Por | Manuel Humberto Restrepo Domínguez
Por ejercicio de comparación entre lo que pasó esta semana, penúltima de septiembre, en las cuatro grandes universidades públicas de carácter nacional que le quedan al país: Nacional, UPTC, Pedagógica y UNAD (No se incluye la militar por su especificidad), se podría mirar un recuadro del todo y señalar algunos apartes como que: Es septiembre, mes de amor, amistad, reconciliación, perdón y regreso a la vida desarmada de la insurgencia más grande y sostenida; mes de firma de otro cese de fuegos estado-insurgencia; mes de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde Trump habla de muerte y Santos dice que está bien, pero que no dijo eso. Entre paradojas e incertidumbres, las Universidades públicas están desfinanciadas en más de 14 billones de pesos, la privatización continua y la aplicación de políticas neoliberales no dan tregua, y se preparan las resistencias para defender como sea la Educación Pública, Gratuita y de Calidad.
Esta semana la Universidad Nacional de Colombia, cuyo campus universitario es de 115 hectáreas en forma de búho, (parcialmente respetado por planificadores y diseñadores) es sin duda el más importante del país. Forma en ciencias técnicas, sociales, artísticas y humanísticas; hay debate por ideas y concepciones y se puede encontrar el mayor número de doctores y especialistas por metro cuadrado. Hasta ahora es la que mejor ha entendido y defendido la Autonomía, la democracia interna y la separación del gobierno, y mantenido al margen al clientelismo y la corrupción. La Nacional, la Nacho, esta de cumpleaños: 150. Y ha recordado que en sus aulas dejaron huellas Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel García Márquez, Virginia Gutiérrez, Jaime Garzón, Marta Traba, Camilo Torres Restrepo, Jaime Pardo Leal, Gerardo Molina, Eduardo Umaña Luna y ratificado que el pensamiento crítico nunca puede ser desterrado ni perseguido porque es creador de la conciencia de la nación; y, porque es en el diálogo de saberes que se construye un saber orientado a mantener viva la rebeldía basada en un proyecto de transformación justa de la sociedad. Ha recordado también que quienes ofrendaron sus vidas lograron que la Nacional siga siendo patrimonio de todos los colombianos y que debe seguir siendo un centro de referencia ética y académica para consolidar esfuerzos por la paz del país.
El Rector de la Nacional, ha manifestado que la libertad de cátedra y de expresión son parte esencial para que se produzca un encuentro de ideologías que conversan y engrandecen el pensamiento y ha reclamado con dureza al gobierno por su desatención con frases contundentes como que “de tanto ahorrar en educación nos hemos hecho ricos en ignorancia” (entrevista a rector: semana.com, sep. 2017). En su cumpleaños todos sus estamentos han juntado esfuerzos para que la música, el arte, la alegría y su legado de luchas superen los acostumbrados programas acartonados y especiales de aniversario que desvirtúan el sentido universitario y favorecen a clientelas y burócratas.
Otra universidad es la Pedagógica Nacional, que esta semana produjo desde el Consejo Académico un comunicado público a la comunidad universitaria y a la opinión pública del país para denunciar y convocar a la movilización por la deficitaria y alarmante situación presupuestal que se incrementa para las universidades estatales del país, por recientes decisiones del gobierno Nacional, que no corresponden en la realidad. Los anuncios mediáticos de una adición de 162.500 millones no compensan la pérdida de recursos. El comunicado del cuerpo directivo de la academia, incluido su rector, coincide con el de la Nacional al denunciar que la privatización está en marcha y que programas como Ser pilo paga, son una estrategia excluyente y de abandono a la universidad pública. Las directivas de la Pedagógica denuncian la presión del gobierno para el logro de acreditaciones que trasgreden la autonomía y expresan enérgicamente su rechazo a las prácticas del gobierno que desprecian a la universidad pública y la conducen a las crisis e incluso al cierre ineludible de algunas de ellas. Las directivas, en síntesis, convocan a manifestarse públicamente y con movilizaciones masivas (comunicado emitido en Septiembre 17 de 2017, firmado por rector y secretario).
En la UNAD, la inercia y separación entre directivos y los demás, sigue igual. Los anuncios de nuevos señalamientos de plagio contra el rector y conclusiones como que “Las políticas académicas y presupuestales de sus directivas, han atornillado el futuro de esta universidad” (las2orillas.com, marzo 2016), no pierden su vigencia. Los estudiantes pasaron de ser 75.000 a 48.000 y la explicación más inmediata es que es resultado de “los escándalos por contrataciones, elección del rector y su cuantioso patrimonio, así como malos manejos en cuanto al presupuesto en su sede de la Florida, Estados Unidos…. medidas de recorte presupuestal que han originado un impacto en la calidad de la educación… y disminución del personal administrativo, la eliminación de cargos a nivel local que servían para orientar a los estudiantes dentro de un modelo educativo diferente, a cambio de aumentar el número de cargos burocráticos en cabeza de nuevas vicerrectorías” (ibíd.). Se denuncia que las directivas son las únicas responsables del fracaso de que la universidad, pensada inicialmente para incorporar a quienes habían superado su juventud o eran en la práctica víctimas de la exclusión del sistema, se formaran en una profesión asociada a su vida cotidiana y lugar de vida.
