El premio ‘Vida y Obra’ de la Convocatoria de Estímulos 2022 de la Secretaría de Cultura y Patrimonio de Boyacá lo ganó este artista, maestro, a quien cariñosamente le dicen ‘profe’ por las calles chiquinquireñas. Conozca su historia.
Describir a un artista, a un gran maestro, muchas veces resulta complejo cuando se trata de resumir en un par de líneas o algunas cuantas palabras el amplio trabajo y la dedicación que se le ha imprimido a toda una labor, de décadas de esfuerzo. Humberto Tena, con más de 80 años de vida, reside en Chiquinquirá, ciudad que le ha visto trabajar incansablemente, sobre todo con niños, en pro de un contenido con mensaje por la protección y la conservación de los ecosistemas.
Por eso este año, en ceremonia que realizó la Gobernación del Departamento, liderada desde la Secretaría de Cultura y Patrimonio de Boyacá, el maestro Tena recibió el pasado miércoles 5 de octubre, el premio ‘Vida y Obra’ que se otorgó con la Convocatoria de Estímulos 2022.
Y él mismo cuenta quién es, “soy un músico profesional dedicado a la pedagogía más que nada, a la pedagogía musical; yo estoy dedicado más que nada con el género musical que se llama la ecología, con el que empezamos en el año 1993, cuando llegué a Chiquinquirá empecé a trabajar con la infancia de las escuelitas periféricas, Santa Cecilia, Colegio de San Mateo, Boyacá Alto, colegios así de gente bastante humilde, niños de familias vulnerables”, recordó el maestro.
Precisamente el gobernador Ramiro Barragán reconoció en este hombre ese liderazgo y ejemplo que le hizo merecedor de la distinción, “qué bueno que personas como el maestro Tena tengan ese reconocimiento; muchos de ustedes, muchos artistas que han pasado por territorios como Boyacá, a veces es muy triste que después de tanto esfuerzo, tanto sacrificio y tanto cariño, que le entregan al arte y la cultura, a veces no son reconocidos, y por eso me alegra maestra Mireya que, desde el año pasado estemos juiciosos haciendo ese reconocimiento a tanta gente, quisiéramos que fueran más, uno quisiera que ojalá pudiésemos llegar a muchos, pero, pues bueno, creo que de eso se trata”, apuntó durante su intervención el mandatario de los boyacenses en aquella ocasión.
Todo el alma y su tesón se entremezclan con un toque de nostalgia cuando se trata de hacer memoria, “recopilamos todos los materiales que teníamos por nuestro desarrollo, que habíamos hecho desde el 93 hasta la fecha, composiciones, los trabajos con los niños de primera edad, psicomotricidad con trabajos muy técnicos, iniciando con la motricidad gruesa, motricidad fina, tratando de ordenar sus neuronas a través de la música con ritmo, danza y canto”, comentó el reconocido gestor cultural, el maestro Tena.
Y como si fuera ayer, trae a su mente los cimientos de lo que ha construido con el paso del tiempo, “yo empecé mi carrera musical a los 20 años prácticamente, lo inicié en Chile como principal integrante del coro de la Universidad de Chile en los años de 1962 hasta 1963, luego me vine para Arequipa, estudié la carrera, hice un estudio de 6 años, me gradué, entré a un concurso para directores de coro de la Universidad Nacional San Agustín, ahí, comenzó mi carrera, en el año de 1969; hice muchos trabajos resaltantes, comencé a trabajar sobre todo la música nacional del Perú, buscando las raíces del folclor, haciendo arreglo a cuatro voces para el coro a capella que yo dirigía en esa época, y bueno, fue un trabajo bastante fructífero; pero luego quise algo más, me fui a buscar los instrumentos nativos profesionalizados, la zampoña, charango, la tarca, quena, y todo eso… hicimos como una orquesta sinfónica para complementar, ya en los años 71, 72, 73; tuvimos un éxito rotundo ahí, porque tuvimos las primeras muestras de trabajar con la música ancestral natural, llevamos a la universidad, y de allí a Lima, a la Universidad Nacional de San Marcos; esto para mí fue una alegría, porque estábamos rescatando, a través de las universidades esa música ancestral, y luego en el año 1978, comencé a formar mi grupo musical con mis 4 hijos y mi esposa, con la visión de que íbamos a salir justamente”, rememoró Tena.
