Una mujer hizo la compra a comienzos del mes de mayo y tuvo que pasar derecho de petición para «aspirar» a que le resuelvan la situación. Mientras tanto, debe seguir con el pago de las cuotas.
Una joven en Tunja se comunicó con El Diario para manifestar su inconformismo por una compra que hizo en almacenes IBG en la capital de Boyacá, sí, los mismos de la cuña comercial que seguramente llega a su mente al escuchar el nombre, y no le dan solución.
«Es indignante que uno tenga que pasar por esto, yo compré el televisor el 5 de mayo. Ayer, cansada de no encontrar respuesta, tuve que pasar un derecho de petición», comentó la mujer afectada.
Es decir, 15 días hábiles más, para saber si el almacén responderá por un televisor de tecnología Smart de 50 pulgadas del que su dueña ya ha tenido que pagar 4 cuotas de $251.780 cada una (con tarjeta sistecrédito), sin poder disfrutar de su adquisición.
Un dolor de cabeza que comenzó cuando encontró defectuoso el aparato y más adelante recibiera una visita en su domicilio en el barrio Los Muiscas.
«El día 18 de julio se acercó un técnico o trabajador de IBG para llevar el televisor por garantía, ya que 5 días antes se llamó por una franja azul, ancha y notoria en la parte izquierda de la pantalla», indicó la denunciante.
La persona que llevó el electrodoméstico dijo que se comunicarían, al no hacerlo, se volvió a llamar el 23 de ese mismo mes, en julio, y la respuesta fue que el 25 se enviaría a Armenia para revisión.
El 8 de agosto el jefe de cartera llamó para decir que el televisor se devolvería nuevo, pero que no se sabía la fecha.
Y la tortura sigue, casi un mes después, «ayer, 31 de agosto, me llaman de Armenia y me dicen que el equipo no se devuelve hasta que llegue un repuesto y que debo esperar. Por eso fui al almacén, y allá me dijeron que debía pasar el derecho de petición con mis inconformidades», contó la mujer.
Por este televisor ‘chimbo’, por llamarle de una manera coloquial, familiar, muy de la calle, y casi que atendiendo a lo que siente una persona que se ve perjudicada por el mal proceder de un establecimiento comercial, se está cancelando, como se dijo anteriormente, en cuotas (con los intereses que representa) y además con un gasto extra de un servicio de Internet sin usarlo. El precio de venta fue de $2’389.950.
En medio del reclamo de la usuaria (el martes 31 de agosto), o cliente según lo tipifican ellos, la gerente del negocio llamó a la Policía, con el pretexto de que no podía solucionar nada hasta obtener respuesta desde Armenia, que sería la casa matriz u oficina principal de esta reconocida marca.
Desde El Diario se hizo una llamada para contrastar una versión por parte del almacén y la respuesta, de manera no muy respetuosa, fue que el periodista del medio de comunicación debería acercarse personalmente a la oficina sobre la carrera novena y hacer una petición por escrito.
La queja también se elevó a la Superintendencia de Industria y Comercio, como acción de protección al consumidor consagrada en el artículo 56 de la Ley 1480 de 2011. El televisor se compró nuevo y nuevo se necesita, o por lo menos en las mismas condiciones que se adquirió, no con arreglos.
Si usted ha sido víctima de alguna situación parecida, o tiene una denuncia que contar, puede comunicarse vía WhatsApp al número de celular: 311 7177445, donde escuchamos atentos los reclamos de la comunidad boyacense.