Tunja se ha hecho reconocida en Colombia por su tradición estudiantil, por su vocación de ciudad universitaria y por el gran apego que sienten muchos de sus habitantes hacia la literatura. Sin embargo, en la capital boyacense no hay cifras oficiales ni censo que permita certificar esa tradición lectora. Según manifiestan los tunjanos, la cantidad de libros leídos al año supera el promedio nacional.
Poco a poco Colombia ha ido consolidándose como uno de los países con mayor tradición lectora en Latinoamérica. Así lo revela el informe ‘El libro en cifras volumen 10’ publicado por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), y basado en la encuesta de consumo cultural 2016 realizada por el DANE.
Según dicho informe hay un considerable aumento de la población lectora, que pasó de ser el 79,9% en 2014 a un 90,7% en 2016. Ese incremento, según la publicación del CERLALC se justifica en gran medida por la población que se declaró lectora de páginas web, blogs y contenidos encontrados en redes sociales.
La meta del Gobierno Nacional para 2018 es incrementar el promedio de libros leídos al año por habitante a una cifra de 3,2 libros. Según este informe, la meta se cumplió; se superó por lejos, y es posible que los tunjanos sean responsables de este resultado.
EL DIARIO salió a consultar a los habitantes de Tunja cuántos libros lee al año en promedio. Las respuestas fueron completamente variadas, así como hubo personas que aseguraron no leer ni un solo libro al año, hubo quienes afirmaron contundentemente leer 30 o más libros cada año, e incluso dos libros por semana. Si bien no se siguió un patrón riguroso para determinar el tamaño de una muestra representativa en la capital boyacense; este sondeo informal tuvo como resultado que el promedio de lectura en Tunja es de 9,8 libros al año por habitante; una gran mayoría se inclinó por contestar que lee entre dos y tres libros al año, y muchos otros afirmaron ser grandes lectores, pero no de libros, sino de otro tipo de contenidos como blogs, foros, páginas web o contenidos encontrados en redes sociales.
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Posted by Periódico EL DIARIO Boyacá on sábado, 21 de octubre de 2017
Esto respalda en gran medida los resultados obtenidos a partir de la encuesta de consumo cultural 2016, donde se señala que el público lector ha mutado drásticamente. En 2014 la población lectora se inclinaba por la lectura de libros (48,4%), periódicos (67,1%) y revistas (52,6%). Para 2016 dichos porcentajes disminuyeron: libros (47,5%), periódicos (56,7%) y revistas (45,7%).
Respecto a los resultados de Tunja, hay que recalcar que no hay quien maneje datos oficiales sobre los consumos de contenidos editoriales. Muchos se mantienen incrédulos frente a la posición que invita a creer que Tunja es una de las capitales de la lectura en el país, sustentados en la desaparición de varias librerías tradicionales, y en la escases de las mismas a lo largo y ancho de la ciudad.
También existe el imaginario de que son pocas las iniciativas gubernamentales para el fomento de la lectura. Por ejemplo, en el caso de Tunja, existe ‘El Mascalibros’, iniciativa promovida por la Secretaría de Cultura, que busca fomentar la lectura y escritura entre los habitantes de la capital boyacense, pero que desde un comienzo ha sido apreciada con ciertas limitantes como la exigencia de conformar grupos de 15 personas para poder ser participe. Otra enorme cruz con la que carga ‘El Mascalibros’ es que es una iniciativa apreciada como de formación o alfabetización, descartando de entrada así un enorme público que busca espacios para el intercambio de gustos literarios, búsqueda de material inédito o exclusivo, foros y conferencias.
Claramente, en Tunja se dan algunos de estos eventos, pero habitualmente no están cargo de la Administración Municipal, sino que surgen como iniciativa de particulares o de instituciones educativas.
También existen colectivos ciudadanos con gran vocación para el fomento de la lectura, como lo son la biblioteca Búho Itinerante o Al Aire Libro; que más allá de contar con los permisos gubernamentales para la organización de eventos, no han encontrado apoyo para hacer más extensivas sus iniciativas.
Para otros, la apreciación de falta de apoyo gubernamental carece de sustento, y consideran que un posible declive de las prácticas lectoras de los tunjanos se debe a la preferencia por el contenido digital. “Por la situación económica hay gente que prefiere leer su libro virtual o por internet, o bajarlo, pero no el libro físico”, comentó Leopoldo Mariño, comerciante que ha estado al frente de una tradicional librería del centro de Tunja desde hace 22 años.
A favor de Tunja hay que decir que en el transcurso de los últimos seis meses se hicieron eventos como la Feria del Libro, El Quijote de la Granja y El Festival del Libro y la Lectura de Tunja; todos tuvieron gran acogida, los tunjanos devoraron las ofertas y vaciaron las estanterías.
El resultado de la encuesta de consumo cultural 2016 pone en entredicho esa posición. Si bien se aprecia un considerable incremento en el uso de dispositivos digitales para el consumo de material editorial, la encuesta señala que el 94,4% de los que leyeron libros lo hicieron en formato impreso, mientras que solo 17,7% asegura haber leído en algún formato digital.