Creo que también es una etapa que le sirve a uno mucho para reconocer que el poder es pasajero, y que el poder existe, no para estar cómodo uno, sino para ayudar a los demás. Así que muy feliz por este viaje y como lo escribí en Twitter: “volveré y seré mejor; mejor para servir mejor”.
El exgobernador de Boyacá, Carlos Andrés Amaya Rodríguez, considerado uno de los fenómenos políticos más sobresalientes de la última década en Boyacá, acaba de viajar a Europa para permanecer allí alrededor de un año, junto con su esposa y su hijo, tiempo durante el cual, afirma, se dedicará a la Academia, desde la posición de un ciudadano común, en un programa de formación y observación, primero, para cumplir un sueño surgido desde su adolescencia y, segundo, para consolidar su condición de liderazgo siempre al servicio de los boyacenses y del país.
En su última actuación pública antes del viaje, el domingo 27 de septiembre pasado, en el municipio de Somondoco, Amaya Rodríguez dialogó con EL DIARIO, sobre diferentes temas de la realidad política del departamento, su viaje y las expectativas futuras.
EL DIARIO: ¿En este momento, en la coyuntura política del país y de las circunstancias objetivas de la política regional, el viaje es oportuno? ¿Cómo es el asunto?
Carlos Amaya: Lo primero que hay que decir es que es un proyecto que tenía desde hace muchos años; un sueño que quería cumplir de irme a formar al exterior, y digamos que ya llega el momento, pensar en el proyecto de vida y lograrlo. Lo tenía planeado desde antes de terminar la gobernación. Obviamente el mundo ha cambiado, la pandemia cambio las circunstancias, hoy, si quisiera tener aspiraciones futuras, lo correcto sería no salir del país; pero, como digo, es un sueño que quiero cumplir, sin ninguna situación diferente a estudiar y formarme, por eso salgo del país. Además, como lo dije en Somondoco, con lágrimas (27 de septiembre), es un milagro que el hijo de un campesino haya sido gobernador y ahora pueda lograr salir del país para continuar su formación. Esas cosas, creo que deben valorarse más allá de las intenciones o del apego al poder. Cada día trae su afán; así que, y esto es lo más importante, hay un grupo político consolidado, fortalecido que tuve el privilegio de encabezar y que hoy hay otros líderes que lo pueden hacer con lujo de competencia, por lo que no es necesario que yo esté. Desde lo político estará Wilmer Leal al frente del todo el proyecto que hemos construido en Boyacá y a nivel nacional; en el gobierno, el señor gobernador sé que estará comprometido a seguir avanzando, terminar todos los proyectos que iniciamos y hacer nuevos proyectos que permitan que el departamento siga el camino trazado. Así que con nostalgia, pero me voy tranquilo. Entre otras cosas creo que no hay personas imprescindibles; creo que un buen líder es el que logra que otros líderes asuman roles y que los procesos no requieran de personalismos ni caudillismos.
EL DIARIO: ¿Esto quiere decir que el proyecto político de llegar en la fórmula del Partido Verde a la disputa presidencial quedaría descartado por ahora? ¿Cuál será el papel de Carlos Amaya al regreso?
Carlos Amaya: La frase es de la biblia, ya la mencioné y que ha orientado mi accionar político: “cada día trae su afán”. Con ese principio, fundante para mí, he tomado las decisiones políticas en los momentos oportunos y así he actuado siempre; así que, por ahora, mi propósito es estar con mi familia; será un tiempo maravilloso porque podré dedicar mucho tiempo a leer, que es algo que me apasiona, a seguir montando bici, ayudar en las labores de la casa, creo que eso tiene mucho sentido después de haber tenido el poder, de ser el gobernador y de tener tantos privilegios, ahora una nueva vida, con mi esposita y con mi hijo, será maravilloso. Este tiempo será para pensar, para reflexionar, para decidir cuál es la manera como puedo aportar; dónde podré ser más útil. Útil para consolidar una gran convergencia de sectores del espectro centro del país que hoy, a diferencia de algunos, creo que existe, que hay posiciones muy serias en el centro; que hay que reorganizarnos los que creemos que este país no debe ir a los extremos. En esa tarea estaré donde pueda ser útil para ello. Creo que esa gran convergencia de fuerza de centro podrá generarle una alternativa de poder nacional al país que le permita salir de la polarización y que logre generar desarrollo real y una redistribución que logre reducir la desigualdad; sobre todo, en esta época de pos pandemia, avanzar hacia la reducción de la pobreza.
