Adeizagá, Ana Cecilia Jiménez de Suárez, la poetiza boyacense

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Por | Maestro Eduardo Malagón Bravo
Custodio del Sitio Histórico de la Batalla del Puente de Boyacá
Patriota Boyacensista

Adeizagá reconocida por su obra poética, musical y folclórica. Se la conoce como la «Gran dama del arte colombiano», y sus contribuciones se extendieron a la poesía infantil, costumbrista, la declamación, la composición musical y el folclorismo. Cofundadora de la Academia Boyacense de la Lengua y el Grupo Mujer, Palabra y Poesía, y fue cofundadora de otras organizaciones culturales y de la Asociación de Periodistas de Boyacá.

Formación: Licenciada en Idiomas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
Conocida por: Su obra que celebra la cultura del altiplano cundiboyacense, incluyendo himnos, torbellinos y guabinas.

Miembro importante de AESBO. Fue secretaria general de la Asociación de Periodistas de Boyacá. Responsable de la Biblioteca de la Academia Boyacense de Historia.

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Recibió premios nacionales por sus himnos a la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, la Orden Juan de Castellanos, y por su poesía costumbrista y muchas otras distinciones.

Desde el Sitio Histórico de la Batalla de Puente de Boyacá rendimos tributo de veneración a esta Gran Dama, de linaje encantador, inspiradora y amante de la sencillez. Su nombre queda fundido en letras doradas para la posteridad.

Hoy disfrutando la eternidad en el Olimpo Celestial, mi homenaje sincero como la mejor expresión de cariño y admiración, compartiendo uno de sus bellos poemas, que me escribió con dedicatoria especial:

PUENTE DE BOYACA
Pórtico de gloria
cuyo nombre resuena en América y el mundo
como sello y emblema de aquel paso,
cuando Patria y Libertad, para el ejército patriota,
tuvieron más valor que la vida y el martirio.
Sitio sagrado
donde ideales y justicia
dieron fuerza a cuerpos y espíritus
trenzados en la Batalla,
hasta elevar el tricolor de la bandera colombiana
que exaltará por siempre raza, valor e hidalguía,
bajo el fulgor de Zué.
Arco triunfal de los merecimientos
que han de permanecer crecientes.
Casa de teja y río Boyacá,
donde la naturaleza trazó sus propias sendas
y destino.
Suelo bendecido, página memoriosa
que el tiempo afianza y detiene,
y trompetas de triunfo magnifican el eco
que sigue pregonando la valía
de hombres, mujeres y niños,
quienes dejaron sangre, vida y espíritu,
eternizando el ámbito con el bronce
y el mármol de la inmortalidad.
Adeizagá – 26 de mayo de 2016

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