Desde la Administración Municipal advierten que la situación más crítica se presentará durante los próximos 15 días.
Lejos quedaron esos días en que los tunjanos imponían ejemplo a nivel nacional con casi un mes sin reportar casos de COVID-19. Esa casi declaratoria como municipio no COVID fue motivo de campaña, pero terminó arruinándose con el reporte de un caso el último día del mes.
De ahí en adelante no pararon de reportarse casos diariamente en la capital boyacense. La buena imagen que venía tratando de consolidar la ciudad fue quedando opacada con diversos ejemplos de mal comportamiento. Primero fue el caso del partido de microfútbol con muerto a bordo, que tuvo cientos de espectadores y que a la fecha no se tienen conocimiento de una sanción ejemplar para sus protagonistas. Luego fueron saliendo a la luz casos de indisciplina en todos los rincones del municipio.
Las medidas de toque de queda y la ley seca fueron violada fin de semana tras fin de semana, en redes sociales proliferaron las imágenes de grupos de jóvenes comprando y cargando canastos de cerveza, de grupos familiares de picnic, de numerosos grupos de ciclistas infringiendo medidas de distanciamiento social, entre otros tantos ejemplos del mal comportamiento que se apoderó de los tunjanos.
El resultado quedó a la vista con los reportes diarios de contagios, que durante agosto han rondado los 20 casos diarios para la capital boyacense.
Tanto así que Tunja pasó de ser un municipio con posibilidad de ser declarado como no COVID a un municipio de alto riesgo en medio de la pandemia. Hoy en la ciudad hay un acumulado de 533 casos, de los cuales se reconocen como activos 302; la Administración Municipal insiste en que 32 no corresponden a la ciudad, por lo que tendrían que ser reasignados, otros 222 se recuperaron, mientras que otros 9 fallecieron.
De todas formas es una situación que estaba dentro de los cálculos de la Administración Municipal, que había advertido que el primer pico de la pandemia en la ciudad sería entre el 7 y el 20 de agosto y que hoy, cuando el pronóstico se está cumpliendo, pide reiterativamente a la ciudadanía el cumplimiento de las medidas de aislamiento social.
Claro está que culpar exclusivamente a la ciudadanía por la situación actual sería postura completamente oficialista, pues en todo esto tendrá algo de responsabilidad la Administración Municipal con la precipitada apertura económica, que además ha sido supervisada superficialmente en lo que refiere al cumplimiento de protocolos de bioseguridad, según cuentan los ciudadanos que han buscado ser más rigurosos y responsables con sus conciudadanos.
Por eso mismo desde la Alcaldía advierten que de momento no se otorgarán permisos para la apertura de más establecimientos comerciales, por lo que gimnasios, autocines, iglesias, entre otros, tendrán que esperar un poco más.
Por ahora se espera un nuevo pronunciamiento de la Alcaldía de Tunja, en el que seguramente se dictaminarán medidas que permitan frenar un poco la velocidad de contagio que hoy tiene a la ciudad como una de las consideradas de alto riesgo por COVID-19.