El incendio del páramo La Cortadera y el cambio climático

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Por | Pedro Pablo Salas Hernández

Los incendios forestales son una contingencia de un sistema caótico del mundo que no funciona bajo un concepto automático si no como sistema holístico, integrado, donde las entropías que causan los manejos del mundo como un solo ecosistema se expresan física y localmente en los lugares.

Hoy estamos bajo un sistema de flujo del capitalismo donde se mueve exclusivamente la valorización del capital, hay varias tragedias que afectan al actual modelo de reproducción del capital, la destrucción del bienestar de los trabajadores y la destrucción del planeta, los trabajos sobre desequilibrios son contundentes, en el caso de las destrucción del bienestar de la clase trabajadora en el mundo, es que se ensancharon la brechas entre los ricos y el resto del mundo. Este primer desequilibrio está articulado al otro desequilibrio y es que está destrucción social tiene una explicación en la destrucción ambiental, porque ambos desequilibrios están correlacionados; así como sucede a las personas le sucede a los ecosistemas; el daño que se les causa es local pero los causantes de estos daños están deslocalizados, esto es decir son depredadores del poder global en la medida en que concentran riqueza, poder y privilegios, supranacionales.

La destrucción por las llamas del páramo de La Cortadera, entré Siachoque y Toca, es una expresión local de los daños físicos que causa el cambio climático. Hace unos días algunos ciudadanos que se hacían pasar por paramunos bloquearon alguna vías de Boyacá y Santander; querían que no se delimiten los páramos, en Boyacá tenemos serios problemas con los temas de la frontera agropecuaria, con los usos indebidos del suelo, que sus vocaciones no responden al ordenamiento que existe para la protección de paramos, ecosistemas, cuencas y sub cuencas.

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En algunos artículos he demostrado estadísticamente como en los últimos 20 años se han deforestado más de 150 mil hectáreas en bosque en Boyacá, estas son cifras dramáticas y para algunos sectores, se cree que la frontera minera y agropecuaria debe continuar su curso sobre ecosistemas estratégicos, como este de La Cortadera que lleva décadas de intervención y destrucción de frailejones, lugares que nunca han tenido el cuidado de la protección.

Dejo esta reflexión porque hay que buscar las causas esenciales de estos fenómenos de conflagración por llamas de los páramos, para no quedarnos en el escándalo de las redes o pedir intervención de reacción de pagar el incendio y no adentrarnos en los análisis de cuáles son las causas y cuáles las salidas de fondo a un ecosistema que solo lo vemos como un factor de producción (input) cuando la naturaleza es un sistema de vida que merece tener conciencia de ello, para cambiar los modos de producción, consumo y reproducción

En el COP 16 hablamos de la paz con la naturaleza y esto debe pasar de la retórica a los hechos del ordenamiento de los territorios en torno al agua.

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