Ni campañas de educación, ni comparendos educativos, ni precios bajos de los parqueaderos, ni siquiera las campañas emprendidas en persona por el Alcalde de la ciudad, han sido suficientes para terminar con tan malsana costumbre entre los habitantes de la capital boyacense.
Al norte, al sur, al oriente, al occidente, al centro; en zonas rurales, en los barrios, en avenidas principales y hasta en vías de carácter nacional, en Tunja es una tradición parquearse en lugares indebidos.
Hace unos días se le vio al mismísimo alcalde, Alejandro Fúneme, recorriendo las calles de la ciudad para charlar y hace recapacitar a aquellos conductores carentes de cultura ciudadana.
Es que no es un asunto menor. El mal uso de las vías y espacios públicos se presta para dificultar la movilidad en la ciudad, para la generación de accidentes, e incluso para aumentar índices de inseguridad.
Por eso, empieza a ser hora de que las autoridades municipales contemplen diversas alternativas para controlar esta situación. Ya sea una mayor rigidez a la hora de aplicar la norma y expedir comparendos, o la instalación de parquímetros en áreas estratégicas de la ciudad.
Algunas de las vías céntricas de la ciudad se han visto reducidas a un solo carril por esta indebida costumbre – Foto: Hisrael Garzónroa – EL DIARIO
Tan arraigada está la costumbre que el parqueo, en algunas zonas, se da a ambos costados de la vía. Foto: Hisrael Garzónroa – EL DIARIO
Los vehículos estacionados a ambos costados de la vía hacen que la velocidad tenga que reducirse para esos otros automóviles que pretenden moverse por en medio. – Foto: Hisrael Garzónroa – EL DIARIO
En algunas zonas de la ciudad los peatones tienen que arriesgar su integridad porque las aceras peatonales están ocupadas. Foto: Hisrael Garzónroa – EL DIARIO
En Tunja el problema ha escalado de tal manera, que ni las Avenidas principales escapan a los mal parqueados. Foto: Hisrael Garzónroa – EL DIARIO