XX Festival de las Artes – Cultura y tierra para cosechar la vida

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Exposiciones de Artes Plásticas y Visuales, en el Museo Casa Cultural Gustavo Rojas Pinilla, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

XX Festival de las Artes – Cultura y tierra para cosechar la vida, es un evento convocado y organizado por la Corporación Casa de la Cultura Popular.

 Exposición 1

EXPECTANTE

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¿Qué ocurre dentro de nosotros cuando esperamos que algo o alguien llegue o suceda? Y en particular, ¿Qué reflexiones emergen y se suceden en el interior de quien espera algo que tal vez nunca llegue? «Expectante», nació de la inquietud que nos generaba como habitantes de Boyacá y de Tunja la presencia de una carrilera sin tren. Investigando sobre el Ferrocarril del Nordeste empezamos a preguntarnos por las promesas olvidadas, y por los pasajeros para quienes nunca llega el momento de abordaje.

En el andén de la estación, cada ser expectante proyecta su mirada hacia la vía del tren para no perderse su aparición, revisa que su tiquete esté en orden, se asegura de tener el equipaje completo, repasa mentalmente los últimos pasos que dio antes de salir de casa, se pregunta si dejó con seguro la puerta, si cerró la llave del lavaplatos, en silencio… algo piensa.

Pero ¿Qué piensa? ¿Qué habita su equipaje? ¿Qué cosas eran demasiado grandes o pesadas para caber en la maleta y tuvo que dejar atrás? ¿Saben todos ellos con certeza que están tomando el tren correcto? La mirada de ella parece ser de angustia, pero la de esa otra mujer es de serenidad, como si no estuviera esperando para irse sino más bien alistándose para quedarse. Aquella persona, allí, parece llevar un equipaje ligero, para pocos días, pero esta otra, acá a mi lado, da la impresión de ir en un viaje sin retorno. Solo sabemos que todos esperan, y el observador que camina entre estos seres también espera algo. Un algo invisible. Quizás un tren que ya tiene hora de llegada, tal vez, a otro observador que con él se haga caminante y con quien abordar juntos, o de pronto está, como otros de los pasajeros, de pie frente a una vía abandonada. Su mente es tan insondable como las de los expectantes, y sin embargo son esas esperas, inalcanzables para nosotros, las que realmente lo definen. La naturaleza de cada espera hace que distintas hierbas broten de sus zapatos, a cada espera se la comen sus propias especies de polillas.

El único que no espera, es el tren. El tren que abre sus puertas apenas los segundos justos y necesarios para no salirse del cronograma. Él es el tiempo y a la vez huye del tiempo. Llega o no llega por capricho, hace y deshace ilusiones, es re encuentro y memoria, o ausencia y olvido. En Tunja, es una campana misteriosa que suena dos veces al día, y es también su fantasma, representado en una carrilera abandonada destinada al pastoreo. En este no lugar, el tren es la inmensa presencia de la posibilidad, que aunque intangible lo llena todo, que aunque incierta invade cada rincón del espíritu y se roba cada gota de tranquilidad. No está, nada que llega y, no obstante, es ya el protagonista absoluto. Se ve distinto en cada sueño, cambia de rostro en cada recuerdo, no es uno sino muchos, infinitos trenes ansiosamente esperados y anhelados, y nosotros aquí, de pie, con la mirada atenta, revisando que el tiquete esté en orden, preguntándonos si olvidamos echarle seguro a la puerta al salir, con el miedo repentino de haber olvidado algo importante, esperando… expectantes.

Sara Nicolle Osorio – Colectivo Terrafilia

 Exposición 2

Trabajo de campo humedales de Bogotá, Humedal El Burro

El territorio es un mapa habitado y habitable de resignificaciones en la memoria ancestral muisca en torno al agua, las fuentes naturales, las especies de fauna y flora, las ofrendas en los museos, la historia y el campo simbólico que adquiere sentido en la mirada colectiva del territorio, de un mapa de significados artísticos, culturales y ambientales en construcción con la comunidad.

La creación artística, cultural y conciencia ambiental del territorio en nuestro principio ordenador de sentido en tanto que, la institución educativa se encuentra dentro del sistema de humedales, ríos y bosques de la Localidad de Techotiva/Kennedy, la coexistencia de fuentes de agua, monumentos y ofrendas se relacionan con los caminos del agua que devienen de los páramos, del ecosistema y cultura tutelado por los Cerros de Bogotá que en lengua chibcha – muisca son: Tensacá: Dominio del Sol (Monserrate); Chiguachía: Nuestra montaña de la Luna (Guadalupe)[1].

