Se bajaron por las orejas… otra vez. Los curitas con la típica: ahora resulta que son los verdaderos iluminados en cuanto a la actitud que observaron en el plebiscito de Juanma, concluyeron nuestros Académicos en la última semana de discusiones. La deducción es porque uno de los curas cercanos al buró de los capelados, escribió para el diario que era de Juanma, tratando de echar un cuento que no se lo cree nadie. El curita, al estilo del urubestiario, se echó una retahíla para enredar incautos. Así escribió: que “Paradójicamente, los mismos que hoy critican la opción política asumida por algunos pastores consideran “inaceptable” la postura de la Jerarquía Católica, juzgándola “cómoda, apática y cobarde”. Los Académicos del Pasaje Vargas consideran que no hay nada de paradoja, que tal visión está ceñida a diáfana realidad. Y enseguida más cháchara: agrega que “en realidad, la posición asumida por la Iglesia no fue fruto de comodidad, apatía o tibieza o cobardía. Ninguna opción era, a corto plazo, más sacrificada y arriesgada. Pero ninguna otra postura era posible, ni eficaz, ni conveniente ni evangélica ante el deseo del Episcopado de ser constructor de reconciliación y unidad en una patria dividida por las pasiones políticas. En este campo, nos jugamos la autenticidad profética de nuestra misión común: la predicación del Evangelio. ¡Cristo es nuestra paz!” Los Académicos estimaron que con este discurso no dijo nada, como no tienen nada que decir; pero eso sí, el mismísimo Moncho Luis Augusto, el presidente de todos los curas ha salido, con aspaviento incluido, a pedir que la paz debe ser ya, tal cual también han salido a decir los otros pastores y demás farsantes de las iglesias de garaje. La conclusión de los Académicos sigue siendo la misma: “que el diablo haga un solo atado y cargue con todos”.
Muertos del susto. Los Académicos del Pasaje Vargas no han cejado en el empeño de seguir paso a paso el despelote que se ha derivado del plebiscito y ver cómo cada que salen con alguna “genialidad” a los genios que las pronuncian se les devuelve la procesión ipso facto. El uribestiario dice que es menester cárcel para los criminales; que la exigencia es que la justicia sea más dura con los responsables de crímenes de lesa humanidad. Entonces las FARC, responden con precisión, además porque esto es un punto de honor, dicen: que la Jurisdicción Especial para la Paz no puede ser sólo para los guerrilleros, sino para todos los actores de la guerra: Ejército, Policía y la cúpula política como ministros, medios de comunicación y empresarios que han contribuido a la violencia”. Aseguran los de las FARC que todos estos actores deben acudir en las mismas condiciones para ofrecer verdad. Sería fantástico, dicen en la Academia, acogiendo la mayoría lo que ha dicho Iván Márquez que aunque los expresidentes están por fuera de esta obligación, si es necesario ellos “tendrían que ir a responder” por todo lo que saben, lo que ordenaron, lo que permitieron, lo que ocultaron. Que Belisario vaya y cuenta todo lo del Palacio de Justicia y cómo se dejó llevar para permitir, o propiciar el comienzo del exterminio de la UP. Llamar a César Gaviria para que cuente de qué se acuerda cuando era ministro de gobierno de Barco y sin miramientos fueron asesinados tres candidatos presidenciales y le dieron bala a Samper, y después como fue que emprendieron la nueva guerra a las FARC, las asociaciones con los narcos y de ahí en adelante los tenebrosos tiempos de los paracos. Que Ernesto cuente cómo abrió las puertas de par en par para que siguieran esos paracos que en el siguiente periodo, en el del hijo de Misael, cometieron todas las bestialidades que son posibles de imaginar. Sobre estas que suelte la lengua Andresito y cuente con todos los suyos, incluidos, Marta Lucía, el mismo Juanma, y una larga cola. Y que después venga el inquilino de la Casa de Nari y nos cuente qué hizo desde el 2002 hasta el 10; y dónde está la plata de la guerra y cómo fueron los demás negocios de las tierras y de las minas, para solo citar los principales. Y el mismo Juanma que cuente en cuántas ha participado de esta historia, desde los mimos tiempos de Belisario. Con seguridad saldrían varias cadenas perpetuas dijeron nuestros Académicos. Así que si se trata de justicia, que se la apliquen a todos, gritó el tinterillo Académico con la línea de caspa más pronunciada sobre la solapa de su chaqueta negra.
Para recordar. Fue lo que dijo el otro académico memorioso: “aquí ya se había escrito: como dijo el viejo Hegel contando cómo se había formado Roma de la coincidencia y el cuerdo de tres grupos de bandidos. Que lo mismo aquí, para solucionar el problema hay que sentarse a la mesa, pero que se sienten todos, y se reconozcan primero como bandidos: Políticos, militares paracos, guerrillos, prelados, Pastores, empresarios, industriales periodistos, y hasta las monjitas del Topo que también hace poco le dieron piso a un pobre choro que solo quería llevarse un par de gallinas de su corral. Que es la única forma, para que salgamos de una vez de este enredo donde no haya buenos y malos en dos bandos distintos, sino un solo grupo único de forajidos y criminales que desde siempre le han dado chumbimba al pueblo. Eso dicen nuestros Académicos del Pasaje Vargas.