La capital boyacense estuvo cerca de tres horas sin fluido eléctrico. El comercio y la movilidad fueron los sectores más afectados con este prolongado corte.
El miércoles 26 de julio quedará en el recuerdo de los tunjanos y de una buena parte de los boyacenses, que desde muy temprano sufrieron las consecuencias de un prolongado e histórico apagón.
Según explica la Empresa de Energía de Boyacá “la suspensión del servicio se ocasionó al presentarse fallas técnicas en la Subestación Donato ubicada en la ciudad de Tunja, la cual alimenta a varios municipios de las provincias Centro, Márquez y Lengupá, por ruptura de dos líneas de media tensión, cuyas causas son materia de investigación”. Debido al apagón, hogares, comercios y establecimientos educativos se vieron gravemente perjudicados.
“Nos vimos afectados porque de todas maneras nosotros dependemos de la energía, ya que vendemos lácteos, quesos y embutidos, entonces al irse la luz los productos empiezan a dañarse (…) registramos pérdidas económicas debido a que los productos, en su mayoría, tienen que permanecer congelados”, indicó Edwin Pinzón, comerciante de Tunja.
No hubo sector comercial que escapara a esta crisis generada por el apagón. “Con sorpresa recibimos el incidente, a nosotros nos preocupa el tema de los productos que manejamos de nevera, los helados y las bebidas frías que manejamos. El corte ha afectado la actividad comercial que nosotros desempeñamos. Nosotros manejamos las insulinas, algunas vacunas, algunos ungüentos oftálmicos, que si no mantienen la cadena de frío se dañan”, comentó Elmer Vargas, farmaceuta.
La movilidad fue otro de los sectores que se vio perjudicado; los semáforos dejaron de funcionar y se generaron enormes trancones, y también algunos accidentes.