Por | Guillermo Velásquez Forero / guillermovelasquezforero.com
La victoria del no en el plebiscito sobre los Acuerdos de Paz de octubre de 2016, significó legitimar la maquinaria narcoparamilitar, corrupta, ladrona, traidora y criminal del Estado manipulada por Uribe y sus lacayos violentos, enemigos de la paz, dominados por la mentira y el miedo a la verdad esclarecedora. Y sirvió para darle rienda suelta a la sed de sangre del gran vampiro colombiano, señor de la guerra, dueño de las masacres y los asesinatos de líderes de la oposición y los líderes sociales, y autor intelectual de los 6.402 crímenes de Estado reportados por la JEP. El expresidente Mujica advirtió que si ganaban los idiotas útiles de la muerte, votando a favor de la guerra, Colombia demostraría ser un país esquizofrénico. Y no hay duda de que lo es, y cada día empeora su enfermedad mental. Los corruptos, ladrones, cómplices de la devastación capitalista y asesinos que usufructúan el poder y que se enriquecen con el negocio de la política convertida en asesinato son dementes, psicópatas, zombis verdugos de su propio pueblo, y han convertido el país en un manicomio, donde, políticamente, la agente normal actúa como analfabetos políticos, retrasados mentales, cretinos útiles de la ultraderecha, la misma chusma que hace dos mil años eligió a Barrabás, y que ahora sigue eligiendo y defendiendo a un criminal como Uribe.