La pintura, el arte y la cultura están de luto luego de la muerte, registrada el sábado de uno de los hijos más amados de la ciudad, que había nacido el 6 de febrero de 1921. Durante los últimos años le habían realizado varios homenajes y reconocimientos públicos; incluso hay una escultura suya de tamaño real, ubicada en una de las vías peatonales del centro.
El maestro Ernesto Cárdenas Riaño, quien cumpliría 101 años de vida el próximo 6 de febrero, fue el pintor más importante en la historia de Duitama.
Durante los últimos años y especialmente en febrero de 2021, en plena pandemia del COVID-19, el maestro Cárdenas fue objeto de múltiples reconocimientos y homenajes por parte de las autoridades de Duitama y de todos sus paisanos que lo veían como un abuelo venerable.
El maestro Cárdenas era el hijo de doña Cecilia Riaño y del coronel Marco Tulio Cárdenas Soler, veterano de la Guerra de los Mil Díaz, a órdenes del general Uribe Uribe y Benjamín Herrera.
En una entrevista con Constanza Ramírez, quien en el 2021 era la alcaldesa de Duitama, el maestro Cárdenas recordaba que a los 5 años lo llevaron a estudiar a una escuela ubicada en un gran caserón, al lado de la catedral de la ciudad.
“No me matricularon porque solo tenía cinco años y el requisito era que tenía que tener seis; me dejaron como asistente. En esa época Duitama apenas tenía unas pocas manzanas, tal vez cuatro, y de una cuadra de Los Libertadores hacia abajo, ahí terminaba el pueblo y seguían potreros y sembraderos y hacia arriba otras cuadras”, contó.
“Duitama era una aldea con 3.000 habitantes, sin acueducto y sin alcantarillado; un pueblito muy pobre”, relató el pintor.
También contó que de niño un día se perdió en la Plaza de Los Libertadores y se puso a llorar; pero alguien lo reconoció y le preguntó qué le pasaba. De pronto cayo en cuenta ‘ahh, es el niño de Marco Tulio”, dijo el parroquiano y le dio al menor las indicaciones para caminar e identificar la casa de sus padres.
Su amor por la pintura surgió cuando sus profesores intentaban enseñarle las letras del alfabeto y él se ideó la forma de hacer pinturas para recordar las vocales y las consonantes. Después de eso fue mejorando su técnica y sus pinturas comenzaron a ser admiradas y compradas.
Nunca estudió ninguna técnica especial, fue autodidacta y su arte le sirvió para recodar a los campesinos, las casas coloniales, los oficios ancestrales, los paisajes de su Duitama amada.
Durante toda su vida, en más de 90 años, pintó murales y cuadros en una técnica que fue llamada ‘primitivista’, admirada y adquirida incluso por extranjeros.
Realizó exposiciones en galerías y salas de arte y obras suyas incluso fueron al Vaticano y a la Casa de Nariño.
Se fue el maestro Cárdenas, tan duitamense como la cedrela de la Plaza de Los Libertadores, como el Molino Tundama, como el cerro de La Milagrosa o como el parque El Carmen. Sus exequias se realizarán hoy, a las 1:45 de la tarde, en la catedral de la ciudad que lo vio nacer a la que siempre quiso con el alma.