A pesar de que ya han pasado un par de meses desde que el Gobierno Nacional impulsó la reactivación económica, el sector turismo sigue sin percibir sus efectos. Desde el gremio consideran que más que una reactivación, lo que se ha dado es un reinicio de actividades.
El sector del turismo sigue sufriendo los impactos de la pandemia. Terminado junio, uno de los meses que habitualmente han significado mayor movimiento para este sector, no se percibe una auténtica recuperación.
Ni la temporada de vacaciones escolares, ni la seguidilla de festivos pudo mejorar la situación para el sector turismo en Boyacá. De acuerdo a cifras registradas por Cotelco Boyacá, la ocupación hotelera para junio de 2021 fue del 39,34%.
Este registro es muy superior al de junio de 2020, que fue del 0,83%, aunque este no es un buen patrón de medición, pues para ese momento se vivió la época de mayor restricción de movilidad a causa de la pandemia. Comparado con junio de 2019, el balance ya no es tan positivo, pues en aquel es la ocupación hotelera fue del 42,71%.
“No podemos hablar de una reactivación económica del sector porque aún no se observa eso. Estamos hablando más bien de una reapertura, no de una reactivación económica, pues no lo han sentido así los empresarios del sector”, explica Martha Corredor, directora ejecutiva de Cotelco Boyacá.
Esta perspectiva frente a la reactivación económica se sustenta en la dureza del tercer pico de la pandemia, al que se sumaron fenómenos sociales como el del Paro Nacional con sus consecuentes bloqueos, que para el caso de Boyacá quedará en el recuerdo de los viajeros aquel puente festivo de bloqueo en la vía Duitama-Tunja, en el que miles de ciudadanos quedaron atrapados por cerca de seis horas.
A esto se suma las restricciones impuestas por los gobiernos locales, que con estrictos toques de queda han mermado el deseo del ciudadano para emprender un viaje, pues no muchos tienen como deseo el hecho de ir a un municipio lejano al suyo para quedarse encerrado en una habitación de hotel.
Claro que esto no es un problema exclusivo de Boyacá, sino más bien una dinámica general a todo el territorio nacional, pues en todo el país se han percibido los mismos efectos de la pandemia, los paros y las medidas restrictivas en lo que refiere a la actividad turística.
Aunque el caso de Boyacá ha sido de alguna manera más complejo, pues al ser un destino de conexión terrestre, por lo menos para las mayorías, coyunturas como las de los bloqueos generan una afectación sensible para el sector.
A pesar de las dificultades, Villa de Leyva se mantuvo como el destino más consolidado del departamento, registrando los mayores índices de ocupación hotelera. Paipa fue otro de los destinos preferidos, y en un tercer lugar se destacó la región del Valle de Sugamuxi, en la que la Lago de Tota, a pesar de las restricciones, sigue siendo uno de los grandes atractivos para el turismo.
Los transportadores, las agencias de viajes, los operadores turísticos, los dueños de hoteles, y todos los demás ciudadanos inmersos en el sector del turismo, ven con buenos ojos el proceso de reactivación económica, aunque entienden que puede ser demorado y un tanto incierto.