Todo por Colombia Humana, para salir del túnel del miedo

Foto: Hisrael Garzonroa / EL DIARIO
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Por: Manuel Restrepo

Sumario. Ahora y por primera vez, única e irrepetible se podrá abrir el camino para construir una Colombia Humana, sin exaltaciones a la violencia y sin injusticias, para que la vida valga más que la muerte, los jóvenes sean el motor de la inteligencia, el bienestar colectivo sea posible y la paz permita vivir sin temores ni carencias. La llave para salir del oscuro periodo del país, la tienen la generación de jóvenes a los que les han robado la esperanza y de viejos que todavía tienen sueños por cumplir, es un asunto vital, no de ideologías, ni afinidades o controversia políticas. Es como si moralmente se estuvieran enfrentando el bien y el mal, el odio y el amor. El país fue sometido a la oscuridad, al fracaso económico ocultado por engaños, a la negación de los jóvenes y a la prevalencia de la barbarie. El régimen Uribe es responsable de los mayores desastres frente a los jóvenes, la economía y la vida y tenderían a repetirse con Iván Duque. El primer desastre, fue tratar a los jóvenes como soldados y delincuentes; el segundo el descalabro de la economía, rescatada por inversionistas y traficantes, que la valió a Uribe para entregar el poder a la elite ilustrada y; el tercero la vida Humana tratada con desprecio. Las prácticas de este modo de gobernar se centran en discriminaciones (étnica, racial, sexual, política, social y de origen regional) y en barbarie y crueldad como síntesis del odio y antítesis de la vida. Defender la vida, el bienestar y la paz, son la necesidad primordial para cualquier manera de pensar y actuar en civilización, que por encima de diferencias prefiera una idea de ser humano con sentido de humanidad. Hacer todo por una Colombia Humana, es un derecho merecido y un deber ético, una expresión de respeto de la gente, a todas las personas y sus culturas, es un compromiso con nosotros mismos, lo contrario es permitir la barbarie que propone y ya hizo el régimen Uribe. El análisis se expone en tres textos: I. Con jóvenes Todo por Colombia Humana y contra la negación de la juventud. II. Con Bienestar Todo por Colombia Humana y contra un nuevo desastre de la economía. III. Con Paz Todo por una Colombia Humana para salir del túnel del miedo.

  1. Con Jóvenes Todo por Colombia Humana para salir de la negación de la juventud

Los jóvenes tienen ahora y por esta única vez, la oportunidad de decidirse por cambiar el trágico destino trazado por el odio y la barbarie que los metió en un túnel de miedo, donde solo cuentan como instrumentos de muerte, útiles a las estadísticas de la seguridad democrática, convertida en política de terror, prescindibles y tratados in-humanamente. Por primera vez cada uno cuenta y cada decisión tiene el máximo valor, en humanismo y en democracia. Propuestas como un millón de informantes, soldados campesinos, estudiantes informantes de la fuerza pública[1], soldados obedientes cometiendo crímenes y millones despojados de sus sueños por acceder a una carrera, un empleo o una oportunidad de vida digna, definen el desastre contra los jóvenes, a los que les cambiaron el destino. Unos fueron asesinados u obligados a asesinar, otros empujados al delito o al exilio y muchos más perseguidos con falsos judiciales. Cientos por tratar de sobrevivir cometieron faltas y fueron y entregados en extradición a Estados Unidos como parte de pago en un botín de cifras. Uribe extraditó a 1.149 de un total de 1482 (desde 1984, el 78% del total, eltiempo.com, 28/04/2010, extradiciones).

