Luego de que se cumpliera la prueba de transitabilidad de la vía férrea entre Belencito y La Caro, los interesados en reactivar el corredor férreo para el transporte de pasajeros hicieron un recorrido para constatar la posibilidad de llevar a cabo este proyecto en el menor tiempo posible. El balance fue positivo.
El proyecto ha sido presentado como el tren universitario, y entre la comunidad estudiantil ha encontrado un respaldo, no solo por la cercanía de la estación (Tunja) con la universidad, sino por los beneficios en costos y duración que podría tener para los estudiantes.
Estaciones
La ciudadanía sigue pensando que la línea férrea está abandonada y que nadie pasa por ella. El episodio fue en Sogamoso. Foto | Hisrael Garzonroa / EL DIARIO
La estación de Tunja está en muy buen estado pero la deuda de la capital boyacense para poner en marcha este proyecto serían los pasos a nivel (intersecciones de la línea férrea con carreteras); en muchos de estos no hay señalización ni semaforización que permita dar prioridad al tránsito del tren.
En el trayecto de Tunja-Paipa hay varias estaciones. Muchas de ellas en abandono, pero con la ventaja de la existencia de infraestructura, que no implicaría mayores gastos de adecuación.
De hecho, las estaciones de los principales municipios: Tunja, Paipa, Duitama y Sogamoso, se encuentran en muy buen estado, cuentan con la infraestructura necesaria, pero necesitan ciertos retoques para estar en plena disposición para el uso de la ciudadanía.
Los promotores de esta iniciativa planean que las estaciones, además de operar como terminales de transporte de pasajeros, sirvan para la exposición de los productos autóctonos y de la cultura de cada uno de los municipios. Esta idea, tan frecuente en otras sociedades donde el tren de pasajeros tiene consolidación y alta demanda, aún no ha sido socializada con los mandatarios locales, pero es el eje fundamental para que el tren de pasajeros logre consolidarse en el departamento.
¿Qué hace falta para que funcione?
Recursos. Se necesita una buena inversión para alza y nivelación de juntas y para nivelación y alineación general que permita recuperar totalmente el perfilado de la vía. Y es en este punto es donde el proyecto encuentra sus mayores falencias ya que la intervención en estos dos aspectos implicaría una adición cercana al 50% del contrato actual para reparación de puntos críticos firmado entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y el consorcio Ibines Férreo.
Dicho contrato se firmó por cerca de 187 mil millones para la reparación de puntos críticos en dos corredores: Bogotá-Blencito, y Dorada-Chiriguaná.
Como en este caso se trata exclusivamente de las necesidades del tramo existente en territorio boyacense, se estaría hablando de unos 50 mil millones de pesos.
Sin embargo, hay otros aspectos como los pasos a nivel, que necesitan la intervención de los entes territoriales (municipios) para garantizar la perfecta transitabilidad de los trenes por este corredor, ya que en muchos de ellos no hay la adecuada señalización que garantice el correcto tránsito de los trenes.
También se necesita que cada uno de los municipios que cuenta con el paso de la línea férrea por su jurisdicción hagan campañas de concientización del uso de los trenes, de la existencia de los mismos; esto con el fin de evitar accidentes, personas atropelladas, carros parqueados sobre las vías del tren, en fin concientización de que el tren está en uso y que este podría llegar a crecer de concretarse el tren universitario.
La jornada de reconocimiento del trayecto finalizó con el envío de una carta de quienes pretenden desarrollar esta idea, al gobernador Calros Amaya para que ceda en comodato la locomotora que lleva más de diez años guardada, permitiendo así su uso para esta iniciativa que potenciaría el turismo en el departamento, y que brindaría alternativas de movilidad en todo el corredor central.
