Por | Silvio E. Avendaño C.
Rafael Rojas ha publicado Polis literaria, (2018), en Taurus. En ese libro traza una síntesis de los años del boom. Analiza la literatura hispanoamericana en tiempos de la Guerra Fría, a partir final de la Segunda Guerra Mundial. El boom de la literatura se cuece en el enfrentamiento entre el capitalismo y el comunismo, en los estandartes de los Estados Unidos y la Unión Soviética.
Vale considerar lo que ocurrió en Hispanoamérica durante el enfrentamiento entre capitalismo y comunismo y, cómo la disputa encontró lugar en las repúblicas hispanas. Es llamativo que la revolución haga presencia en Cuba al final de los años cincuenta.
La literatura estaba presente. Así, a finales del siglo XIX (1898) Cuba se separa de España y, en ese momento, escritores como Martí y Rubén Darío forjan el mundo literario. Además, la revolución venía fraguándose en México (1910), con la larga dictadura de Porfirio Díaz. Un escritor como Octavio Paz se encuentra engarzado en el tiempo de la revolución y la matanza de Tlatelolco. (1968).
Escritores jóvenes que habían nacido en los años 20 y 30, que vivían escribiendo se encontraron con la revolución.
Los novelistas estuvieron de acuerdo con la Revolución, aunque cada uno la entendió a su manera.
Más, la revolución como la acción política en que una clase social sustituye a otra es considerada como tal en la medida que sea progresiva. El caso de los jóvenes que se embarcaron, en el buque Granma desde México hacia Cuba para derrocar a Fulgencio Batista y, que consiguieron su objetivo, se constituye en el hecho que marca la historia Hispanoamericana en el siglo XX. En ese “momento estelar” escritores jóvenes que habían nacido en los años 20 y 30, que vivían escribiendo se encontraron con la revolución.
Los escritores anteriores al boom, modernistas y vanguardistas se caracterizaban por ser poetas como Jorge Luis Borges, José Lezama Lima, Pablo Neruda u Octavio Paz. Los escritores del boom trazaron una línea divisoria frente a la novela telúrica, del realismo social, de la épica de la revolución mexicana y del barroquismo caribeño como Miguel Ángel Asturias, Rómulo Gallego, Juan Rulfo, Leopoldo Marichal, Juan Carlos Onetti, José María Arguedas…
El boom trajo la querella de la Revolución. Hubo críticos favorables y desfavorables [81] (Emir Rodríguez Monegal, Ángel Rama, Oscar Collazos, Roberto Fernández Retamar, Julio Ortega, Carlos Rincón…). Creció la polémica sobre la relación entre la revolución y la literatura, como se puede ver, en Julio Cortázar, Augusto Roa Bastos, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Jorge Edwards, José Donoso, Guillermo Cabrera Infante, Lezama Lima, Severo Sarduy.
Durante la década de los sesenta se gesta la revolución cubana que llenó de expectativas a los jóvenes. Fidel Castro apoyó la invasión soviética a Checoeslovaquia (1968). En Cuba se detiene Heriberto Padilla (1971). La isla caribeña se sovietiza, no floreció en Cuba la democracia. En 1973 las alamedas que llevaban al socialismo en Chile se truncaron con el golpe. Creció la esperanza con el sandinismo en Nicaragua y el Frente Farabundo Martí, en el Salvador.
Una vez más el destello de la Revolución iluminó la oscuridad pues “el principal error que cometimos en Cuba fue creer que había alguien que sabía cómo se hacía una revolución”.
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