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El record de crueldad, odio y falta de oportunidades y crueldad para los jóvenes no tiene comparación en la historia reciente del país. Cada derecho, uno a uno, fue negado, no hubo políticas, ni programas en su beneficio, se les trato con odio. El derecho a la educación dejó un balance en pérdida. Los estudiantes fueron tratados como delincuentes y su protesta criminalizada. En el territorio olvidado de pequeños poblados, los paramilitares, asaltaron la educación, raptando niñas para ser violadas y torturadas y en los cordones de pobreza de las ciudades tuvieron que sobrevivir en medio del acoso e injerencia sobre sus conductas. Algunos colegios de bachillerato fueron plagados de informantes y los estudiantes requisados y sometidos diariamente a la seguridad privada para entrar a las aulas y los profesores amenazados y desterrados. La educación superior completó el tránsito de derecho a mercancía y algunos Consejos Superiores entregados a clientelas regionales. Proliferaron  universidades negocio (de garaje) de mala calidad y la exclusión basada en altos costos de matrícula se hizo imposible para jóvenes de sectores populares y medios. Las universidades públicas quedaron desfinanciadas en más de 12 billones (el costo de Hidroituango, el sobrecosto en Reficar o el robo de los Nule y otros) y la deserción quedó con un promedio del 40% nacional.

El programa de Uribe-Duque ofrece destruir la autonomía, extinguir la estabilidad laboral, arrebatar la libertad de cátedra, poner en riesgo las nóminas de planta de funcionarios y profesores, reforzar la seguridad policial e impedir la legitima protesta con la excusa de que en la universidad pública los jóvenes de sectores medios y populares se vuelven terroristas, alentados por un profesorado del que desconfían y al que desprecian. Una muestra de lo ya probado fue la entrega de la U. De Córdoba al control de paramilitares como Mancuso que produjo deserción, muerte, tortura, desaparición forzada, asesinato de estudiantes y profesores y un cambio de mentalidad colectiva.

El derecho a la vida de los jóvenes, fue suspendido, carecieron de agua, alimento, reconocimiento siquiera para acudir al préstamo de un baño público por falta de dinero. Los 12 años de los gobiernos de Pastrana y Uribe, (1998-2010), produjeron 5.827.898 víctimas, el 70.13% del total de víctimas actuales del país (Registro Único de Victimas), con mayoría de jóvenes, mujeres y niños. De Pastrana quedaron 2.453.628 víctimas y de Uribe Vélez 3.374.270 (León Valencia, semana.com, 70% del total de víctimas) y de cada 5 muertos, 4 fueron civiles (CNMH), la mayoría jóvenes.

Las arpías del régimen expresan odio contra los jóvenes llamando a despreciarlos cuando no aceptan poner sus vidas a disposición de la opresión o explotación que les ofrecen. Paloma Valencia (del linaje del sur del país) pide apartheid para los indios, en cuyos pueblos la mayoría son jóvenes, separar el territorio de mestizos del de indios; María Fernanda (y Lafourie) se oponen al regreso de los jóvenes campesinos y sus familias a sus tierras (hacienda las pavas incluso contra un fallo de la corte) y de los jóvenes afro repiten que cuando los ponen a trabajar o se roban las cosas o se agarran de las greñas. Valencia, Lafourie, Irragorri o Mosquera, Chad (como en la violencia cauchera de la casa Arana, cuyos crímenes perduran) creen que indios, campesinos o afro, jóvenes en su mayoría, son para esclavizarlos o matarlos si no les obedecen. Londoño, Ramos, Guerra, V. Morales, comparten con Ordóñez la quema de libros, maldicen a los  “jóvenes por libertinos” y piden cuarentena para los jóvenes impíos en coro con Gerlein (el del sexo excremental) y ciertos pastores desalmados. Francisco Santos una vez descubierto en su proyecto de crear un bloque paramilitar para Bogotá para asesinar jóvenes y luego de haber prometido “expropiar tierras a los ricos”, se convirtió en falso nuevo “campesino” apropiándose de baldíos de la altillanura (W. Arias) y completa su desprecio por los jóvenes pidiendo castración para los que salgan delincuentes y choques eléctricos para los universitarios, en tanto Uribe clama por linchamientos y más cárceles y ojala tortura.