Colectivo El Mapa No Es El Territorio. Felipe Prieto Isla

Chupqua/Humedal El Burro. Video experimental. Performance y pintura con pigmentos naturales

Ofrenda de meditación y agradecimiento a la Chupqua/Humedal El Burro, Territorio ancestral de Cacique Techotiva, Cacica Timiza, Diosa Muisca Sie.

Caminata, ofrenda de coca (Erythoxylum novogranatense) y pintura con pigmentos naturales de tinto o uvito (Cestrum buxifolium).

Cocreación: Santiago González, Luis Barrero, Natalia Guevara, Colectivo El mapa no es el Territorio – Performance intercontinental – Karolina Peña, Te Auaunga. Oakley Creek. Tāmaki Makaurau Auckland. Aotearoa, New Zealand.

13 de junio de 2025.

Natalia Guevara, Luis Barrero, Santiago González
Colectivo El Mapa No Es El Territorio

 

Exposición 3

  • Hayo · Coca · Fuhuza

Erythoxylum novogranatense

 Exposición de pintura, dibujo, grabado, objetos y medios experimentales

Santiago González. Foto | Felipe Prieto Isla

Esta serie sobre la Hoja de Coca es una exploración meditativa/etnobotánica y de observación, que busca hacer una revisión decolonial a la transgredida planta.

En documentos coloniales se tienen apartes que hacen referencia a la producción e intercambio de La Coca en el territorio Muisca, que era cultivada con destacada tradición/relevancia principalmente en la región al interior de la Nueva Granada, comprendida entre Soatá, Boyacá y el cañon del Chicamocha en Santander. Ya establecida la Colonia, el cultivo de La Coca quedó básicamente reducido a la región a la Provincia de Santa Marta, en la Sierra.

Para la tradición Muisca, los objetos de ofrenda del Museo del Oro, Poporos y Tunjos, dan cuenta del uso de la Coca en la comunidad, especialmente para los Chyquys y Caciques, por un lado, la planta hacía parte de la ritualidad con los espíritus del agua, las montañas y cuevas, por otro, era parte de las jornadas de trabajo y largas extensiones de viaje.

Continúa en la actualidad el debate global en torno a la planta de La Coca, en el escenario de la naturaleza proscrita y algunos matices como planta de medicina y trabajo de los pueblos indígenas. Más allá de la imagen de planta transgredida y narcotraficada, el presente trabajo de investigación y creación busca ocupar la mirada en la planta de La Coca como planta de conocimiento y planta sagrada en el territorio Muisca.

En el caso de la obra artística y el marco conceptual, se halla en común a las dos variedades de la planta, aquel planteamiento geográfico de Alexander Von Humboldt quién ubicó a los pueblos, tadiciones y mundos de esta región en la línea de la luz ecuatorial, la luz equinoccial, territorio en que crece y se cultiva una de las plantas más polémicas del conocimiento humano.

La serie sobre la Hoja de Coca cuenta con pinturas, dibujos, grabados, carteles, esculturas de talla en madera y documentos del periodo Muisca Colonial. Lectura etnográfica en Boyacá, por montañas, ríos, cuerpos de agua y círculos de palabra en el Suhisumuy o Bohío, y en Bogotá en el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis, Cerros Orientales y algunos humedales. Un trabajo de investigación y creación en torno a La Coca como planta de conocimiento y memoria del territorio Muisca para tejer la mirada consciente con el territorio, el cosmos y la vida, que continúa en nuevas fases de investigación y construcción creativa. Cada obra se describe en las casillas siguientes.

Las obras hacen un pronunciamiento por decolonizar la idea de la planta proscrita: La Coca, Hayo en su traducción a lengua Muisca: Fuhuza. Como gesto de enunciación y ubicación geocultural. Fuhuza es enunciación, vuelta a la memoria del territorio.

De los estudios de Enohistoria de La Coca se tienen dos variedades de la planta: indicando la variedad de la especie de las dos que se hallan en el continente, la que corresponde principalmente, a nuestro territorio de la Nueva Granada, hoy Colombia: Erythoxylum Novogranatense. Que, en paralelo con Erythoxylum Coca, principalmente del Sur, hacia el Perú, juntas especies se clasifican en el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis.

[1] Santos Curvelo, R., & Mejía Botero, F. (2010). Mensajes de la madre tierra en territorio Muisca. (E. Ayuntamiento de Alicante, Ed.) Bogotá, Colombia.

 

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