Las redes sociales se llenaron de mofas y mensajes de incredulidad luego de la publicación del Índice de Competitividad de Ciudades, que ubica a la capital boyacense en el quinto lugar a nivel nacional a pesar del alto índice de desempleo, las escasas oportunidades, la ausencia de industria y la alta dependencia del sector público como generador de oportunidades laborales.
No es la primera vez que Tunja figura en los primeros lugares del Índice de Competitividad de Ciudades, elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario (CEPEC), que en 2018 situó a la capital boyacense en el quinto lugar de esta clasificación mientras que en 2019 la posicionó en la séptima colocación.
Sin embargo, lo que alguna vez fue motivo de orgullo para los tunjanos, hoy es motivo de duda y desconfianza, pues no consideran acordes los resultados de esta medición cuando la ciudad ha alcanzado un máximo histórico en tasa de desempleo, cuando la industria sigue sin surgir, cuando cada vez son más complejas las condiciones para generación de empresa y por ende de empleos, y cuando existe una alta dependencia del sector público para la generación de puestos de trabajo.
La medición se hace sobre 32 ciudades capitales de departamento, siendo Bogotá-Soacha la que encabeza la lista, seguida de Medellín y su área metropolitana (AM) y Manizales y su área metropolitana (AM). Tunja ha quedado quinta en esta medición con una valoración de 6.33 puntos sobre 10.
Aclaran los gestores de este índice que el actual incluye nuevos parámetros, como el pilar de adopción de tecnologías de la información y las comunicaciones, así como la inclusión de metodologías para la medición, por lo que no es comparable con el de años anteriores.
Claro está que a pesar de la inclusión de nuevos pilares y metodologías de evaluación, así como de más ciudades; los primeros lugares siguen siendo ocupados por las ciudades que han venido haciéndolo en años anteriores.
Para medir la competitividad de cada una de las ciudades se tienen en cuenta indicadores como infraestructura y equipamiento, instituciones, tamaño del mercado, educación básica y media, salud, sostenibilidad ambiental, educación superior, eficiencia de los mercados, sofisticación y diversificación, innovación y dinámica empresarial.
Entre 2019 y 2020 Tunja avanzó seis casillas en el pilar que mide la infraestructura y el equipamiento de las ciudades, resaltando por ser la ciudad con el mejor indicador en el país en lo que refiere a cobertura efectiva de gas natural, también destacó en aspectos como cobertura de energía eléctrica, déficit cualitativo de vivienda, costo de transporte terrestre a aduanas y número de museos. En líneas generales, Tunja avanzó al tercer lugar en este pilar, situándose por detrás de Bogotá y Medellín.
No ocurrió igual con la adopción de TIC, pilar en el que la capital boyacense obtuvo una calificación de 6,97 sobre 10, a la vez que cayó una posición., situándose por detrás de Manizales, Bogotá, Popayán, y Bucaramanga.
En materia de sostenibilidad ambiental Tunja ocupó la décima casilla entre 32, cediendo dos posiciones y evidenciando que hay mucho por mejorar en materia de medio ambiente.
Para sorpresa de muchos, Tunja ocupó la primera posición en el pilar de salud. “Tunja se destaca por presentar el primer lugar del ranking y obtener la mejor calificación en los indicadores: cobertura de aseguramiento en salud, número de médicos generales y número de médicos especialistas, en los que obtiene una puntuación de 10 sobre 10. De igual forma, se sitúa en el quinto puesto en controles prenatales, con un puntaje de 9,51 sobre 10”, señala el informe.
Sin embargo, sobre ese último punto surgen cuestionamientos si realmente la ciudad merece un calificativo de 10 sobre 10 para un aspecto como la salud, siendo que las marchas de la comunidad médica han sido constantes, dadas la falta de garantías laborales, en una y otra institución.
Lamentablemente para Tunja, en esta ocasión no salió bien librada en un aspecto en el que venía resaltando durante los últimos años, la educación básica y media. Mientras que en 2018 ocupó la primera posición en dicho pilar, en 2019 fue el séptimo lugar, y en 2020 el décimo. En lo que refiere a educación superior y formación para el trabajo, Tunja ocupó la quinta casilla, al igual que en 2019, pero valga aclarar que en 2020 el punta creció a los 6,65 puntos sobre 10.
El pilar que mide el entorno para los negocios dejó muy mal parada a la capital boyacense, pues sigue ocupando el mismo vigesimoprimer puesto que un año atrás. Para la medición de este pilar se tienen en cuenta factores como la facilidad para registrar propiedades y facilidad para la obtención de permisos de construcción.
Tampoco fueron buenos los resultados para la capital boyacense en la medición del pilar de mercado laboral, donde pasó de la octava a la decimoprimera casilla, con un puntaje de 5,32 sobre 10. Dicho pilar mide condiciones como la formalidad laboral, subempleo objetivo, brecha de formalidad laboral entre hombres y mujeres, tasa de desempleo, y brecha en empleo vulnerable entre hombres y mujeres.
En lo que refiere al sistema financiero, Tunja se situó solamente por detrás de Bogotá. Este pilar mide aspectos como cobertura de seguros, índice de profundización financiera de la cartera comercial, índice de bancarización, cobertura de establecimientos financieros
El Índice de Competitividad de Ciudades surgió luego de que en 2006 el Sistema Nacional de Competitividad e Innovación se planteara el objetivo de convertir a Colombia en uno de los tres países más competitivos de América Latina en 2030. Sin embargo, el índice viene perdiendo credibilidad por la generosidad en la evaluación de algunos aspectos, que merecen ser reforzados para lograr verdaderas condiciones de competitividad.