Por: María Clemencia Torres
Es evidente el fracaso estructural de la política pública de equidad de género y de la Secretaría de la Mujer en Tunja. Tuvimos la oportunidad de asistir a una reunión convocada por esta secretaría y realmente me dejó sorprendida el desconocimiento profundo del tema de mujer y género del que hicieron “gala” las funcionarias que tienen a su cargo la implementación de la política pública. El artículo 31 del acuerdo municipal 017 de 2015, ordena la creación de la mesa de mujeres, como órgano veedor de la política de mujer, esta mesa se instaló el 16 de diciembre de 2016 y sólo hasta el 4 de marzo de 2017 se volvió a reunir para elegir su junta directiva, una de las integrantes de este órgano veedor nos pidió “por qué no nos dicen a vuelo de pájaro que es eso de equidad de género”… Nos planteamos hoy varios interrogantes, ¿pueden ser veedoras de la política de mujer personas que no saben que es equidad de género? ¿A quién le corresponde capacitar a las mujeres de la mesa en el tema? ¿Pueden legitimar con esta mesa las acciones de la política pública? ¿No se exige idoneidad a los funcionarios de la administración?
Ruby Astrid Pérez, secretaria de la mujer del municipio todavía se refiere a la “celebración” del día de la mujer, lo que denota un profundo desconocimiento de los conceptos mínimos; no celebramos la masacre de mujeres trabajadoras un 8 de marzo, lo conmemoramos. La misma secretaria que en su twitter se ha referido a la “ideología de género” que fue bandera de la campaña de las iglesias cristianas contra el plebiscito que buscaba refrendar los acuerdos de La Habana. La secretaría de la mujer de Tunja a la fecha tiene más de 50 órdenes de prestación de servicios ¿y los resultados? ¿Acaso los pocos recursos se invierten sólo en burocracia? El tema de fondo y muy grave es que no han entendido que la dirección del Estado es un tema que requiere formación, que la política pública y su implementación requiere de una profunda responsabilidad por parte de los funcionarios que la tienen a su cargo, que se necesita voluntad política no para cumplir con los compromisos de campaña con diferentes sectores, sino voluntad política para asumir la administración de lo público y este no es un tema de género; hombres y mujeres tenemos la misma obligación de cumplir a cabalidad y de ser idóneos para desempeñar las funciones que nos sean asignadas en la administración pública.
Queda evidenciada una vez más la necesidad y la urgencia de un modelo de formación ciudadana que nos permita ejercer responsablemente el control ciudadano a la administración del Estado. Esperamos “celebrar” un día la implementación de la política pública de mujer y equidad de género en Tunja, las mujeres no podemos seguir reclamando nuestro derecho a participar en la construcción del Estado repitiendo las mismas prácticas políticas que nos han hecho fracasar como sociedad, debemos demostrar nuestras capacidades para transformar la realidad social y sobre todo demostrar que somos competentes en todos los ámbitos de la vida.