En Boyacá, estaré acompañando candidaturas regionales al Congreso de la República, a la Cámara, al Senado. Hay muchos liderazgos nuevos, maravillosos, que lo han hecho muy bien, que merecen que yo ponga mi granito de arena para ayudarlos, acompañarlos. Estaré muy feliz de volver a tener el tiempo para recorrer Boyacá. En el orden nacional, podré estar al lado de compañeros con los que también en la universidad compartimos liderazgo estudiantil, como el actual alcalde de Manizales que tiene un proyecto muy interesante; y así, en todo el país, hay un gran potencial de jóvenes a quienes será una alegría poder acompañarles en sus procesos.
EL DIARIO: Antes de seguir con la mecánica política y ahondar en el futuro, quiero que hablemos de su paso por el Distrito, al lado de Claudia López, una persona con quien sabemos usted guarda una entrañable amistad, una confianza extraordinaria y que forman parte del mismo grupo político. ¿Cuál es el balance de los nueve meses de presencia suya en la administración de la Región Metropolitana de Bogotá?
Carlos Amaya: Lo primero que hay que decir es que Claudia es una mujer extraordinaria a quien admiro profundamente como lideresa política. Por supuesto, nos une una amistad entrañable, la quiero mucho; es una mujer que ha estado en momentos cruciales de mi vida política y siempre ha sido absolutamente generosa, solidaria conmigo, así que guardo un gran afecto.
“He definido a Claudia como el dique de contención que ha impedido que la izquierda radical y la derecha extrema incendien y acaben con este país”
Hablando ya como líder político, creo que Claudia ha sido una figura demasiado importante en este momento coyuntural del país. He definido a Claudia como el dique de contención que ha impedido que la izquierda radical y la derecha extrema incendien y acaben con este país; creo que ella representa el centro hoy en Colombia; ha demostrado que el centro existe y que hay posiciones que hay que asumir. Considero que me encuentro en el mismo espectro político, en el centro izquierda, y que hay un proyecto que defender. Estuve con ella acompañándola en toda la estrategia de integración regional, con enormes aprendizajes, empezando por la capital, que es otro mundo. Gobernar una ciudad como Bogotá es absolutamente diferente a lo que significa gobernar un departamento como Boyacá; tiene otras complejidades, otras situaciones; hay recursos, allí la dificultad ya no es de escases de recursos sino de otras preocupaciones y otros grandes problemas que resolver cotidianamente. Creo que salió muy bien el espacio, el trabajo. Hace unos días estuvimos comiendo y despidiéndonos. En medio de un gran abrazo y un poco entre entre lágrimas, los dos decíamos que nos vamos a hacer mucha falta. Para mí ella ha sido una profesora, he aprendido muchísimo a su lado, ha sido una especie de especialización en Bogotá.
Me alegra haber podido aportar en la ‘mercatón’ y el tema de región metropolitana, que son dos procesos que han salido adelante, que falta mucho por construir pero que creo que se hizo una buena tarea, un buen relacionamiento con los sectores políticos en el Congreso. Fueron ocho mese muy productivos y me alegra haber aportado en la capital del país que, entre otras cosas, estoy seguro allí está la colonia más grande de boyacenses; es absolutamente cierto, no sé si 3 millones, pero sí existe una presencia boyacense increíble. En cada evento que estaba, en cada situación, siempre existía ese boyacensismo en Bogotá.
Muy orgulloso, además; por ejemplo, en la mercatón en Bogotá, los canastos que se pusieron en venta de Boyacá, Cundinamarca, Tolima, Huila, Meta, los primeros que se vendieron exageradamente rápido fueron los de Boyacá. Ahí también hay una casa en Bogotá que es de todos los colombianos, por la que hay que trabajar mucho. Amo mucho a Bogotá que sufre también del centralismo exacerbado del gobierno nacional.
