Por | Yolette Cecilia Romero Bohórquez / UPTC
Trece meses completaban como consecuencia de la pandemia generada por el COVID 19, sin salir a trabajo de campo, pero el 21 de abril de 2021, esa racha llegó a su fin.
A las 7:00 de la mañana salieron tal cual como estaba planeado en la ruta que los conduciría desde el centro de laboratorios de la UPTC, inicialmente hasta las lagunas de enfriamiento en Paipa y el río Chicamocha y al día siguiente hasta la laguna La Cristalina, en el páramo de la Rusia, ubicado entre los 3.100 y 4.280 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera oriental; para continuar con el proceso de investigación que realizan hace más de 15 años los integrantes del Grupo de Investigación Manejo Integrado de Ecosistemas y Biodiversidad Xiüa, que les ha permitido conocer a profundidad algunas especies invasoras que están transformando para mal, los ecosistemas alto andinos en el departamento de Boyacá.
El primer día de trabajo, comenzó en realidad para los investigadores el día anterior, preparar equipos, alistar las redes, los recipientes para recoger las muestras, los trajes de pesca, carnadas etc, Llegaron al río chicamocha y todos saben exactamente lo que deben hacer, unos bajan los materiales, otros revisan el lugar, los que se van a meter al río se ponen los trajes de pescador, que son unos pantalones grandes de caucho con botas integradas; bajan y suben, se sumergen hasta que el agua les llega a la cintura, miden el caudal, recogen muestras, anotan en hojas pegadas en una tablilla, llenan bolsas y frasquitos con porciones de agua tomadas del río y etiquetan; mientras la temperatura comienza a subir y los mosquitos a picar las partes que les han quedado descubiertas.
De ahí, pasan a las lagunas de enfriamiento de Termopaipa, nuevamente disponer equipos, cambiarse, meterse al agua, lanzar las redes, instalar las trampas, recoger muestras, tomar apuntes, todo para estudiar lo que ha ocupado sus mentes los últimos meses, conocer todo sobre el Procambarus clarkii, más conocido como cangrejo rojo de río. Una especie de langosta proveniente del sureste de los Estados Unidos y México, que desde 1985 fue introducido en el Valle del Cauca y posteriormente dispersado en Cundinamarca, Santander y en las cuencas de los ríos Chicamocha, Garagoa y Suárez en Boyacá. Cuando los atrapan lo hacen con cuidado, sus tenazas son afiladas, los miden, les toman fotos y los disponen en recipientes para luego analizarlos en el laboratorio, ese al que han ido llenando con tecnología de punta, despacito, como se hace en las instituciones públicas, tocando puertas y dando a conocer el trabajo de investigación que realizan, lo que los ha llevado a suscribir importantes convenios con ECOPETROL, Colciencias, Corporaciones Autónomas Regionales entre otras instituciones, que han aportado recursos para que hoy puedan contar con excelente dotación.
Termina el primer día y de regreso a dejar todo el material y muestras recolectadas en el Laboratorio L-404, debidamente dispuestas e identificadas y, a preparar todo lo que se requiere para el siguiente día, además de redes, trampas, dispositivos para la recolección de muestras, una lancha inflable y equipo de pesca; ascenderán a más de 3.500 msnv, les espera el páramo de la Rusia. Nuevamente la rutina del día anterior, hora de encuentro 7:00 de la mañana y salir rumbo a la Laguna la Cristalina, que para algunos es lejísimos y, para ellos la más cercana, de las cuatro más que visitan dos o tres veces al año, a las que acceden después de horas de caminata por caminos de herradura, llevando el equipo a lomo de mula, todo para poder conocer cómo evolucionan los organismos que viven en sus heladas aguas.
De camino al páramo, una parada en las lagunas de enfriamiento, a lo lejos se ven flotando las botellas plásticas que indican el lugar donde instaladas las trampas el día uno; fueron un éxito, dentro de ellas, estaban los cangrejos rojos, listos para ser medidos, clasificados y estudiados a fondo.
El bus comienza a ascender, aparecen imponentes las montañas tras cada curva, es una carretera angosta, de pronto el líder del Grupo Yimy Herrera, indica que han llegado a la última parada, hora de recargar con queso, bocadillo y tinto, en una tienda a la orilla de carretera, la última en el recorrido; adelante no encontraran más que frailejones y otras especies propias de la zona.