La guerra no puede ser otra vez el único destino de los jóvenes, su ocupación no puede ser otra vez como soldados, informantes, mercenarios, cazadores de recompensas o victimas frescas que incentiven la venganza. Educándose, haciendo ciencia, arte, creando, innovando, con oportunidades, libres, ahí deben estar los jóvenes hombres y mujeres, también exigen ser respetadas y reconocidas como tales en igualdad y derechos, no negadas como lo promueve el programa Uribe-Duque, para quienes, las conquistas de género, diversidad y diferencia son entendidas como enfermedades que vienen del demonio, y que según ellos, es una ideología de género que hay que extirpar y quitarles la histeria[2] y devolverlas a su papel de profesionales en las faenas de la casa y del equilibrio de sus maridos en el poder. Quien entienda (o al menos lo dude) que Uribe no es solo un hombre cualquiera, si no el furher, el líder del reino de la oscuridad, el que manda sobre el que elige, sabe que no hay cabida para jóvenes en su programa de gobierno (Duque),  aunque hagan mil promesas, juren por sus muertos lo escriban sobre piedra o se sirvan de los ellos para hacer campaña por 25.000 pesos el día.

La hora de pensar y actuar como una sola fuerza de jóvenes en unidad y de hacerlo Todo por  una Colombia Humana, es ahora, tiene como fecha histórica, única e irrepetible el 17 de junio de 2018, para que los mismos jóvenes sean constructores de su propio destino, recompongan los tejidos de la cultura y le muestren al mundo de lo que son capaces cuando viven con dignidad.

  1. Con Bienestar Todo por Colombia Humana para salir del desastre de la economía

El programa económico de la Colombia Humana, pone el valor de la vida como la mayor riqueza con criterio de valor por encima de las mercancías, y permite salir del túnel de la miseria a la que están condenadas las mayorías luego del desastroso programa económico del régimen Uribe. En los primeros seis años de gobierno logró avances y crecimientos, pero al final de los 8 años el embrujo se desvaneció, el progreso se frenó y la deuda social creció. La distorsión del aparato productivo al cambiarle su cauce quedó semidestruido, se perdieron miles de puestos de trabajo, se concentró la riqueza en las mismas familias en el poder, se desmontaron garantías sustanciales de los derechos laborales y se incrementó la desigualdad. Cuando debía sentirse la fuerza de las crisis acudieron al rescate los prestamistas, (que se rasgan las vestiduras defendiendo a su candidato por medios y encuestas manipuladas) en espera de recibir la riqueza de biodiversidad y minería, como parte de pago por el oportuno favor todavía no pagado del todo. La magnitud del desastre le pasó factura a Uribe obligándolo a entregar el gobierno a Santos, para tranquilidad de elites e inversionistas globales.

El modelo de desarrollo de Uribe fue regresivo, estuvo orientado a los más ricos, que aumentaron sus fortunas en detrimento de los trabajadores, que perdieron garantías de salud, educación, capacitación, jubilación, asociación, horas extras y estabilidad y se afianzaron desempleo y rebusque. El crecimiento anual promedio del 4% no se repartió de manera equitativa, si no que “a unos pocos les tocó mucho y a muchos les tocó muy poco” (portafolio.co, Mauricio cabrera). El presupuesto de la guerra fue el más alto de la historia de Colombia, bordeó el 4% del PIB, mientras en el resto del continente fue del 1.6%. Ninguna guerra es gratis y parte de los intereses del costo de esa muerte se está pagando por deuda, que hacen crecer los impuestos, aparte de que lo ya gastado fue miles de veces más alta que las inversiones realizadas en cultura, deporte o empleo, jóvenes y viejos.

La firma de los tratados de libre comercio, TLC, representó el primer eslabón (2006) del fracaso de la economía. Resultaron útiles a un pequeño sector de poder, pero no proporcionan bienestar a las mayorías, ni oportunidades a la producción propia, en un país de pequeños empresarios. Los TLC por obedecer a reglas desiguales y entreguistas de la soberanía y la defensa de la empresa nacional, acabaron con miles de puestos de trabajo y agilizaron la entrega de licencias ambientales para el “saqueo legal” de las riquezas del país y la prohibición y quema de semillas propias.