EL DIARIO: Déjeme que insista sobre lo de Bogotá y estos ocho meses. De pronto se hizo el trabajo pero no se visibilizó lo suficiente; es decir, es extraordinaria la plataforma a partir del gran núcleo poblacional y el significado económico que tiene la capital de la república, más el área de la RAPE, cuya dirección está en manos de otro boyacense, Fernando Flórez. ¿No falta más trabajo para proyectar una nueva imagen personal, territorial y de conjunto de los boyacenses?
Carlos Amaya: Bueno, fue intencionado. Cuando acepté la invitación de Claudia para ser asesor, incluso, lo que tuve fue un contrato de prestación de servicio -no fui alto consejero, ni estuve en la nómina de la Alcaldía, ni en la planta-, más bien fue intencional, yo quería estar bajo perfil. Siempre que se presenta una oportunidad para visibilizarse, por supuesto que eso genera alegría en quienes tienen afecto; también ataques infundados de quienes no comparten con nosotros los propósitos; hicimos muchas cosas pero no quería generar ese proceso de visibilizar lo que se estaba haciendo. La tarea fue acompañar a la alcaldesa, que ella tuviera el protagonismo: con los gobernadores en la estrategia de la mercatón fue así; igual en la estrategia metropolita, mucho trabajo de carpintería, participando en reuniones, convocando congresistas moderando reuniones; hay mucho trabajo alrededor de eso, pero sí fue intencionado bajar el perfil. Creo que Fernando Flórez está haciendo una extraordinaria labor y también acompañamos mucho su tarea. Creo que en este gobierno la integración regional va por buen camino y le corresponde a la alcaldesa y a los gobernadores tener ese espacio de protagonismo y, por supuesto, concuerdo que necesita tener más visibilidad.
EL DIARIO: ¿Cómo quedan las relaciones con el senador Londoño luego del distanciamiento evidente entre ustedes después de lo sucedido en la última campaña?
Carlos Amaya: Con Jorge siempre tendré mucha gratitud. Le doy gracias a Dios porque cuando tomamos la decisión como equipo político, de jóvenes, de renovación, de emprender una carrera política, Dios nos lo puso en el camino y pudimos aprender de él, caminar con él. Él, sin duda, abrió la puerta para que un grupo de jóvenes soñadores entrara a la política. Me siento muy contento de haber podido construir al lado de él, haber podido apoyarlo, de haber podido avanzar. Reitero lo que siempre le dije en los discursos, que mi reto era ser mejor gobernador que él, que sin duda fue un gran gobernador, pues siempre fue el derrotero para trabajar por nuestra gente con mucho amor. Así que con él las relaciones personales, súper bien, no estamos peleando como la gente dice, por Jorge siempre tendré un gran afecto.
“Omar Franco demostró que no es precisamente ´Verde´; terminó en el Centro Democrático y según entiendo está haciendo carrera en el partido conservador”.
Por supuesto que desde el punto de vista político es otra la circunstancia, ustedes saben que el equipo político de Jorge lideró e impulsó la candidatura de Omar Franco para la gobernación; obviamente, él tenía todo el derecho como líder político de hacerlo y lo impulsó; el equipo político del que hago parte, el grupo cercano de jóvenes, tomó la decisión de impulsar la aspiración del doctor Ramiro Barragán; en una campaña se presentan distanciamientos, contradicciones normales. Creo que los muchachos tenían razón, Wilmer y todo el equipo tomaron una decisión y tuvieron razón. Omar Franco demostró que no es precisamente ´Verde´; terminó en el Centro Democrático y según entiendo está haciendo carrera en el partido conservador. Por supuesto, yo respaldo a Ramiro con todo mi corazón, defenderé su gobierno siempre, hasta el último día; él representa y se hizo elegir como candidato de la continuidad de nuestro gobierno, esa fue la decisión de los boyacenses. Por eso es importante decir que me siento muy tranquilo con el gobierno del doctor Ramiro; que sé que Boyacá seguirá avanzando como él lo ha planteado.