Yimy Herrera Martínez, es doctor en Ciencias Biológicas, magister en Ciencias Marinas, Biólogo, docente de Ecología de la UPTC desde 2015, es el coordinador del Grupo de Investigación y quien imprime liderazgo y despierta pasión entre los demás integrantes “realizamos investigación en tres líneas: ecología acuática, biodiversidad y química ambiental. El estudio más grande que hemos realizado es sobre especies invasoras en los ecosistemas andinos acuáticos colombianos, tanto en ríos como en lagos. Encontrando que dos de las especies que más efecto tienen sobre la calidad del agua son la trucha introducida por primera vez a finales del siglo IXX, y el cangrejo rojo (Procambarus clarkii), que aparentemente llegó a Colombia en 1985.
El bus no puede avanzar más, atrás quedan los títulos, hay que caminar los últimos kilómetros con el equipo a cuestas y así lo hacen, cada quién escoge que llevar. Y ahí está la Cristalina, un cuerpo de agua dulce, rodeado de pequeños frailejones. Los investigadores preparan la lancha, otra vez a recolectar muestras y más muestras. Entre tanto el Dr., Yimy Herrera, explica que para estudiar los efectos que han tenido algunas especies exóticas sobre los sistemas acuáticos, han estudiado lagos andinos donde naturalmente no había peces y en lagos donde se ha introducido la trucha, encontrando que efectivamente hay efectos sobre la diversidad de microrganismos de lagos y efectos sobre la calidad del agua tanto en lagos como en ríos. Estos experimentos son relativamente novedosos para este tipo de ecosistemas, por ejemplo, explica, han instalado mesocosmos, es decir aíslan en bolsas de polietileno gigantes una porción del lago, dentro de las cuales ponen jaulas, unas con y otras sin peces, lo que les ha permitido encontrar que efectivamente cambiaba la biomasa de microrganismos que son muy importantes para mantener la calidad eco sistémica de esos lagos.
Por el contrario, el mesocosmos sin peces permaneció como deberían ser los lagos en un estado natural no alterado. Isabella González Gamboa, Bióloga, magister en Ciencias Biológicas, explica la necesidad de recolectar tantas muestras de agua “una gota de agua es un ecosistema a pequeña escala y posee una gran diversidad de organismos diminutos, Dentro de este pequeño mundo, encontramos las algas microscópicas, que son la base de los ecosistemas acuáticos y la base de la cadena alimentaria en el agua. Estas transfieren energía a otros organismos microcrustaceos denominados zooplancton. Dentro de los estudios en lagos de alta montaña, hemos visto como la introducción de especies exóticas como la trucha arcoíris pueden producir efectos cascada sobre fitoplancton, debido al consumo de microcrustaceos por parte de los peces. Además, dentro de algunos resultados de zooplancton tenemos una nueva especie de cladócero”. Allí han hecho importantes descubrimientos cuenta Mabel Pimiento Ortega, también Bióloga, y Magister en Ingeniería Ambiental “son pocos los estudios que se realizan en lagos de alta montaña, allí hemos encontrado nuevos registros de distribución de una planaria y de un hemíptero o chinche de agua y una nueva especie de ácaro, éstos últimos considerados importantes porque son bio-indicadores de cambio climático dentro de los ecosistemas acuáticos”.
Los estudios de los últimos 15 años muestran los efectos negativos de la introducción de especies invasoras en los ecosistemas andinos. La trucha arcoíris, está desplazando especies nativas de peces en los ríos y alterando la calidad físico química de los ríos y lagos en donde ha sido introducida. Las dos especies el cangrejo rojo y la trucha arcoíris están alterando las redes tróficas que se han establecido durante miles de años en estas regiones, disminuyendo la calidad del recurso hídrico y alterando y desapareciendo incluso algunas especies endémicas de estas zonas.
Por lo anterior, el interés de investigar también el cangrejo rojo, debido a que por ser una especie que ha sido introducida recientemente, el Grupo tiene datos de cómo se encontraban los ecosistemas y pueden observar los impactos de esta especie sobre los sistemas acuáticos. En estudios preliminares, hemos encontrado que es un predador tanto de macro invertebrados, micrófitos, zooplancton, algas, inclusive peces, enfatizó Yesid de los Ángeles Gonzales Ruíz, Biólogo, Estudiante Maestría e investigador de Xiüa, lo puede afectar la economía de las poblaciones que viven de la pesca.
Por ahora, se sabe que afectan la calidad del agua para el consumo humano y es vector de enfermedades como gastroenteritis y cólera.
Las especies en sí no son malas, lo malo son las decisiones que toman los seres humanos, de llevarlas de un sitio a otro donde no son nativas, concluyó Yimy Herrera, quien, además dio a conocer que en sus investigaciones involucran a las comunidades de las zonas y han hecho cartillas y realizando talleres en escuelas y comunidades campesinas.