Por | Alejo Gutiérrez / Profesor Universitario / Exconcejal
No son días normales. Estamos atravesando una etapa de crisis que como en época de guerra, una pandemia requiere lecturas especiales, en donde en términos económicos como consecuencia de la incertidumbre, cae la inversión privada y se requiere de un esfuerzo del sector público, pero plantear una reforma tributaria en medio de la crisis, es tan equivocado que muy pocas sociedades en el mundo, ni siquiera lo piensan. Por lo menos y en primer lugar, es evidentemente inoportuna frente a las cifras de desempleo, informalidad, cierre de locales comerciales y tiendas, aumento del crédito y endeudamiento de los hogares, entre muchas otras. Que su título sea un sofisma de distracción pretendiendo negar que es una reforma tributaria ya debe llamar la atención.
Ahora bien, una reforma que represente un incremento de costos para los ciudadanos en temas tan diversos como el Iva afectando la canasta familiar que se conforma por 176 productos básicos, el régimen de exentos y excluidos, que significa impuesto para los insumos y costos de producción, el acceso a tecnología, gravando con Iva a los servicios públicos, agua, energía, gas natural, tema delicadísimo inadvertido en la discusión de las últimas semanas, la mensajería y hasta elementos de aseo, entre otros. Frente al impuesto de renta tener como base gravable salarios mensuales de 2’420.000 desde 2022 y desde 2023 1’694.000 es un exabrupto que golpea a una clase media baja trabajadora, así como afectar una pensión de 4’800.000 y aumentar hasta el 30% este mismo impuesto para personas jurídicas. Sacar a las cesantías como rentas de trabajo exentas, afectar combustibles y peajes en dónde con razón, consideramos estos dos costos ya muy elevados y en muchos casos abusivos dada nuestra condición de país productor y peajes al interior de las ciudades, son temas que nadie esperaba en medio de la crisis Covid 19.
La obligación del gobierno nacional de mantener una economía saludable donde se pueda generar el recaudo suficiente para que el estado pueda cumplir a cabalidad con sus obligaciones, no puede ser soportada una vez más solo por un sector de la sociedad colombiana, mucho menos hoy cuando necesitamos más que nunca un estado fraterno y conectado con los ciudadanos, especialmente con los más vulnerables. Gravar la canasta familiar me parece en lo personal un golpe bajo, que, de ser aprobado por nuestro congreso, quedará seguramente en la historia como uno de los momentos más grises y amargos que nos toque vivir como colombianos.
Creo sin temor a equivocarme que existen otros mecanismos de recaudo que el Ministro de Hacienda debe tomar en cuenta, como por ejemplo combatir con más eficiencia y dureza el germen de la corrupción, el cual sigue muy presente en todos los escenarios del estado, en especial en la contratación pública; o ser más efectivo a la hora de combatir la evasión tributaria por cuenta de los que promueven el contrabando, o aquellas empresas y personas que tienen grandes utilidades pero manipulan o esconden sus ingresos o sus propiedades, con el fin de defraudar al fisco, lo que hoy representa aproximadamente una evasión del 30% del total recaudado por el estado.
A estas medidas ya mencionadas, creo firmemente que el gobierno nacional debería necesariamente instaurar una política de austeridad en las finanzas públicas, priorizar el control de la pandemia, el gasto social, la generación de empleo, la educación, y por el contrario, excluir del gasto inmediato aquellos programas que no son prioridad en una economía social de mercado, los cuales pueden por un tiempo prudencial ser obviados o suspendidos, tales como gastar en armamento militar, entre otros. Revisar con urgencia los recursos no ejecutados el año pasado por el sector público es otro punto fundamental, puesto que se trata de cifras superiores a los 23.4 Billones que se pretenden recaudar con esta reforma.
Para profundizar requerimos muchas páginas que espero no sean necesarias, acudiendo a que el Congreso de la República, que como se puede ver tiene un papel muy importante en nuestra sociedad, por inoportuna y por tener un enfoque completamente equivocado, no apruebe este proyecto de ley.
Esto es más conciso y certero de como estamos fiscalmente como es así cierto no reforma tributaria y no más corruptos del Congreso por q lo q se roban seria suficiente para cubrir el hueco fiscal y además q estos dizque padres de la patria paguen impuestos será más equitativo para nuestro país
Me parece muy aterrizado el analisis y ojalá se tenga en cuenta no solamente en los pasillos del Congreso, sino en las salas elípticas donde se debaten éstos temas no atañan unicamente a la economia, sino al e granaje total por él que rueda nuestro País. Para pensar: Por Qué dos regímenes pensionales, Porqué salarios en las nubes para unos y por él suelo para otros, siendo los mismos profesionales, Porqué no hay una verdadera apertura en la contratación estatal que permita el acceso a nuevos profesionales, Porqué en la elección popular no se establecen requisitos mínimos para quienes aspuran a ocupar esos cargos, Porqué no hay Créditos blandos y suficientes para el emprendimiento, etc,etc. Lo felicito doctor Alejandro Gutierrez por estar atento a la problemática de nuestro bello País. Un abrazo