Acracia recital: dos poetas premiadas – Encuentros culturales de Burdelianas Poetry

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ACRACIA es un espacio en donde convergen saberes diversos y múltiples expresiones artísticas; un lugar donde se celebra lo plural, lo institucional que sabe escuchar y lo disidente que arde. En Acracia, la única jerarquía que se admite es la del fuego.

En esta ocasión, se llevará a cabo el RECITAL: DOS POETAS PREMIADAS, con la participación de Yulieth Gonzalez Zea, quien con su libro “Mísero festín de las gaviotas” obtuvo el Premio Internacional de Poesía Joven Martín García Ramos, 2025, del Ayuntamiento de Albox,  en España. Y Ross Madder, quien con su libro “Vitriol: valle de la Luna” obtuvo el Premio de Poesía del Consejo Editorial de Autores Boyacenses – CEAB, 2024.

El escenario para este encuentro literario es el Café Bar Chatica Linda, ubicado en una bella casa colonial al costado norte de la Plaza de Bolívar de la ciudad de Tunja. El evento se llevará a cabo el próximo jueves 22 de mayo, a partir de las 6:00 p.m. La jornada iniciará con una conversación entre las poetas invitadas y el escritor Carlos Castillo Quintero. Luego tendrá lugar la Gala poética y, para cerrar, una breve sesión de preguntas del público y firma de libros.

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  • VITRIOL: VALLE DE LA LUNA – por Yulieth Gonzalez Zea

Entré en las páginas de Vitriol y me encontré decodificando cada verso, maravillada, como si estuviera ante los rollos sagrados de un templo griego, me dejé guiar por Ross en la forma de una mujer sabia, entonces la seguí en cada poema, me habló desde su dolor, desde el amor y sobre todo desde su constante necesidad de cuestionarse sobre la vida.

Poco a poco aparecieron ante mí, personajes y lugares mitológicos que se vuelven esenciales en la búsqueda incansable de Ross por el sentido de la vida y por reafirmar que cada acto humano está traspasado por la muerte, pero no la muerte como el fin de todo, sino como la posibilidad de renacer en otro cuerpo, en uno que supera lo tangible.  Encontré también una invocación, casi ritual, del placer carnal, del disfrute del cuerpo de un otro, amado y repudiado por su ausencia. Vi también a una mujer que retoma las fuerzas, unge sus heridas y se pregunta si es capaz de enfrentarse a la vida de nuevo.

Queda en mí la esencia de un libro místico y un viaje espiritual en el que reconozco la voz poética de la mujer que lo habita, la misma que me guía de principio a fin por sus páginas. No levanto la vista del libro sin antes cuestionarme sobre mi propio reflejo.

  • MÍSERO FESTÍN DE LAS GAVIOTAS – por Ross Madder

Mísero festín de las gaviotas, de Yulieth González, es un canto humano donde, al traspasar la puerta cancel, espera una mano que guía por espacios de la memoria, que señala los tiempos de antaño y los vapores que elevan hacia la montaña. Pronto la escena se oscurece, es dogvillesca, y la voz que canta se vuelve visceral y lúgubre; los espacios se fragmentan y es ella quien deambula en cada parte de su cuerpo, en cada dolor de su carne, en cada recuerdo. Silenciosa, danza como quien anda las habitaciones de su propia casa. Entonces me viene a la mente la Casa Tomada de Cortázar, de ese no sé qué que palpita, que persigue por los corredores, que derriba las puertas mientras el corazón late. Pero pronto aparece nuevamente la Amazona que invita a montar en su bicicleta sin frenos y que enseña esa forma de la felicidad en medio de la tragedia.

Ese es el constante círculo de estas letras: de dolor y redención, de muerte y renacimiento. Es un viaje de quien parece ir de entre las montañas hacia el mar, pero que realmente nunca termina por irse, así como nunca termina por volver; un Ícaro en vuelo eterno, que canta esa historia donde “nadie puede huir del todo”. Caminar por las letras de Yulieth González es abrir un cofre que alumbra el propio reflejo, pero que generalmente hace el cierre con una bofetada de conciencia, detrás de la cual se desea seguir leyendo. Entonces todo es una exploración de los abismos del cuerpo, del deseo y la memoria: un canto que suena con una voz descarnada e intrépida. A través de su voz poética, invita a un vuelo que es, a momentos, intenso; a momentos, hiriente; pero siempre audaz y perturbador.

Para concluir, el poemario se caracteriza por una escritura sin concesiones, que va dibujando la cartografía de un cuerpo femenino como un campo de batallas, un territorio de enunciación, donde la constante alusión y retorno a lo corporal confieren una intensidad que trasciende aquello que parece anecdótico para llevarlo hasta lo simbólico. El lenguaje en este poemario, potente e incisivo, logra magistralmente conmover, asombrar e incomodar, haciendo de esta manera que la lectura sea una experiencia inmersiva, casi física, como entrar a las flamas de un volcán que te alumbra y te quema. Aquí, la gaviota es un símbolo de libertad, de belleza, pero también deviene carroñera: símbolo de lo salvaje que se alimenta de las migajas ajenas, del dolor humano. Mísero festín de las gaviotas es un grito poético que dice todo aquello que se siente, pero no desde la queja, sino desde la valentía de quien se observa y se reconoce con sus luces y sombras. Es una diatriba que no busca consuelo, sino verdad; un canto de renacimiento y eterno retorno que se alza como acto de memoria, resistencia y valentía.

DATOS DE INTERÉS:

  • Fecha y hora del evento: jueves 22 de mayo, 2025- 6:00 a 7:15 p.m.
  • Lugar: Café Bar Chatica Linda (Carrera 9 #19-92 – Plaza de Bolívar, Tunja)
  • Entrada libre

En Burdelianas Poetry pueden leer textos de los libros premiados:

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