Paperos y mineros en crisis

Foto | Vía La Provincia Boyacá
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Por | Alexander Barrera Mondragón / Administrador de Empresas. Especialista. MBA Proyectos. 
Centro de Estudios del Trabajo CEDETRABAJO, Capítulo Boyacá

En la alborada de la conmemoración de los 206 años de la Batalla del Puente de Boyacá y cumpliéndose tres años del autoproclamado gobierno del ‘cambio’, se agudiza una crisis económica y social en el departamento que amenaza a miles de familias boyacenses. Paperos, parameros y mineros exigen, en medio de justos reclamos, soluciones de fondo ante la inminente quiebra.

Las problemáticas son estructurales y complejas, están relacionadas con la competencia desleal de las importaciones de los TLC y el contrabando, restricciones ambientales no concertadas, deudas impagables para los productores, precios de ruina por debajo de los costos de producción, barreras para la formalización, pagos pendientes a productores, ausencia de políticas diferenciales, restricciones a las exportaciones de sus productos y caída del consumo en el mercado interno, entre otros males. Todo esto en medio de la falta de políticas de fomento y protección de la industria y la producción nacional.

Las justas exigencias

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Los mineros de Boyacá que aportan cerca del 20% del PIB Industrial del departamento, demandan la reactivación inmediata de las termoeléctricas y la exportación de carbón, la reducción de impuestos y regalías, el pago de deudas por parte de Gensa que adeuda cerca de 26 000 millones de pesos a los mineros, la agilización de la formalización minera, claridad en la transición energética, y el cese de la criminalización del sector.

Por su parte, los paperos, que vinculan a más de 90 mil familias, exigen del gobierno nacional apoyo inmediato a la comercialización con precios justos, salvaguardas de protección comercial y medidas antidumping para la papa precocida congelada, formalización de la comercialización en plazas de mercado, fomento a la rotación de cultivos, concertación sobre la producción en las zonas limítrofes de páramo y políticas de alivio financiero.

Ambos sectores exigen medidas urgentes que eviten una crisis peor y puedan llevar al departamento a una situación más complicada. La falta de atención oportuna de estas problemáticas por parte del gobierno nacional no solo pone en riesgo la estabilidad de los sectores afectados, sino que también genera un alto costo social y económico para el departamento.

La macartización no es la solución

La solución está en el diálogo constante de los sectores sociales en conflicto para encontrar alternativas y soluciones a la crisis. Sin embargo, el presidente Petro responde con estigmatización y macartismo, criminaliza con sus palabras y discursos a los manifestantes y desvía, de manera deliberada, la atención sobre los problemas centrales.

Se aprovecha de su posición dominante para desvirtuar con verdades a medias y mentiras completas, la justa lucha de los mineros y paperos que alzan la voz por el futuro de sus familias y las de miles de compatriotas que dependen de estas actividades económicas fundamentales para la soberanía alimentaria y la seguridad energética del país.

Mientras Petro con sus particularísimas intervenciones radicaliza los conflictos, las mesas de concertación y dialogo validadas no generan los resultados esperados, avanzan a paso lento y no se dan las respuestas de fondo que requieren las solicitudes. Reunión tras reunión se esbozan las inquietudes, se plantean las problemáticas y no llegan las soluciones y los acuerdos.

Urge una solución de fondo

Es urgente que el gobierno nacional atienda los reclamos de mineros y paperos, que adopte medidas de fondo, que cambie su actitud frente al conflicto, que sus áulicos dejen de lado la actitud de “bomberos apagaincendios” y se tomen en serio las decisiones que sean del caso para solucionar la grave crisis.

Exhortamos a las autoridades competentes a redoblar esfuerzos para lograr, mediante el diálogo y la concertación, el pronto levantamiento del paro y evitar que esta situación escale y genere afectaciones más amplias sobre el resto de la economía boyacense y nacional.

Actuar con sensibilidad, diligencia y responsabilidad frente a esta coyuntura es una necesidad urgente que no admite dilaciones.

Coletilla: Equivocado tratamiento el que se da a los guaqueros del occidente de Boyacá, no es lo que se espera de un gobierno que se precia de progresista y del cambio; es la misma actitud de los gobiernos anteriores, fuerte con los débiles y débil con los fuertes.

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