EL DIARIO: Se sabe que los espacios dejados alguien los copa y en este caso podría ser Londoño. ¿Quién queda a cargo?
Carlos Amaya. Respaldo absoluto a Wilmer Leal como líder político de nuestro proceso; y, bueno, no creo que Jorge (Londoño) quiera ocupar mi espacio o que lo pueda hacer, pues todo el mundo conoce que él lideró un proceso diferente al del gobernador Ramiro; incluso, en la alcaldía de Tunja también se distanció de quien fue parte de su equipo, de Jhon Carrero, y su equipo político acompañó al conservador Alejandro Fúneme; digamos que es un hecho notorio pero por él todo mi afecto y cariño siempre. Las decisiones que tome las respetaremos pero obviamente tomaremos unas decisiones como equipo y tendremos en nuestra tarea impulsar y fortalecer el equipo del que hacemos parte hoy. A Jorge todo mi cariño; desde el punto de vista personal toda la buena energía y la buena relación. Creo que hay que enseñarle a Colombia que el hecho de que no seamos parte o caminemos el mismo camino político, no nos convierte en enemigos. Jorge tendrá su camino, nosotros el nuestro pero a Jorge, siempre, todo el respeto y el cariño.
EL DIARIO: ¿Qué otros personajes, qué otros posibles distanciamientos y enfrentamientos se pueden identificar luego del ejercicio del poder y ahora desde la jefatura, que es evidentemente suya y, a la vez, con quién o con quiénes fortalecer el proyecto?
Carlos Amaya: Yo creo que es normal la controversia en la política y las contradicciones, lo que creo que no está bien es que eso genere odio y una polarización como la que vive el país. La invitación debe ser a tener posiciones diferentes, sin atacarnos, violentarnos o agredirnos. Por supuesto el partido antagónico al proyecto que representamos, por lo histórico, por nuestra procedencia, por el futuro que tenemos, por nuestros planteamientos, es el Centro Democrático y, como todos conocen, el senador Ciro Ramírez, hijo del exsenador Ciro Ramírez Pinzón, lidera ese grupo político; la misma condición de haber sido líder estudiantil de la universidad y la alta contradicción con el expresidente Uribe pues nos hace diferir allí; con el partido Conservador también. Con quienes estamos construyendo un proyecto colectivo, que ha sido exitoso en Boyacá y, creo, ha generado buenos resultados para el departamento, es desde las bases del Partido Verde, con el Partido Liberal; espero que este proyecto perdure muchos años y siga dando resultados en favor de los boyacenses, de los más vulnerables y que siga dando felicidad a la gente.
“Les corresponde: a Wilmer liderar el tema político en el ´Verde´, a Rodrigo en el liberalismo y al gobernador Ramiro, gobernar”
Bienvenidas las controversias, es normal. Cuando sea el momento de las evaluaciones, que la gente en últimas es la que manda, se sabrá; por ahora, nosotros como proyecto político, debemos acompañar a todos aquellos que tienen un espacio de liderazgo y que lo tienen que hacer bien. Como decía al principio de la entrevista, no me corresponde a mí en este momento liderar el proyecto político, me corresponde irme a preparar, a formar. Les corresponde, a Wilmer (Leal) liderar el tema político en el ´Verde´, a Rodrigo (Rojas) en el liberalismo y al gobernador Ramiro, gobernar, quien lo que tiene que hacer es una buena administración y, bueno, el tiempo nos dirá qué hay que hacer.
EL DIARIO:El ejercicio del poder deja experiencia, deja trayectoria, conocimiento, muchas alegrías, amarguras, frustraciones, más amigos, otros enemigos. ¿Cuál es su reflexión de lo que ha significado la vida pública suya, el paso por el Congreso, el ejercicio de la gobernación y ahora, incluyendo la experiencia de la pandemia, para considerar cómo ver el futuro, cómo ver el departamento y su manejo en términos de la administración que corre?
