

Custodio del Sitio Histórico de la Batalla del Puente de Boyacá
Patriota Boyacensista
Bolívar comandante del Ejército Libertador designa al general de Brigada Antonio José de Sucre para coordinar las campañas del sur.
Es de significar que se conforma un ejército de hermanos que en su unión se presentan fortificados y victoriosos. El encuentro, que ocurrió en el contexto de las guerras de independencia hispanoamericanas, enfrentó al ejército independentista unido bajo el mando del general de brigada, el venezolano Antonio José de Sucre, conformado: por una División la de Gran Colombia, la División del Sur (actual Ecuador) y otra División peruana bajo el mando de Andrés de Santa Cruz, coronel del ejército del Perú, contra el ejército realista comandado por el comandante Melchor Aymerich. La derrota de las fuerzas españolas condujo a la liberación de Quito y aseguró la anexión de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también conocida como la Presidencia de Quito, a la Gran Colombia y de la jurisdicción administrativa colombiana finalmente emergió la que hoy conocemos como República del Ecuador.
El sacrificio de Abdón Calderón
La batalla de Pichincha fue el escenario del sacrificio por la Patria de uno de los más destacados héroes ecuatorianos, de 17 años Abdón Calderón, quien fue hijo del coronel cubano Francisco Calderón, defensor del Estado de Quito de 1812, vivía en Guayaquil y se enlistó en las tropas de origen ecuatoriano que combatieron en la Batalla. Calderón, a pesar de haber recibido 4 heridas de bala, prefirió permanecer inmóvil en la línea de fuego, alentando a todo su batallón y levantando incansablemente la que es ahora la bandera celeste y blanco de la ciudad de Guayaquil. Al terminar el feroz combate fue trasladado a la ciudad de Quito, donde murió al cabo de catorce días, el 7 de junio de 1822. Antonio José de Sucre en su escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28 de mayo del aquel año dice: “hago una particular memoria de la conducta del teniente Calderón, que, habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate.
Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia los servicios de este oficial heroico».
Cuando Simón Bolívar llegó a la ciudad de Quito y se enteró de estos hechos, ascendió póstumamente a Calderón al grado de capitán y decretó que su sueldo fuera entregado a su madre. La compañía del Batallón Yaguachi a la que perteneció Calderón no tendría capitán y en las revistas, al mencionarse su nombre, la tropa habría de contestar: «Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones». La tradición se mantiene hasta la actualidad en el Ejército ecuatoriano, pues al pasar lista a los batallones de caballería se nombra a Calderón tal como dispuso Bolívar.
Hoy desde el sitio histórico de la batalla de Puente de Boyacá, acompañamos esta fecha clásica de conmemoración, refrendando el vínculo fraternal de libertad entre nuestros pueblos, con la esperanza de lograr que los gobernantes depongan su diferencias conceptuales y retomen los senderos de la integración, que tanta falta hace para consolidar una federación de republicas autónomas e independientes, unidas en vínculo fraternal de libertad; así lo pensó Bolívar, y así debería ser, para bien de nuestros pueblos.
Hoy tenemos el compromiso de no ser inferiores a aquella sublime generación que supo sacrificar, hasta sus propias vidas por darnos la libertad, ejemplo para todos:
Honor y Gloria
CAPITÁN ABDÓN CALDERÓN
Murió gloriosamente de Pichincha, pero vive en nuestros corazones
Momentos de la participación del gobierno de Boyacá en la conmemoración del bicentenario de la Batalla de Pichincha en el año 2022.
Comisión presidida por el doctor Ramiro Barragán Adame, exgobernador de Boyacá.
Altas personalidades del Ecuador, miembros de la Academia Nacional de Historia, la Academia de Historia Militar del Ecuador y la Sociedad Bolivariana del Ecuador atendieron nuestra participación en eventos de gran significación.