El programa económico del presidente Uribe fue un infierno para el país y un paraíso para menos del 1% de la población. El desastre económico[3] quedo en evidencia en su segundo gobierno, y para ocultarlo se incentivaron eventos y cifras de guerra y las verdades a medias del gobierno se retrasmitieron con insistencia por los medios, mientras se apresuraba la legalización de capitales de paramilitarismo y narcotráfico. Entre 2008 y 2009, la amenaza de quiebra económica, movió los cimientos de las elites, lo que quizá explique, porque el elegido de Uribe “debió” ser su ministro Santos, probado en asuntos de estrategia militar, política y económica, lo que resultaba confiable para banqueros, industriales e inversionistas y afianzaba el proyecto hegemónico de dominación.

El desastroso modelo económico, dejó una tasa de desempleo del 12.1% equivalente a 2.4 millones de jóvenes sin oportunidades, más otros seis millones en el rebusque (elpais.com.co, 07/22/2010). Quebraron los pequeños empresarios[4] industriales, agrícolas, avícolas, arroceros y ganaderos, impidieron la venta de leche en cantina y promocionaron el cambio de dieta alimenticia con la entrada masiva de enlatados transgénicos. De ñapa a Estados Unidos, se le permitió apresurar el despojo con la instalación de siete bases militares y aumentar los asesores de combate, para mantener vivo el espíritu de guerra y adelantar el saqueo de las mega diversidades del Choco y del Amazonas.

El desastroso modelo económico de Uribe, dejó a Colombia convertida en campeona en inversión extranjera (no redistributiva de sus ganancias de crecimiento geométrico); alta desigualdad y creciente desempleo, pero prósperos negocios para el vicepresidente F. Santos y los hijos Uribe (Tom y Jerry), que pasaron de universitarios a grandes propietarios, dueños de empresas de aseo, tierras, zonas francas, inmobiliarias, artesanías y negocios en Panamá e Islas Vírgenes, mientras más de un millón de jóvenes como ellos, entró al rebusque, la informalidad, la delincuencia o simplemente al olvido, la precariedad o la indigencia condenados a pasar de la pobreza a la miseria sin retorno.

Economía de la Corrupción. El fracaso del modelo económico, se completó con la reafirmación de un sólido sistema de corrupción que implanto la idea de que el dinero valía más que la gente, que la ética o la política y que todas lo que no pudiera ser comprado, debía ser eliminado. Fueron 27 grandes escándalos de corrupción vinculados al fracasado modelo económico, durante los ocho años de Uribe, siguiendo los lemas del “todo vale” y “mientras no estén en la cárcel vayan a votar”. La Yidis política cambio votos por notarias. En todas sus campañas a la presidencia hay irregularidades que perfectamente constituyen delitos. Su llegada al poder por reelección fue fraudulenta, con recursos y votos paramilitares; en la siguiente campaña presidencial su promotor L.C. Giraldo fue condenado a 54 meses de prisión por fraude económico y político. Su cuarta campaña (Santos) resultó comprometida con Odebrecht que giró 400.000 dólares (R. Prieto está en prisión y el ex viceministro de transporte Gabriel García aceptó haber recibido sobornos por 6.5 millones de dólares). En 2014 su candidato Óscar Iván Zuluaga, habría contratado al publicista Duda Mendoça, con dineros de Odebrecht de la que presumiblemente recibió un millón de dólares. Agro Ingreso Seguro, repartió miles de millones de pesos de los campesinos entre los más ricos del país, (está condenado a 17 años de prisión su ministro y candidato Andrés Felipe Arias). El presidente de Saludcoop (C. Palacino) está acusado por haber usado los recursos de salud de sectores medios y populares, para campos de golf e inmobiliarias entre 2002 y 2003. La lista de escándalos se completa con vínculos al narcotráfico (Santoyo), asesinatos y compra de testigos (DAS), robo de dineros públicos mediante contratos (Nule). Para borrar y negar la corrupción económica y política, el DAS persiguió a críticos, periodistas, opositores y magistrados que investigaban tales escándalos, por lo que están presos entre muchos directivos, sus dos más protegidos directores, Jorge Noguera (condenado a 25 años de cárcel)  y María del Pilar Hurtado, (condenada a 14 años de cárcel).

