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La jornada busca llamar la atención del departamento y del Gobierno nacional por el abandono en que la empresa matriz de Manizales tiene a las tres unidades de generación térmica. No ha destinado recursos para mantenimiento y no hay claridad sobre inversiones en obras que buscaban mitigar el impacto ambiental de la generación.
Trabajadores de las tres unidades de generación eléctrica de Termopaipa realizarán en la tercera semana de marzo, muy posiblemente el 21, una movilización para protestar por el abandono en que la empresa Gensa de Manizales tiene a su filial en Paipa.
Directivos del Sindicato de Trabajadores de la Electricidad en Colombia, Sintraelecol, dijeron que buscan llamar la atención sobre la falta de inversión en obras de mantenimiento de equipos y para que las directivas de Manizales den una explicación sobre las millonarias inversiones que se han realizado en obras para mitigación del impacto ambiental.
“Desde Sintraelecol Paipa hacemos un ferviente llamado a toda la comunidad a unir fuerzas en la gran marcha que se llevará a cabo desde el parque principal de Paipa hasta las instalaciones de la termoeléctrica de Paipa I, II y III. Este es un momento crucial para manifestar nuestra voz y exigir que el Gobierno Nacional reintegre a Boyacá este vital activo energético”, dijo el presidente de ese Sindicato, seccional Boyacá, Pedro Antonio Rojas Villamil.
“Estamos enfrentando un abandono sistemático por parte de Gensa S.A. E.S.P., empresa caldense que ha dejado de lado nuestro potencial energético y está desviando los recursos económicos que generan nuestras plantas. ¡Es hora de poner fin a esta situación!”, agregó el dirigente sindical.
La protesta en la doble calzada será con cierre total de la vía en ambas direcciones hasta que se atiendan las peticiones. Por la soberanía energética de nuestras regiones y se impulse una verdadera transición energética. ¡Las plantas no son obsoletas! Lo que estamos presenciando es un abandono sistemático que perjudica a nuestra comunidad”, es parte del manifiesto que hacen los trabajadores.
Y recuerdan que el posible cierre de estas plantas no solo afecta a los trabajadores directos, sino que también amenaza a más de 2.500 familias que, generación tras generación, han suministrado el carbón necesario para su funcionamiento.
¿Quién asumirá la responsabilidad de la problemática social y laboral que esto conlleva? ¡No podemos permitir que nuestras familias sean las que paguen el precio de decisiones que nos afectan a todos! Unámonos en esta lucha por nuestra energía, nuestros recursos y nuestro futuro! Cada voz cuenta, y juntos haremos eco de nuestras demandas. ¡Te esperamos!
Por la dignidad de nuestro departamento, ¡hagamos historia juntos!, indican en la convocatoria.