En la UPTC, la situación del momento, trae el lastre y rastro tanto de la destitución por orden judicial del rector anterior por una reelección indebida, como la consolidación de un Consejo Superior basado en prácticas ajenas a la academia misma. Se puede sintetizar que se mantiene la brecha de concepción y horizonte entre directivos por un lado y profesores y estudiantes por el otro. Los trabajadores apenas digieren una reforma administrativa nada transparente cuyo proyecto fue contratado con una empresa de negocios familiares con origen en envigado. Las asambleas biestamentarias de estudiantes y profesores son la parte central de la agenda semanal, mientras la Nacional celebra, la Pedagógica convoca y la UNAD hace silencio.
Las asambleas generales de profesores y estudiantes, sindicato de ASPU y grupos estudiantiles de la UPTC, reclaman por la formalización de docentes, caracterizados por la ley 30 de 1993 como ocasionales, que representan cerca del 70% del total del profesorado, lo que constituye el problema fundamental y estructural que debe resolverse con mayor urgencia y al que se ha dejado avanzar sin respuesta ni preocupación. Los estudiantes por su parte encuentran poca trasparencia y claridad, en un proyecto de recobro de matrículas, que pone al descubierto una pérdida de la autonomía y capacidad, al quedar a merced de una orden judicial, sin que lo propuesto responda a lo que se necesita. Los contratistas también externos han presentado fragmentos de modelos sin terminar, que apuestan a dividir a los estudiantes entre quiénes pagarían más y quienes pagarían menos, pero conservando intacto el espíritu excluyente y discriminador entre carreras y entre diferentes, es decir, recomponer adentro el modelo sin afectar el equilibrio presupuestal o en su defecto hacer ganador al modelo, no a los estudiantes, ni al carácter público.
Las directivas parecen al margen y planificando para otra realidad, la de indicadores que distan de la real. El Consejo Académico desde hace un año y ante su nefasta participación en la solución de la crisis por la designación de nuevo rector que, entre otras, tuvo el récor de cerrar la universidad dos veces en un solo mes, ha sido declarado interlocutor no valido, ilegítimo para tratar los problemas; y, del Consejo Superior, se cree que padece Autismo, vive ensimismado en afianzar clientelas y mantener inalterables sus cifras electorales decisorias de 5 a 4 en el que basa su autoritarismo y reeleccionisno.
Mientras en la Nacional celebran con música y abrazos en la plaza Che la convocatoria de directivas, profesores y estudiantes; en la Pedagógica las directivas, estudiantes y profesores convocan a la movilización para enfrentar la privatización; en la UNAD, profesores y estudiantes prepararan sus próximas batallas a escondidas de las directivas; y, en la UPTC, la lucha conjunta por la defensa de la educación pública, la autonomía, la democracia y la formalización de docentes que desde ya impulsa la preparación un paro universitario para celebrar su cumpleaños es atravesada por una protesta llevada a las calles de Tunja, en la que el SMAD arremete contra estudiantes.
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Estas iniciativas son fundamentales para reivindicar el derecho a la educación pública, sin embargo, es importante hacer claridad en cuanto a lo que el articulo afirma sobre el rector de la universidad nacional. El artículo dice: » El Rector de la Nacional, ha manifestado que la libertad de cátedra y de expresión son parte esencial para que se produzca un encuentro de ideologías que conversan y engrandecen el pensamiento» y recuerdo que este rector en vez de defender la autonomía universitaria y la libertad de cátedra del profesor Miguel Ángel Beltrán, siguió las órdenes del destituido procurador Ordóñez y lo inhabilitó para dictar clases en esta misma universidad, sabiendo de antemano que el profesor Miguel Ángel era inocente de lo que se le había acusado y se había tratado de un falso positivo judicial en el gobierno de Álvaro Uribe. Es importante hacer estas precisiones y más aún cuando se habla de las posiciones de retores y administrativos en relación con medidas del gobierno para vulnerar derechos en el ámbito de la educación. La Nacional desde hace varios años recibe capital privado y considero que está puede ser una oportunidad no sólo para pedir mayor financiación, sino para devolver el carácter público y popular a la misma, ya que esta privatización ha sido negociada e impuesta desde estos mismos círculos de poder administrativos.