Recompuesta la economía en el gobierno Santos, Uribe trata de retomar el control del Estado y reinstalar su programa económico que pronostica un desastre aún mayor, que llevaría al país a la quiebra total, con afectación a toda la sociedad, sin excepción, lo que impacienta a algunos sectores medios de industriales, comerciantes e inversionistas, que han perdido confiabilidad y credibilidad y desconfían plenamente del modelo Uribe-Duque y que aunque encuentran discrepancias en un gobierno con menor incidencia de partidos, les resulta preferible y más seguro, y a última hora, puede llevar a un cambio de opinión y hacerse participes del cambio, apoyando en las urnas el 17 de junio, a la Colombia Humana, por temor a otra traición como la sufrida con los TLC o el abandono a mitad de camino, que dejó a los sectores medios a merced de un sector financiero voraz con la empresa.

III. Con Paz Todo por Colombia Humana, para salir del túnel del miedo

 

Una Colombia Humana es aquella que promueve la defensa de la vida como lo más sagrado que tiene una sociedad y se compromete con la dignificación del ser humano, para que la paz sume, el país salga del túnel del miedo al que ha sido condenado y ni la guerra ni la muerte reciban beneficios. El régimen Uribe dejó la vergonzosa cifra de 180 batallones investigados por falsos positivos y numerosos generales y coroneles comprometidos (humanrigths, 05/2015). Esta barbarie anuncia que hubo una política genocida, planeada y sistemática y no simples actos cometidos por dementes. Los falsos positivos, “representan uno de los episodios más nefastos de atrocidades masivas en el hemisferio occidental de los últimos años, y hay cada vez hay más evidencias de que altos oficiales del Ejército serían responsables” (Vivanco, HRW). Estos crímenes de lesa humanidad, permitieron el triunfo de la muerte sobre la vida. La barbarie derrotó inclusive a las reglas de la guerra e impuso la guerra sucia, sin límites, y prosperó gracias al miedo de la gente. Así fue y así seguiría la muerte en su festín, con Duque, cuya tarea estratégica será consolidar la negación de esta política como garantía de impunidad total para Álvaro Uribe y otros responsables de tal delito de lesa humanidad y en paralelo reinventar la guerra sucia evitando los errores cometidos.

Los falsos positivos son parte de la tragedia humana provocada bajo el gobierno Uribe, en el que se ideó y ejecutó el plan. Pagaron por matar a inocentes y los asesinos materiales recibieron recompensas como un pollo asado o un día de descanso a los soldados, y condecoraciones y ascensos a los oficiales. Esta práctica impulsada por el gobierno Uribe entre 2002 y 2008, tiene en investigación en la fiscalía con la cifra de 4382 personas asesinadas con este modus operandi (fiscalía a nov de 2014) y las ONG reportan el asesinato de más de diez mil jóvenes: campesinos, hijos de tenderos, zapateros, comerciantes, taxistas, en general marginados, desplazados y pobres, asesinados con premeditación y sevicia y presentados como terroristas o guerrilleros para justificar que la seguridad democrática funcionaba y que Duque vendría a retomar ante el regreso promocionado de otra guerra sin reglas.

