Por: Luis Piña
Gran patriarca, hombre inigualable, de valores éticos y morales, excelente hombre, cual roble plantado en el camino; legado infinito de fe, amor, respeto, honestidad, rectitud y seriedad en su palabra comprometida, ciudadano ilustre de 101años, el mayor en edad de todos los habitantes del municipio de Cómbita.
Carlos Arturo, nacido el 3 de febrero de 1917, con un siglo de vida, ha descansado en la paz de Dios el 6 de junio del 2018, dejando un legado de ejemplo en el camino recorrido, destacándose en la construcción de una sociedad justa, por el bien común y el más necesitado, merecedor del cariño inmenso de todas aquellas generaciones que lo vimos trasegar, siendo hoy un hombre para recordar desde siempre y hasta siempre.
En el trasegar de su vida maravillosa, Carlos Arturo, impulsó la construcción de grandes obras para bien de generaciones presentes y futuras. Así, impulso la construcción de la Catedral de la Inmaculada Concepción del municipio de 1952 a 1956, en compañía de don Carmelo Dotor (Q.E.P.D), don Fernando Sánchez (Q.E.P.D), los tres con Carlitos asumieron el costo total del altar mayor de esta catedral, hermosísimo abra para recordar por siglos enteros.
Contribuyó a la construcción de un colegio cooperativo por la época de los sesenta en San Martin, escuelas en la vereda San francisco y mismo San Martin, como construcción de caminos y carreteras en algunas veredas del municipio. Consiguió la primera electrificación rural como presidente de acción comunal para la vereda San Francisco. Autor de la iniciativa para conformar varios acueductos rurales entre otros, el acueducto La Peña y el acueducto La Toma, que de 1966 a hoy benefician a más de 1.300 familias del sector rural del municipio de Cómbita.
Gran hijo, gran hombre, gran hermano, excelente esposo y padre, que desde la eternidad celestial nos seguirá iluminando para seguir su camino y su legado.
Maravilloso ser humano a quien solo hoy debo darle infinitas gracias por todo cuanto me dio.
¡Carlitos lo amare por siempre!