Carlos Amaya: Empiezo por el futuro. El futuro hay que verlo con esperanza renovada a pesar de las dificultades y de los días difíciles que vienen. Mi vida ha sido un acto de fe. Cuando era líder estudiantil cada cosa, cada marcha que hacíamos, eran actos de fe; cada lucha que teníamos era un acto de fe y movidos por la esperanza. Llegar al Congreso fue un acto de fe. Cada lucha que dimos en el Congreso por el agua, contra el fracking, contra el petróleo en la Laguna de Tota, de ser los primeros en Colombia que dijeron “no cambiamos agua por petróleo”, el saber que lo que hacíamos y los debates que convocábamos hacían más felices a las personas, ayudaban a que vivieran un poco mejor. Yo creo que eso es lo que tiene sentido.
“En la Gobernación pudimos cambiar muchas vidas; desde el ejecutivo, con cada decisión que se toma trasciende y cambia vidas; esto tiene una profundidad increíble: ver tanto cariño de la gente”.
Recuerdo en ese entonces el debate que hicimos en la comisión sexta por la trasversal del Sisga –El Secreto y ver hoy esa vía pavimentada, y no digo que fue gracias a mí, pero pusimos un granito de arena, visibilizamos el problema, el presidente Santos se comprometió, el vicepresidente Vargas la sacó adelante, Duque llegó, resolvió los líos que tenía, la vicepresidente Martha Lucía también ayudó y, bueno, hoy es una excelente vía. Salir de Bogotá como salí, para llegar hasta Somondoco, todo pavimentado, a los que sabemos de esto, nos parece algo más que un milagro de la vida, de la política y de Dios. Esto es un gran privilegio.
En la Gobernación pudimos cambiar muchas vidas; desde el ejecutivo, con cada decisión que se toma trasciende y cambia vidas; esto tiene una profundidad increíble: ver tanto cariño de la gente. Cuando llegué a Somondoco, tal vez algunos se dieron cuenta, llegué a la esquina y me arrodillé para darle gracias a Dios, llorando como un niño chiquito; no pude ocultarlo: estar vivo, después de ese accidente (durante el paro camionero), de no quedar en una silla de ruedas, y ahora estar pedaleando 105 kilómetros en un tramo tan exigente, ¡es el milagro de la vida! Ahora poder ir a estudiar, cumplir el sueño que tenía de estudiante de ir al exterior a formarme. Todo esto para mí ha sido maravilloso.
“A Ramiro (el gobernador) le irá muy bien porque hace parte de un proceso y tiene un acumulado que, estoy seguro, ayudará a que avance más rápido, a que tome decisiones adecuadas; así que no tengo duda de que le irá muy bien, que hará un gran gobierno, que espero sea mejor que el mío, porque de eso se trata. Estoy seguro que Boyacá, como él lo ha planteado, seguirá avanzando”.
Siempre se habla de curva de aprendizaje, creo que lo valioso no es trepar la curva sino el acumulado, lo que diríamos los ingenieros, con el área bajo la curva o la integral de la función. Todo ese acumulado que es un área que sostiene ese crecimiento es lo que es valioso y lo que sostiene el proceso. A Ramiro (el gobernador) le irá muy bien porque hace parte de un proceso y tiene un acumulado que, estoy seguro, ayudará a que avance más rápido, a que tome decisiones adecuadas; así que no tengo duda de que le irá muy bien, que hará un gran gobierno, que espero sea mejor que el mío, porque de eso se trata. Estoy seguro que Boyacá, como él lo ha planteado, seguirá avanzando
La última consideración es que siempre nos debe sostener la esperanza de construir un departamento mejor, un país mejor; y, siempre tenemos que esforzarnos por ser mejores y poner lo mejor de nosotros en la construcción de ese gran país: eso es lo que voy a hacer y aunque la pandemia esté muy dura en España, me voy ‘pa´allá’, porque hay que arriesgar y hay que luchar también por los sueños y hay que sacrificar. Por eso vamos los tres: Dany, David y yo. Y a revivir los viejos tiempos cuando yo hacía aseo en la casa, el almuercito, se tiende la cama, se plancha la ropita, se lava; creo que también es una etapa que le sirve a uno mucho para reconocer que el poder es pasajero, y que el poder existe, no para estar cómodo uno, sino para ayudar a los demás. Así que muy feliz por este viaje y como lo escribí en Twitter “volveré y seré mejor; mejor para servir mejor”.