En la misma lógica de las ejecuciones extrajudiciales, al amparo de la guerra, se destacan actuaciones repudiables contra la vida como los asesinatos de testigos que comprometen a Uribe con masacres; las imputaciones a su hermano Santiago de crear y dirigir al grupo paramilitar los doce apóstoles responsables de masacres en la zona de Hidroituango, cuya represa ha borrado la memoria de 52 masacres (llenar la represa dependió del Alfredo Ramos, condenado por paramilitarismo, precandidato presidencial y presentado al inicio como jefe de la campaña Duque); su gran electora Enilce López (La Gata) está en prisión por asesinato y otros crímenes; su tío Mario Uribe, congresista recién salido de prisión está vinculado a crímenes del paramilitarismo. Los programas de las chuzadas, que se extendió inclusive a asesorías al presidente Martinelli de Panamá, hoy condenado; las listas de elegibles para ser asesinados entregadas por el DAS a paramilitares. De sus cuatro candidatos señalados por él para adelantar su proyecto de poder, uno está condenado y preso en Estados Unidos (Arias), otro en cuestión y en líos judiciales (Zuluaga), el otro fue a palacio (Santos, impuesto para recuperar la confianza del capital) y Duque recién creado y en campaña, arropado con un discurso oscuro basado en crear miedo, falsear la verdad y alimentar el odio.

Uribe es el líder, el furher local, que para muchos es un hombre recio, astuto y cubierto de teflón, pero que para las inmensas mayorías es simplemente un genio de la maldad, del que hay significativas pruebas que lo vinculan a crímenes de lesa humanidad como las masacres del Aro, San Roque y la Granja en Ituango en la que con sevicia fueron asesinados hombres, mujeres y niños y, la muerte del profesor y defensor de derechos humanos José María Ovalle y; de miles de jóvenes ejecutados extrajudicialmente. Por estos y otros crímenes contra la vida, la seguridad personal y la dignidad, podría ser investigado por la Corte Penal Internacional. Así mismo es el hombre con cerca de 300 denuncias en su contra en Colombia y recientemente vinculado en Estados Unidos a otros crímenes en estudio, adicional al ya conocido proceso número 82. Ese es Él: Uribe, el del Ubérrimo, su enorme finca en la que se ha planeado en símil a la finca Nápoles de Escobar el despojo y toma del país, uno de los hombres más poderosos del país y también uno de los más ricos, el que mejor que nadie sabe poner la ley de su lado y pasar por encima de ella y quien mejor entiende cómo convertir lo ilegal en legal y viceversa. Él que ha sido capaz de hacerle creer a sus víctimas que su dolor estaba merecido y el que tiene la cínica capacidad para reaparecer ante ellas para pedir votos por Duque. Él sabe cómo nadie convertir en criminales a las víctimas y en cómplices a las familias y allegados como ocurrió con las madres de Soacha, a las que señaló con dedo acusador como conocedoras de las supuestas conductas delictivas imputadas a sus hijos inocentes a los que mataron sin piedad (Jorge Gómez, Falsos Positivos, todos los caminos conducen a Uribe, elespectador.com).

Uribe creó a su sucesor y recibió el apoyo electoral de Pastrana y después del resto de las elites descompuestas y temerosas de perder su poder y privilegios, pero que difícilmente controlan los votos que fueron a ofrecer. El inexperto Duque, no es su garantía, porque saben, como lo dicen en los sectores populares, que un Duque y un Marques, (apellidos del candidato) siempre estarán a órdenes del rey, y este es solo Uribe, el líder, el furher, que no permite ni objeciones ni competencia de poder. Duque seguirá el libreto: perpetuar el odio, reinventar la guerra, naturalizar el dolor, vender las aguas y los páramos, feriar el último gramo de oro y barril de petróleo y limpiar el nombre del líder de todos los horrores cometidos. Eso traduce su programa de gobierno, restricción a derechos y libertades, lo demás son conjeturas, medidas populistas e inconexas como implantar cadenas perpetuas o expropiar a los ladrones. La realidad es simple: Ni la defensa de la vida con dignidad, ni la construcción de paz estable y duradera están en el proyecto. Se mantendrá la barbarie y se adelantará un sólido programa imposición de la sumisión, por seducción del poder o por la fuerza del fusil para la que hay decenas de fieles servidores como “Popeye”, el criminal más famoso y despiadado del mundo, que fue capaz de matar a sangre fría a su novia y compañera para complacer a su patrón, primo del senador José Obdulio, su asesor de cabecera; y el control del Estado y del gobierno sería por vía del estado de excepción, con leyes de guerra para ponerse por encima de la ley, rehacer las instituciones (cortes, universidades, otras) a la imagen y semejanza de su obsesión de poder pensada para gobernar sin reglas y hasta la eternidad.

