Entre finales de 2019 y comienzos de 2020 se registró la temporada de heladas más devastadora de las últimas décadas, y en ese entonces se habló de medidas a tomar en el mediano y largo plazo, aunque hoy la situación parece ser similar a la de diez meses atrás.
El pasado 13 de diciembre el municipio de Monguí reportó, a través de su unidad de gestión del riesgo de desastres, el primer evento de heladas de la temporada seca.
Esto puso en alerta al Comité Departamental para la Gestión de Reisgo de Desastres, que tras un inicio de año traumático, está previendo medidas para solventar una crisis a raíz del fenómeno climático tan propio del altiplano cundiboyaceese.
Hoy ya son por lo menos 50 los municipios que se encuentran bajo algún tipo de alerta por este fenómeno de descenso de la temperatura, que termina por quemar los cultivos. Entre estos están Arcabuco, Chiquinquirá, Chita, Cómbita, Corrales, Duitama, Nobsa, Tunja, Tuta, Tibasosa, Saboyá, Sogamoso, Villa de Leyva, entre otros.
Desde el Comité Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres han recordado los métodos para hacer frente a heladas, entre los que destacan la correcta elección y realización de emplazamientos, así como manejo de los cultivos, la obstaculización o drenaje de corrientes de aire frío, la elección de plantas de floración tardía, la gestión de la nutrición de las plantas, la cobertura de las plantas, el riego, la cobertura de los suelos, entre otros.
Pero a pesar de que las recomendaciones a los productores agropecuarios están dadas, del otro lado son más bien escasas las medidas planteadas por los gobiernos para hacer frente a una nueva temporada de heladas.
Durante la última crisis se habló de la necesidad de reforestar, la intermediación para lograr precios de fertilizantes más acordes a la realidad económica de los productores colombianos, así como de otorgar mayores facilidades de pago de crédito. Sin embargo, ninguna de esas condiciones se ha cumplido.
