Es lo que todo el mundo espera a partir de hoy cuando se cumplió la primera prueba de la transitabilidad de la vía férrea entre Belencito y la Caro, después de que un primer tren de carga llevara 204 toneladas de cemento desde la planta de Argos en Sogamoso hasta la Estación Miguel Antonio Caro, en La Caro, cerca de la entrada a Bogotá, a una velocidad promedio de 30 kilómetros por hora, de acuerdo con el informe oficial.
El costo y el tiempo de rehabilitación
La reapertura del servicio se da después de una inversión de 207 mil millones de pesos que se han invertido desde 2013 para la rehabilitación de la línea y de un largo periodo de interrupción que comenzó en 2010 cuando el fuerte invierno de esos años dañó el sistema en varios tramos con la caída incluida de varios puentes, cuya reconstrucción hasta ahora se completa.
De acuerdo con Dimitri Zaninovich, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) el paso dado con la reapertura de este tramo entre Belencito y Facatativá, significa el reinicio del servicio férreo que a su vez es la concreción del sistema multimodal de transporte que necesita el país para aumentar su competitividad tanto para el comercio interno como para las cargas de exportación. El país tiene que aprovechar de manera eficiente los modos de transporte con toda la eficiencia; es decir, los ríos, el ferrocarril, las carreteras y el transporte aéreo, según la visión del actual gobierno que, sin duda, ha sido uno de los que mejor ha atendido, en las últimas décadas, la infraestructura necesaria para poner a tono los sistemas de transporte del país.
De manera que desde hoy el tren vuelve a comunicar a Boyacá con Cundinamarca, en la ruta Bogotá-Belencito, para mover inicialmente cargas de cemento, cerveza y productos de consumo masivo, lo que significa mover la carga de hasta 15 camiones en un solo viaje.
Dos corredores en servicio
Con la puesta en marcha del tren en este corredor, la Agencia Nacional de Infraestructura completa la reactivación y operación comercial de dos corredores férreos, Bogotá- Belencito, en Boyacá, y La Dorada, Caldas, ,Chiriguaná, Cesar.
Con este primer recorrido Belencito – Bogotá, que se cumplió entre la tarde de ayer y la mañana de hoy 8 de mayo, con un tren de prueba que se desplazó sobre el corredor férreo Bogotá-Belencito, la Agencia Nacional de Infraestructura comprobó la confiabilidad de la línea, presentándose un solo inconveniente de descarrilamiento en el recorrido que fue corregido en poco tiempo, pero que demostró la confiabilidad de la ruta.
Los interesados en mover carga
Además de la cementera Argos, la empresa Bavaria movilizó siete plataformas con 140 toneladas de producto envasado y enlatado, en el tramo Tocancipá (Cundinamarca)- Tibasosa (Boyacá), en un claro ejemplo de la utilidad de la línea que en estas condiciones transportó uno de los bienes más preciados en Boyacá, como es la cerveza, de la cual se dice aquí que es preferible que se caiga un ángel del cielo a que se ponga en riesgo una sola botella del celestial producto.
Establecida la confiabilidad del corredor férreo para el transporte de todo tipo de carga, el máximo aprovechamiento, del mismo pude llegar a movilizar hasta 600.000 mil toneladas al año.
Así las cosas, a la fecha se han registrado empresas interesadas en mover, además de cemento y productos de consumo masivo, maquinaria pesada, piedra, acero de refuerzo, tubería y chatarra. Un tren puede mover la carga de hasta 15 camiones en un solo viaje.
De acuerdo con Zaninovich, la operación permanente de este corredor traerá competitividad a las grandes y medianas empresas asentadas en el corredor industrial de la sabana norte de Bogotá y en Boyacá.
Sin embargo, para el caso del carbón de exportación que se pudiera movilizar desde el altiplano cundiboyacense, en realidad el Servicio queda trunco dado que el tramo entre Facatativá y Puerto Salgar no ha sido rehabilitado y, si lo es, tardará un buen tiempo y demandará recursos muy importantes que todavía no están garantizados; la mencionada ruta, además de presentar un trazado inadecuado, atraviesa varios tramos de geología muy complicada que desde la primera operación de la línea siempre ha presentado serios problemas de estabilidad.
Los encargados de la obra de rehabilitación
El contrato de obra pública de rehabilitación de los dos corredores mencionados fue ejecutado con la firma Ibines Férreo, española, para el mantenimiento, operación, recuperación de puntos críticos y control de tráfico de la vía, entre otros aspectos.
El contratista también realiza la reparación y mantenimiento de las ocho locomotoras propiedad de la nación. Cada una de ellas puede arrastrar en un viaje hasta 400 toneladas en una velocidad promedio de 30 kilómetros por hora.
El corredor completo, reparado por la ANI, incluyó los tramos La Caro – Zipaquirá y Bogotá – Facatativá, y en especial el de Bogotá – Belencito, el cual dejó de operar por los daños ocasionados en la vía, después de las temporadas invernales del 2010 y 2011 respectivamente.
El transporte de pasajeros
A la operación férrea definitiva de carga, se sumarán los recorridos diarios que se realizan con pasajeros desde y hacia, Bogotá y Zipaquirá, entre semana con estudiantes, y los fines de semana con turistas, modelo que se aspira a replicar en el tramo Tunja, Sogamoso, donde el gobierno regional y operadores privados ya han mostrado su interés por la operación del tren para la movilidad de pasajeros, inicialmente el denominado tren universitario que prestaría el servicio entre Tunja y Sogamoso.
Sin embargo, el horizonte de un gran sistema de transporte de pasajeros en el recorrido Bogotá Sogamoso, aún no se contempla, ya que como dijo uno de los expositores en la mañana de hoy, durante la ceremonia de reapertura del tren, “muchos todavía vemos el servicio del tren como un asunto romántico y de fe”.
Ya va a empezar el servicio de pasajeros desde el mes de noviembre..