P.D. FIN: Colombia Humana, ha recogido el mejor proyecto de gobierno, que se haya realizado a lo largo de la vida republicana del país, es el más completo y real, sacado de cada territorio, grupo, sector y esperanzas de la gente, con lo cual es preciso advertir que es posible, viable y realizable, que cuenta con los recursos y las garantías para atender las necesidades de un país diverso y diferenciado. Lo mejor que tiene es su incondicional respeto por la vida de todos los seres humanos sin excepción y la posibilidad de vivir la vida con dignidad y reconocimiento de cada ser humano como alguien con historia propia, que puede expresar, manifestar, oponer y recuperar sus capacidades y oportunidades para que la potencia humana sea puesta con inteligencia e imaginación en beneficio de otros, hasta provocar un desarrollo humano colectivo, con agua, alimentos, vivienda, educación, garantías a la salud. Con sentido de humanidad, construida entre afros, indios, mestizos, mujeres, hombres, jóvenes, viejos, en las costas, las fronteras y el centro, entre el mar de siete colores y la selva de mil colores. Colombia tiene que ser humana, construir un destino ahora y solo ahora, porque como el paso de los cometas por el cielo cada 100 o doscientos años, solo la vida esta vez ofrece como única una oportunidad el 17 de junio, el J17. Ese día, la Colombia Humana, será generosa en su victoria y sabrá celebrar la entrada a una nueva era con inmensa alegría, ratificando el compromiso asumido, cantando  a coro en agradecimiento a cada voto que “para que la vida miles de vidas, para la vida la dignidad…”. 

[1] En medidas como esta coincidieron en defenderla para imponerla: Uribe, Santos, Alfredo Ramos, Martha Lucia Ramírez., lo que permite pensar que este tipo de medidas volverá a tener vigencia (semana.com, jóvenes informantes, estudiantes en peligro, 1/27/2010)

[2] Histeria o la historia del deseo, film, 2011. La mujer que se rebela es calificada de histérica por la sociedad patriarcal y gobernante de entonces y llevada a una maquina que le produzca el paroxismo del orgasmo que le saque los humores corruptos y venenosos. Eso sigue creyendo la ultraderecha y sin duda eso hará.

[3] La cresta del fracaso económico del modelo Uribe ocurrió a finales de 2008 y 2009 y para esconderlo se incrementó la actividad militar para justificar un incremento del 20% de su presupuesto. En paralelo se internacionalizó el conflicto, se movió una crisis diplomática con Ecuador por intromisión militar en territorio ajeno, y crecieron los escándalos de corrupción a la par con la protesta social. El presidente promovió falsos mensajes aduciendo que la seguridad permitía el buen manejo de la economía (elespectador.com, contraloría, informe 2008) y que la paz ya no dependía de Colombia si no de Venezuela porque allí se escondía la insurgencia (Razonpublica.com, Oscar I. Zuluaga, 25/11/2012). En ese lapso el déficit fiscal pasó de 678 a 13.694 miles de millones de pesos y el país entró a cuidados intensivos, con un déficit fiscal 20 veces mayor (paso del 0.1% al 2.8% del PIB) y un balance negativo del gobierno que de 11.067 miles de millones pasó a 20.175 miles de millones (J. Bernal, lasillavacia.com, 18/05/2010).

[4] Los registros de ACOPI muestran que en medianas empresas hay registradas 26.113 sociedades, en pequeñas empresas 95.171, y en microempresas 669.188 sociedades matriculadas. En no determinadas hay 142.870, es decir que en ese rubro hay un total de 941.000 sociedades registradas aproximadamente en mi pymes. Como personas naturales, de acuerdo a Confecámaras, del corte al 28 de abril 2015, de 2.110.000 organizaciones registradas como personas naturales, 2.109.805 son mipymes, es decir casi todas (German Núñez, laeconomia.com, 21/06/2015).

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