En Tunja, los vendedores se ven obligados a salir porque no tienen otra forma de subsistir, se han cansado de esperar las tan anunciadas promesas de ayuda del Gobierno.
Casi todas las esquinas de Tunja parecieran tener un vendedor informal. La Plaza de Bolívar, por ser uno de los sitios más concurridos, son un punto estratégico para vender productos que van desde bolsas de basura, potes de gel, caretas, tapabocas, hasta alimentos como huevos, aguacates o papayas.
Las quejas y denuncias ciudadanas abundan, pues ven en estos vendedores, focos de propagación del Covid-19. Sin embargo, también hay quienes aprovechan las ofertas y les compran; además, saben que cuando se vive del sustento diario, y sin aviso y por mandato del gobierno deben confinarse, es solo cuestión de tiempo para que estas personas se vean obligadas a salir a buscar los pesos para poder llevarles comida a sus familias.