Tunja, un stand sin libros en la Feria del Libro de Boyacá

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Por | Julio Medrano

No iba a decir nada después de la taciturna salida de María Paula, porque ya lo he repetido varias veces desde la nefasta era de Fúneme, que la Secretaría de Cultura de Tunja es una ruleta rusa con los artistas, es una entidad que, más que servir a los creadores de la ciudad, está dedicada a inflar el cogote y el bolsillo de los contratistas del sonido y del trago. No iba a decir nada, pero esta vez me la volaron.

Los escritores de Tunja seguimos siendo invisibles en nuestra propia ciudad, la niebla de la burocracia nos cubrió por completo. Para esos administradores de empresas «encargados» de la cultura en la ciudad, les sobra la literatura, las palabras, en cualquier evento y/o convocatoria.

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¿Cómo explicarán desde la administración rusa esa pordiosera caseta que armaron en la Feria del Libro de Boyacá? La Feria en sí me pareció muy bonita, con propuestas editoriales innovadoras y… hasta encontré una mermelada de uchuvas muy del putas [después hablaré de la Feria]. Pero, mientras todo a mi alrededor parecía cuidado y pensado, el espacio de la Alcaldía de Tunja daba vergüenza ajena.

Armaron un establito para un zoológico de cartón como parte de una muestra turística. Tenía más presencia un puesto de cigarrillos y tintos en el Central de la UPTC; un puestecito digno de mercado de pulgas, donde solo resaltaba el letrero iluminado de ‘Tunja Ciudad de origen’. ¿Origen de qué? ¿Origen de botones, guías turísticas, pocillos estampados y libretas? Dos o tres souvenirs mal acomodados, cero sentido de pertenencia, cero apuesta [apoyo] por la literatura. Ninguna obra de escritor joven, viejo, muerto, vivo o agonizante de esta ciudad tuvo un lugar allí, ni siquiera una fotico y una veladora. ¿De qué sirve presumir de capital cultural si sus creadores no caben en el espacio que se supone los representa?

No hablo de inflar egos. Hablo de mostrar las obras, que a la final es lo único que queda. Los libros son los que sostienen la memoria de esta ruina mal llamada capital de Boyacá, no las sillas calientes de los burócratas. Y sáquenme de la lista de posibles “beneficiarios”, porque no quiero ser alcahueta de esta farsa [que quede claro, si me gané una beca de esta Alcaldía en 2024 con Muscaria, fue por mis méritos, no por el ruso alcalde ni nadie más allá metido en esa cloaca de hampones llamada alcaldía].

El stand turístico de Tunja en la FilBoy quedará como postal de esta administración. Una ciudad rica en escritores y pobre en visión cultural. Y mientras los libros esperan su lugar, la Secretaría de Cultura sigue jugando a la ruleta rusa con los artistas.

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