El ‘profe’, como le llaman cariñosamente por las calles de la ‘Capital Mariana’, anduvo un buen camino antes de llegar al occidente de la región, “… y así comenzamos a viajar; primero a Chile, regresamos por Bolivia, entramos nuevamente a Perú, Ecuador, Colombia, íbamos a salir a Venezuela, luego a Canadá, pero se nos frustró todo el viaje, por cosas de repente pequeñas, pero, aquí nos quedamos, desde esa época, desde el año 1985, nos quedamos en Colombia, y luego regresamos al Perú por poco tiempo, seis meses, y luego retorné, pero ya solo, el grupo se deshizo, mis hijos se fueron unos al Perú, su madre se quedó también en el Perú; y entonces yo me regresé, me contrataron justamente, porque al regreso busqué trabajo y me contrataron para venir aquí a Chiquinquirá en el año de 1993, en enero, me acuerdo mucho; mis deseos que yo tenía antes se cumplieron, porque yo dije alguna vez cuando por equivocación venimos por un camino que no debía de ir a Villa de Leyva, sino por el otro lado, entonces encontré unos paisajes hermosos, dije como me gustaría vivir acá, compondría obras muy bonitas decía yo, se cumplieron mis deseos, y eso es lo que tenemos en estos momentos, y cambié de género, ya no estaba haciendo la música andina latinoamericana de todos los países, porque yo salí con una misión de mi país, pero una misión que yo me había propuesto, ¡yo! Desagraviar una cultura que injustamente fue marginada con la llegada de los ibéricos; y luego viajamos por casi todo Colombia, menos las costas, toda la zona andina”.
Actualmente el maestro Humberto Tena convive con uno de sus hijos, visita algunas veces a su hija en Bogotá, y se siente como de “la tierrita” que lo ha acogido, “me siento verdaderamente como un colombiano que ama esta tierra, por muchos motivos, porque recorrí casi todo el país en la zona andina; llegando a Chiquinquirá desde el 93, casi no me he movido de esta zona; Chiquinquirá es una maravilla, la gente, bondadosa, cariñosa, gracias a ellos justamente he ganado el premio de Vida y Obra, porque ellos nos han apoyado, todos se han desvivido, toda la gente que me ha rodeado, ha dado sus declaraciones en favor de mi labor”, expresó con una leve sonrisa de agradecimiento.
La secretaria de Cultura y Patrimonio de Boyacá, la maestra Sandra Mireya Becerra (a quien admira Tena), se siente satisfecha con el alcance que ha tenido esta iniciativa, “ese fue el premio más importante de la Convocatoria de Estímulos, el premio ‘Vida y Obra’ que lo instauramos el año pasado, tenemos dos versiones, el año anterior lo ganó el maestro Jaime Barbini (q.e.p.d.), y este año ganó el maestro Humberto Tena que vive en Chiquinquirá, grande exponente de la música ambiental y que ha tenido tanta acogida de los jóvenes; nosotros tuvimos una ceremonia muy especial con nuestro señor gobernador en el Auditorio Boyaquirá, donde participaron alrededor de 500 artistas, y pues el principal artista era el maestro Humberto Tena, y ahí pudimos darle un homenaje a su obra, darle un homenaje y un reconocimiento a todos estos años de entrega al arte, en especial a la música, y qué bueno haber tenido esa oportunidad de entregarle ese reconocimiento y ese recurso para que él pueda mejorar su vida”, explicó la funcionaria, quien como artista, se ha puesto “la camiseta” por el sector.
Eso es exactamente lo que, para finalizar, resaltó el gran homenajeado del presente año, “yo soy acuariano, tengo un corazón acuariano, tengo un corazón demasiado frágil, pero amoroso, así yo lo aprecio a la maestra (Sandra Mireya Becerra), es una maravilla de mujer, yo creo que es una persona que está bien en ese puesto, que está realizando grandes cosas; esa noche, cuando recibí el premio, esa noche, pude apreciar todo el trabajo que ha realizado, que mi Dios lo ilumine y que lo proteja y que siga así, con ese ánimo, con esa alma, con ese pundonor de los artistas que aman de verdad a la humanidad”, puntualizó el maestro Humberto Tena.
Uno de sus grandes logros tiene que ver con la conformación de la Kantata Ecológica de Chiquinquirá, y quien mejor que una de sus integrantes para describirlo, “inició siendo una agrupación, dirigida y fundada por el maestro Humberto Tena hace ya más de 27 años; lo que inició siendo una agrupación coral de niños de escasos recursos poco a poco se fue convirtiendo en un proyecto musical muy consolidado, ahora somos una Corporación, de la cual todavía hago parte, hace más de 18 años, ha sido una aventura muy linda que hemos transitado todos estos años”, contó Yeimy Sánchez, quien junto con su hermana, Karen Sánchez, comparten el gusto por esta pasión y el privilegio de contar con amistades como la del maestro.
Así como ellas existen muchas personas que han tenido la oportunidad de conocer y disfrutar de los conocimientos y ese don con el que cuenta Humberto Tena, un maestro con el corazón hecho para la música y su razón de ser plasmado en el servicio a su comunidad, como gran artista que es.
