como personas simpáticas y convincentes, tienen la suficiente habilidad para aprovecharse de la buena fe de la gente y llegan en un momento en que hay una determinada necesidad.
“0frecen sus servicios con todas las facilidades, lo que resulta atractivo para muchas personas. Estas personas inescrupulosas han encontrado una mina en quienes desean casarse por segunda vez o hacer su matrimonio en un lugar extraño, también en los que sufren la pérdida de un ser querido y desean tener una celebración en su casa y en aquellos que quieren evadir algún requisito para la celebración de los sacramentos”, agrega.
Según la Curia Arzobispal, esa situación está generando la multiplicación de sacramentos inválidos, el descrédito de la Iglesia Católica y la confusión en materia de disciplina eclesiástica.
“Nuestra profesión de fe indica que creemos en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica”, sostiene y subraya que “la unidad de la Iglesia es mantenida y garantizada por el Papa, sucesor de Pedro, que en la actualidad es Francisco, sostenida por el Obispo designado por el Papa y los obispos a su vez, ayudados por los sacerdotes legítimamente ordenados y con las licencias propias para la celebración válida de los sacramentos”.
Por lo tanto, los fieles que permanecen en comunión con la Iglesia Católica, bajo la guía del Papa y del Arzobispo, están invitados a buscar la predicación de la Palabra, la celebración de los sacramentos y demás servicios espirituales, en las parroquias orientadas por los sacerdotes legítimamente nombrados para ese encargo.
Finalmente indica que por disciplina pastoral y para evitar abusos, donde los feligreses sean asaltados en su buena fe, en la Arquidiócesis no está autorizada la celebración de los sacramentos en casas de familia.
Y agrega: “La Arquidiócesis y las parroquias no pueden reconocer como lícitos los bautismos, confirmaciones, eucaristías, matrimonios, así como colectas y otras actividades celebradas por obispos y sacerdotes que no están en comunión con el Papa. Ni la Arquidiócesis, ni las parroquias, se hacen responsables por la no aparición de documentos de sacramentos celebrados por obispos o sacerdotes que no están en comunión con la Iglesia católica romana”.